Chapter Text
John Hamish Watson decidió que su día no podría ser peor incluso si lo intentara. Aunque en cierta forma, era su culpa.
Él recordó las decisiones que lo habían llevado a tener un chicle pegado en el pantalón justo antes de salir del trabajo. Las posibilidades de que él, un profesor de preescolar que se dedicaba a calificar líneas rectas y letras en los cuadernos, terminara con algo en su ropa siempre habían sido altas. Los hobbits que estaban a su cuidado solían amar la pintura, y los crayones en las paredes. Probaban cosas que tomaban del piso y se peleaban de vez en cuando en el patio de juegos. Pero Mary tenía razón. Su compañera había incluido está nueva regla en sus clases que implicaba 'nada de dulces durante clase'. John pensó que era muy estricta. Tal vez debió haber hecho lo mismo.
— Jean, ven aquí.
Si, ahora iba a ser estricto. Iba a ser igual que uno de esos policías en las cárceles, pero el timbre de salida sonó. Jean rió un poco mientras pegaba otra goma de mascar en el asiento del pequeño Tom Kuro. Sarah, su asistente recién graduada, comenzó a entregar a los padres sus respectivos niños. John no se movió de la pequeña silla de plástico hasta que todo acabó. Sarah se despidió de él en cuanto tuvo la menor oportunidad y salió de ahí porque era viernes y algunas personas todavía lo esperaban con alegría.
John sólo tenía chicle en su pantalón. Miró hacia la ventana, Mary Morstan revisaba su bolso antes de salir. No supo si debería moverse, así que no lo hizo.
— John, ¿qué haces aquí? —Ella caminó y se sentó en el banco verde frente a él.
— Uh —dio un vistazo a la mesa y sólo vio dibujos de la clase—, sólo revisando algo de la tarea.
— Oh, claro.
John hizo como si observara el significado de la vida en el dibujo del árbol de Cassey. Mary se cruzó de brazos con una sonrisa. Ahí fue cuando John decidió que debía intentar eso que había estado pensando desde el minuto en el que comenzó a trabajar en ese lugar, y Mary le enseñó el lugar y algunas formas de quitar las manchas de comida en la ropa.— Mary, ¿quieres salir conmigo?
De alguna forma, ella terminó diciendo que si. Él caminó al baño para quitar la goma de mascar justo después de que Mary se fue