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Blitzo ha trabajado vendiendo su cuerpo desde que cumplio 9 años, todo comenzo cuando Cash vio potencial en ver que su hijo había robado triunfalmente la casa del príncipe mimado, nunca reconocería que Blitzo tenía talento escabulléndose, pero era realmente bueno, y con base de manipulación y usando a Tilla como constante en cada amenaza a Blitzo, consiguió que el niño accediera.

Los trabajos eran simples, desde meterse con realeza hasta pecadores depravados, todo en secreto de los miembros del circo, Blitzo no tenía opción, Cash lo tenía atado de manos, no podía huir aunque quisiera, y tampoco es que quisiera, ya que al menos el sentirse deseado aunque fuera para cosas horribles de alguna manera llenaban ese desprecio que crecía hacia sí mismo. Uno de esos clientes había mencionado que Blitzo era muy bueno para complacer a la gente, así que lo tomó como una alabanza, si era bueno cojiendo entonces lo usaría para tener ganancias.

Pero toda esa percepción fue cambiando desde la vez que se encontró con cierto ángel exorcista.

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La primera vez que lo vio de frente fue un día del Exorcismo normal, el Imp caminaba con total confianza, el acuerdo tácito era que los exorcistas solo matarían a los pecadores, además de que no estaba en una zona de completo peligro.

Era un día normal en el infierno, bajo un cielo teñido de rojo, un joven Blitzo, de apenas 13 años, caminaba a toda prisa por un callejón oscuro, cargando un saco lleno de objetos robados. Su ropa estaba sucia, y había una mezcla de cansancio y rabia en su rostro. Claramente, este no era el tipo de trabajo que quería hacer, pero Cash había sido claro, Blitzo no lo hacía por su progenitor masculino, su motor era ayudar a su mamá.

De repente, un resplandor blanco iluminó el callejón por donde pasaba, seguido de un sonido desgarrador como de campanas y gritos distantes. Blitzo se detuvo en seco cuando una figura angelical desciende frente a él. Parecía imponente, era una exorcista normal, pero amenazante mientras se lanzaba contra el Diablillo, hasta que otra figura, esta vez dorada y reconocida como el líder de los Exorcistas se interpuso y la desvió con una sola mano.

— ¿Penny qué putas crees que estás haciendo? Este no forma parte del trato ¿Tu casco no funciona o qué carajos? Ya tuve problemas con Sera porque algunos cabrones de aquí abajo se quejaron de que matamos a varios nacidos del infierno — 

— Lo lamento señor, pero en qué se diferencia un solo… — Adam le lanzó a Penny una mirada penetrante a través del casco que decía “cállate”.

— Nos pusieron un puto ultimatum, si se capta aunque sea un muerto, seremos llevados a juicio, y si quieres seguir besandome el culo tendras que seguir esa unica regla, ponte atenta a si tu casco tiene glitches — dijo el angel dorado con una denotacvion de fastidio.

Tras esa interacción, Blitzo trató de salir con cuidado de no ser notado, el ángel exorcista joven hizo una reverencia y se retiró a seguir matando, mientras el ángel líder se quedaba un rato ahí y después se volteaba para ver al diablillo que aún trataba de escapar.

— Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? Un pequeño diablillo jugando a ser importante — dijo Adam con una sonrisa despreocupada y arrogante.

Blitzo retrocedió unos pasos, tragando saliva mientras apretaba su motín contra su cuerpo. Estaba aterrorizado, pero intentaba no demostrarlo, y temeroso sacó su mejor tono desafiante.

— ¿Qué quieres, pluma gigante? Tengo cosas más importantes que hacer que hablar contigo.

Adam alzó una ceja, sorprendido por el descaro del joven. Dando un paso adelante e inclinándose hacia él con una sonrisa que mezcla curiosidad y amenaza.

— ¿Más importante que enfrentarte al líder de los exorcistas? Qué ambicioso eres, para ser tan... insignificante — dijo con un tono condescendiente.

Blitzo apretó los puños, su instinto le gritaba que no intentara nada físico. Pero aun siendo consciente de que no debía, su boca se movió antes de que pudiera detenerse.

— Sí, bueno, algunos de nosotros tenemos cosas reales que hacer. No todos tenemos tiempo para pasearnos como si fuéramos los dueños de todo, ¿sabes? 

Adam se rió, un sonido bajo y casi divertido.

— Qué lengua tan afilada para un Imp tan joven. ¿No te enseñaron que hablar así podría meterte en problemas? ¿O es que no tienes sentido de autopreservación? 

Blitzo dio un paso atrás, pero no pudo evitar replicar.

— ¿Qué vas a hacer? No puedes matarme, pluma brillante. Soy nacido aquí, recuerda. No creas que no escuche tu pequeña conversación de mierda con uno de tus ángeles lameculos, como tú los llamaste.

Adam guardó silencio por un momento, lo cual fue sorprendente, evaluó al joven frente a él. Había algo en la mirada desafiante del pequeño Imp, mezclada con su evidente miedo, que le resultaba... interesante. En lugar de enojarse, el ángel simplemente sonrió aún más.

— Tienes agallas, pequeño. Más de las que he visto en muchos de tus mayores. Quizás eso te mantenga vivo — hizo una pausa y volvió a hablar — O quizás no.

Adam dio un paso al costado, dejando el camino libre. Blitzo, sorprendido, lo miró con desconfianza.

— Sigue adelante, Imp. No tengo tiempo para perderlo contigo hoy. Pero quién sabe, el infierno es muy pequeño, tal vez nos veamos de nuevo, realmente espero que no.

Blitzo, aunque todavía asustado, se enderezo y murmuró algo inaudible mientras pasó rápidamente junto a Adam, apretando el saco contra su pecho. Una vez que estuvo lo suficientemente lejos, respira hondo, aliviado de haber salido vivo.

Adam, miró cómo se alejaba, sin ninguna expresión destacable más que su sonrisa mientras pensaba..

“Ese pequeño tiene fuego... Lastima que provenga de un lugar tan inmundo como este, seria interesante ver cuánto dura en este lugar”.

Y tras pensar eso, se sacudió la cabeza y se concentró en seguir matando a aquellos malditos por los que bajaba anualmente

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Su segundo encuentro fue como mucho curioso, Blitzo estaba haciendo un negocio con algunos pecadores, sabía que no debería hacer tratos con pecadores el dia del Exorcismo, pero necesitaba el dinero y los contratistas le habían jurado y prejurado que el lugar era a prueba de exorcistas, al parecer era un escondite que llevaba años sin ser descubierto, y los pecadores se sentían muy cómodos con el mismo. Pero al parecer la suerte y Blitzo no eran dos palabras que se llevaran muy bien.

Ahora Blitzo estaba de pie en las ruinas de un pequeño edificio quemado, su ropa cubierta de sangre de pecador  y cenizas. Los tipos con los que estaba trabajando y que iban a ser su objetivo, yacían inertes a su alrededor. No era ajeno a la muerte y masacre de los pecadores, muchas veces fue primera fila para presenciarlo, pero era la primera vez que interrumpió su trabajo. Y ahora, mirando a su alrededor, se dio cuenta de que había perdido lo que sería su pago, y tendría que resignarse con llegar con las manos vacías y una bofetada segura de Cash.

De entre el humo emergió una figura imponente, con una guitarra colgada en su espalda y el brillo de una sonrisa amarilla maníaca y una sed de sangre marcada. Blitzo no sabía mucho sobre él, es bien conocido que es el líder de los exorcistas, esos seres que bajan del cielo cada año a exterminar a los pecadores, pero apenas lo había encontrado de frente el año pasado y el ángel lo había dejado ir solo por la estúpida norma de los altos rangos. Para Blitzo, solo son como una especie de plaga, una que se lleva por delante a todo lo que se cruza en su camino.

Sin contener su frustración Blitzo no controlo su boca y gritó:

— ¡Maldita sea! ¡Mataste a mis clientes! 

Adam, que acababa de aparecer, se encogió de hombros con indiferencia, sin mostrar ninguna emoción. No le importaba en lo más mínimo la queja de Blitzo, él estaba haciendo su trabajo.

— ¿Tus clientes? Pobrecito de ti — dijo con una cara y tono burlón para después pasar a su sonrisa y tono habitual — Mi trabajo aquí, por si no te queda claro, tiene reglas estrictas. Nada contra ti, lo juro, simplemente estabas en el momento equivocado, en el lugar equivocado.

Blitzo lo observó con desdén, pero también con un toque de miedo. Sabía que este tipo podía hacerle daño si lo tuviera permitido, y no tenía idea de cómo luchar contra alguien tan peligroso, lo único que lo mantenía a salvo era el trato entre el cielo y el infierno. 

Adam era intimidante, tenía esa aura de alguien que ha vivido miles de años y que no tiene que preocuparse por nada.

— Vaya, qué conveniente. Supongo que en el expediente de un exorcista, destruir todo lo que encuentres debe ser requisito para entrar… — dijo Blitzo sarcásticamente.

Adam sonrió, su sonrisa era una que denotaba diversión y una ligera burla, disfrutando de esa situación. Estaba acostumbrado a ser el temido líder de los exorcistas, en el cielo se le respetaba por ser el primer hombre y casi todo lo que él dijera se hacía, en el infierno todos huyen de él, en cierta forma le gustaba la actitud desafiante de Blitzo, aunque sabe que, en el fondo, esté Imp solo estaba jugando con fuego.

— Me sorprende como un diablillo como tú se atreva a hablarme de esa manera, si no fueras un simple Imp, encajarías perfectamente como un ángel exorcista, pareces tener experiencia en meterte en problemas.

Blitzo, a pesar de la evidente amenaza, no pudo evitar sonreír, como si de alguna forma, esa situación lo excitara un poco. Su naturaleza espontánea lo llevaba siempre a desafiar a seres de autoridad, a pesar de saber que probablemente está tentando su suerte.

— ¿Qué pasa? ¿Temes que un simple diablillo te derrote? 

Adam dio un paso hacia él, su mirada fija en Blitzo, como si estuviera evaluando algo, pero sin ninguna prisa. Sabía que no podía matar a alguien como Blitzo, pero sí podía dejarle claro quién mandaba quién era superior en esta situación.

— Aunque quiera y esté tentado, no puedo aceptar el desafío. Simplemente sería un desperdicio inutil de energía, no durarías ni un segundo. Pero oye… gracias por intentar… si nos encontramos una tercera vez podría tal vez regalarte unos minutos y darte una pequeña demostración, aunque ya tienes primera fila suficiente todos los años.

Blitzo frunció el ceño, pero no se mostró completamente intimidado. Poco a poco una sonrisa se le fue dibujando.

— Ah, claro, claro, supongo que debo agradecerte como niñita fanática porque la gran leyenda del infierno, el hombre del saco, se tomará un momento para mí. ¿Siempre eres así?

Adam comenzó a caminar hacia donde la niebla y el fuego se disiparon, preparándose para volar y continuar con su trabajo. La guitarra en su espalda sonó levemente, y él pareció disfrutar de la tensión, como si este encuentro fuera una diversión para él.

— Si supieras, chico, si solo supieras — dijo con un tono irónico — La tercera vez será la vencida, lo sabes, ¿verdad?

Blitzo observó como el ángel se alejaba volando para seguir masacrando a más potenciales clientes, consciente de que no tenía poder aquí. Pero lo que más le molestaba era cómo el ángel se había burlado. Como si no valiera la pena más que un comentario casual, ya suficiente es con el infierno entero.

—Ya veremos... la tercera vez... trataré de mantenerme lo más alejado de ti, exorcista.

El eco de la guitarra de Adam se perdió en la distancia, y Blitzo se quedó solo entre los escombros, con la sensación de que, aunque este encuentro hubiera terminado, había algo más que había quedado por decir. Pero por ahora, lo único que sabía era que tenía que ser más cuidadoso en el futuro con aquellos que parecen tener más poder que él.

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Blitzo era experto en meterse en problemas, no era la primera vez que un cliente se sobrepasaba con él, pero era la primera vez que eso lo perjudicaba directamente. De todos los días posibles ¿En serio en el día del Exorcismo? 

Blitzo, aún era un niño de solo 15 años,estaba siendo degradado con una mezcla de sentimientos de confusión y terror al ser tratado como un objeto para satisfacer los deseos de los demás, sin opcion de opinión propia y resignado a que eso jamas cambiaria a menos que encontrara otro método para ayudar a su madre.

Estaba atrapado, rodeado por un grupo de pecadores que lo habían sometido en un rincón oscuro y húmedo del infierno. La mayoría de los pecadores ahí presentes, eran solo sucios demonios aprovechados, depredadores sexuales y pedófilos que definitivamente merecen estar ahí abajo, crueles y corruptos. Había sido rentado por alguien que no tenía reparos en hacer lo que sea con un menor de edad, Cash simplemente aceptó, no era nuevo para el Imp, pero en ese momento simplemente no quería que su hermosa suerte lo volviera a dirigir al estupido exorcista líder. 

En medio de la amenaza, los pecadores solo reían entre ellos, saboreando la carne fresca, Blitzo casi estaba feliz de que entre los desgraciados no hubiera un caníbal, esos eran los peores. Los malnacidos siguieron tocando y empujando a Blitzø, quien al principio luchó por liberarse, pero al no ver salida simplemente se resignó. Aunque se hubiera acostumbrado a varios de estos tipos de trabajos, su cuerpo seguía reaccionando con miedo, y aunque intentara mantenerse firme, sabía que no había salida. Solo quedaba esperar a que se cansaran, dieran lo que faltaba del pago y Blitzo simplemente se alejara e hiciera como que nada pasaba.

Sin embargo, su mente traicionera simplemente le recordaba qué día era, quería salir, quería escapar, no quería tener nuevamente el infortunio de volver a toparse con el estupido angel dorado. Si tan solo hubiera dejado a su mente en blanco.

Un rugido de ira sonó en las afueras del almacén donde los pecadores tenían planeado hacer lo que planeaban para Blitzo, según los mismos pecadores ese lugar era a prueba de exorcistas, pero parece que si Blitzo está involucrado, el lugar más seguro se vuelve zona de guerra. Una onda rompió la quietud de la oscuridad. Las risas se detuvieron y el aire se cortó de inmediato, los pecadores atemorizados mientras buscaban el origen y una figura imponente que apareció frente a Blitzo. 

En un parpadeo, el ángel que Blitzo menos quería ver, el líder de los exorcistas, había descendido sobre el grupo de pecadores con una sonrisa llena de sed de sangre y satisfacción de ver un escondite con almas depravadas.

No hubo palabras ni advertencias, solo el sonido del metal cortando el aire y rayos celestiales que coreaban mientras desintegran casi todo a su paso. Con un solo gesto, Adam eliminó a los pecadores presentes, demostrando por que era el líder, uno por uno fueron desapareciendo, dejando solo al diablillo. Blitzo observó en silencio, paralizado, mientras veía a sus abusadores morir, y sintiendo de alguna manera un alivio a pesar de saber que otra vez volvería con solo la mitad del pago y que Cash no estará contento, sin embargo también se sentía amenazado por este ángel, no sabía que haría a continuación, las reglas decían que no podían matarlo, pero no hablaba de hacer otra cosa, y Blitzo está vulnerable.

Cuando todo estuvo en silencio, los pecadores muertos y Adam felizmente satisfecho, Blitzo quedó tumbado, sin apartar la mirada del ángel, y su corazón latiendo con fuerza, tratando de no moverse para que el tipo no lo notara. El impacto de lo que acababa de suceder lo golpeó con dureza. En este punto no sabía si sentir gratitud, miedo o enojo, pero lo que más le sorprende es cómo ese ángel nuevamente dio con él, esto ya parecía el chiste más pesado del universo, ¿Tres veces?.

Blitzo intentó reprimir sus palabras, su respiración acelerada pero reprimida, intentó no moverse y simplemente esperó a que el ángel se fuera.

— De nada — dijo con una sonrisa el ángel sin voltear a ver al diablillo.

— ¿Qué? — Blitzo quedó sorprendido, susurró y siguió reprimiendo su impulso de decir algo.

— Ya sabes, Imp, de nada por salvar tu vida — dijo con una burla nuevamente el ángel aún sin voltearlo a ver

— ¿Quién crees que eres? Estaba manejando bien el trabajo hasta que apareciste.

— Solo hacía mi trabajo… Me di cuenta de tu presencia hasta que llegué aquí y acabé con todos.

— No creas que voy a decirte “Oh gracias señor Ángel, ahora le debo mi vida”…

— No te estoy pidiendo nada, estupi… 

Adam volvió a ver al diablillo molesto, pero apenas volteo, la actitud carismática con intenciones de burlarse o reprender se fue apagando, el ángel observó con sorpresa, pasando a no mostrar ninguna expresión en su rostro. Su mirada tan distante, pasó por encima de Blitzo, como si estuviera reviviendo un recuerdo al ver al Imp. Y no era para menos, Blitzo se veía magullado, semidesnudo, solo una camisa circense mal abrochada, algunos moretones en sus mejillas y muñecas algo maltratadas. 

No era nuevo para el ángel ver situaciones como esas, pero el coraje y enojo jamás disminuye, odia a cualquiera que sea capaz de hacer eso, sin importar quien sea la víctima, el coraje solo aumenta porque sabe que la víctima es un niño, independientemente de si es un Imp.

El silencio se extendió, Blitzo estaba a punto de replicar, hasta que Adam frunció el ceño y su mirada se volvió más fría, pero con un dejo de preocupación.

— Cuídate chico. Espero no volver a verte el próximo año, o al menos no verte en estas mismas condiciones.

Con esa última frase, Adam comenzó a alejarse. La luz de su presencia comenzó a desvanecerse, y en su rostro comenzó a mostrar una sonrisa que no llegaba a sus ojos, pero que no mostró ningún rastro de preocupación ni de arrepentimiento por lo que hizo. No lo hizo por Blitzo. Pero al ver su estado, se alegró de haberlo hecho, si bien era solo otro día en el trabajo, significó un pequeño punto de inflexión.

Blitzo estaba sucio, agotado y con el cuerpo lleno de dolor, observó cómo el ángel se alejaba. En su mente, el encuentro no dejó de dar vueltas, no tenía sentido, y no había que buscarle sentido. De alguna manera estaba agradecido. 

Por un momento, no hay burla, ni ironía. Solo un silencio pesado que se cuela en su pecho, reflexionando mientras comienza a colapsar al cansancio de la adrenalina que lo abandonaba.

Cuando el ángel desapareció, Blitzo finalmente se permitió bajar la guardia por un instante. Un suspiro escapó de sus labios mientras se dejaba hundir sobre los restos del almacén para tomar un respiro antes de ir nuevamente al circo con las manos casi vacías y un padre que lo esperaba con una mano lista para abofetear. Sin embargo, no puede dejar de pensar en esa figura distante que lo salvó, aunque solo fuera accidentalmente.

“La tercera es la vencida, ¿eh?... JA” pensó para sí mismo Blitzo.

Con esa última reflexión, Blitzø  se volvió a levantar y comenzó a caminar, sintiendo una extraña sensación de inquietud, pero también de picardía al pensar en nuevas travesuras, por alguna razón se motivo a estar preparado para el próximo año, con su suerte era probable que volviera a encontrar al ángel aunque tratara de esconderse.

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Maldición, eso era lo que Blitzo parecía tener, Cash había logrado un trato con algunos demonios nacidos del infierno ricos, todo era con la intención de que Blitzo les robara, y no hubo problemas en un inicio, pero todo salió mal cuando intentó escapar con un botín considerable, y una estúpida joya salió rodando, haciendo un ruido que hizo eco por los pasillos ornamentados y con ello el sonido de los sabuesos infernales se acercaron mientras perseguían al diablillo.

Segunda pista del porqué Blitzo cree que tiene mala suerte, de entre todos los días del año en donde lo podían descubrir robando, tenía que ser este día, el infame Día del Exorcismo. 

El cielo estaba teñido de rojo en el anillo del Orgullo. El “Día E” estaba en su pleno apogeo. Blitzo corría mientras cargaba un saco lleno de objetos, intentando no perder nada mientras dos perros le seguían los pasos.

— Maldita sea, estúpidos ricos, estúpidas joyas ruidosas, estúpidos guardias, estupido padre… ¡Pero claro, siempre es culpa mía! Ni que fuera el único diablillo robando cosas hoy... ¡Agh, maldita sea!

Al doblar una esquina a toda velocidad, el diablillo no noto la gran figura que volaba en una altura baja, a una velocidad considerable, persiguiendo a varios pescadores que huían, esta distracción provocó un choque con quien menos quería encontrarse, o bueno, no de inmediato, Blitzo pensó que lo encontraría, tal vez, más tarde. El Imp cayó al suelo, esparciendo parte del contenido de su saco: joyas, relojes y un sombrero ridículo.

— Tú otra vez. acabas de hacer que esos estúpidos se me escaparan — dijo Adam viendo al Imp que trataba desesperadamente de recoger en tiempo record lo que había caído.

— ¡No me culpes! Tú eras el que volaba acaparando todo el espacio y cerca del suelo ¿Quién demonios hace eso? ¡También tengo mis propios asuntos!

— ¿Qué demonios haces? — dijo el ángel arqueando una ceja — Déjame adivinar,  robaste y huiste antes de que te deshagan en pedazos. ¿Estoy en lo cierto? — dijo con una sonrisa, como si olvidara lo que había pasado hace un momento.

Blitzo terminó de recoger el botín, mientras lo acunaba más cerca de su cuerpo y se preparaba para su huida, ya que los guardias no tardarían en encontrarlo.

— ¿Qué te importa si robé algo? Es el puto infierno, aqui la moral no existe… No es como si a esos idiotas les hiciera falta. Sólo estoy… facilitando redistribuir la riqueza, ¿entiendes? Es un “Servicio comunitario".

Antes de que Adam pudiera dar una  respuesta o alejarse, un grupo de sabuesos infernales aparecieron gritando y señalando hacia ellos.

— ¡Ahí está! ¡El ladrón! ¡Vamos por él, antes de que escape! 

Blitzo comenzó a moverse para escapar del inevitable destino que le esperaba si no se movía.

— Eh...Bueno alas brillantes, fue un placer verte nuevamente, pero verás… ¡No quiero morir hoy! Así que Adiós…

Adam suspiró con una leve sonrisa en su cara mientras veía al Imp tener dificultades en correr y llevar el saco pesado, alzó una mano y con un movimiento ligero liberó un brillo dorado que salió de sus dedos, algo casi imperceptible, que se esparció y cubrió el saco de joyas y a Blitzo, volviéndolo un poco más ligero.

La presencia del ángel hizo que los sabuesos dudaran en acercarse, al menos sin cautela, pero el más sorprendido era Blitzo.

— Mas te vale que corras chico… 

Uno de los sabuesos miró directamente al ángel, con toda la intención de replicar, hasta que su compañero lo detuvo, comprendiendo con quien estaban hablando

— No se detengan por mí, no pienso intervenir… Tengo asuntos más importantes en los cuales centrarme — dijo el ángel mientras veía al diablillo alejarse más rápido — Si siguen dudando se les va a escapar.

— Vamos — dijo uno de los sabuesos alentando a su compañero a seguir.

Los sabuesos, inseguros de pasar, cuidadosamente rodearon a Adam y corrieron tras el Imp. Adam guardó su guitarra-hacha y se giró hacia donde Blitzo había huido.

— ¿No se suponía que ibas a escapar? — dijo en voz alta y aburrida el ángel mayor.

Blitzo de repente apareció cerca de la vuelta de una esquina cercana con su gran saco de joyas y una sonrisa burlona.

— Eso estaba haciendo hasta que ví a los estúpidos sabuesos pasar junto a mi sin notarme, no sabía que los ángeles podían hacer eso ¿Qué truco fue ese? ¿Lograste confundir su olfato? Pensé que ustedes no podían intervenir en los asuntos de los nacidos del infierno.

— Lo llamo holograma… Yo también pensé que los diablillos sabían cuándo aprovechar un favor y que tenían un sentido de autopreservación mayor que el resto. Supongo que ambos estamos aprendiendo cosas nuevas hoy — dijo el ángel con los brazos cruzados pero sin dejar de sonreír.

— Supongo que ahora debería agradecerte, aunque no te pedí ayuda y prácticamente casi me atrapan por tu culpa, pero bueno, gracias. Aunque, siendo honestos, no esperaba que alguien como tú tuviera tiempo para hacer esa clase de estupideces. ¿No se supone que tenias que matar a esos tipos?

— No creas que lo hice por ti. Lo hice porque quise, no necesitas una justificación, cuando eres tan importante como yo, puedes hacer lo que te plazca… Además, cualquiera de mis chicas puede acabar con esos tipos, o si no, los encontraré eventualmente.

Blitzo soltó una carcajada ante lo dicho por el ángel, pues esperaba una respuesta más “digna”, algo como “Lo hice porque era lo correcto” aunque no tenía sentido su pensar, siendo que bajaban a matar cada año y si se pegaba a esa lógica, aquel ángel estaría “ayudando” a un ladrón. 

— ¡Ja! Creo que estaba esperando algo diferente, los ángeles son un poco contrarios a como los pintan, me sorprende que seas uno, es raro. Pero debo repetirte que no necesitaba tu ayuda. Me las hubiera arreglado perfectamente solo.

— Lo que necesites decirte para hacerte sentir mejor — dijo el ángel con una sonrisa — Ahora tengo que volver a encontrar a los desgraciados que se me escaparon cuando chocaste conmigo.

Adam se dio la vuelta, caminando hacia la distancia y extendiendo sus alas para emprender el vuelo y seguir con su trabajo. 

Antes de que desapareciera el ángel en la altura y distancia, Blitzo levantó la voz con un tono desafiante.

— ¡Oye, ángel! Tal vez la próxima vez que nos veamos, yo te salvé a ti. ¡Hazme un lugar en tu agenda celestial!

Adam no volteo a ver al diablillo, sin embargo, levantó una mano y con un pulgar arriba simplemente dijo:

— Te espero.

Blitzo sonrió para sí mismo mientras se ajustaba el saco y seguía su camino, sintiendo que este extraño encuentro ya no era solo una maldición, aunque aún no sabe cómo clasificarlo, cuatro veces ¿Es algo bueno o algo malo?

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Otro año más, otro “Día E”, y Blitzo nuevamente metiéndose en problemas. El Imp ha sobrevivido cosas peores, a decir verdad, todo el año está lleno de encargos similares al que estaba haciendo ese dia en especifico, lo único que distingue estos dias con el del presente es que angeles locos vuelan alrededor matando a diestra y siniestra.

El cielo rojo se iluminaba por destellos de rayos celestiales y en las calles se escuchaban los gritos de los masacrados. Todo mientras un Blitzo, de ahora 17 años, corría frenéticamente por las calles, perseguido por un grupo de pecadores, que al parecer eran o recién llegados o principiantes, pobres idiotas, no parecieron notar que Blitzo corría a la zona donde más ángeles concurren, en el infierno se le conocía como la zona de masacre, porque si bien los ángeles se distribuyen por todo el anillo del Orgullo, esa zona en Ciudad Pentagrama era donde más muertes anuales se registraban.

El Imp llevaba una bolsa al hombro, claramente el resultado de uno de sus atracos. Al doblar una esquina, más cerca de la zona de masacre, tropezó hacia atrás, tratando de evitar un rayo divino, y cayó en un callejón.

Al levantar la vista, para su sorpresa, y algo de exasperación, vio al ángel líder elevado en los cielos, chamuscando a un grupo de almas condenadas. Invoco la guitarra-hacha brillante, y con un corte expansivo arrasó con los pecadores recién llegados, es decir, los que perseguían anteriormente a Blitzo, con una luz celestial que después se dispersó.

Adam se detuvo, aún sujetando su arma, giró lentamente hacia donde Blitzo se encontraba, con una sonrisa sádica, listo para atacar, pensando que sería otro pecador que correría con la misma suerte, se abalanzó y se detuvo en seco, sorprendido de volver a encontrar al diablillo, quien lo miraba fijamente desde el suelo.

— Por Cristo en un palo ¡Tú otra vez! ¿Qué acaso me estás siguiendo? ¿No tienes otros lugares en el infierno a los cuales ir? — dijo Blitzo con una burla en sus palabras.

El ángel bajó su guitarra-hacha lentamente, observando con una ceja arqueada al pequeño Imp que quería retarlo. No parecía molesto, sino algo divertido. ¿En serio una quinta vez?

— ¿Seguirte? ¿A ti? Por favor. Si hubiera algo más que valiera mi valioso tiempo, preferiría pelear con el mismo Lucifuck, no seguir a un insignificante Imp.

— ¡Oh, claro! Aunque dudo que le ganes… — tras ver la expresión seria del ángel, Blitzo agregó — Admítelo, soy demasiado carismático para que me ignores — se cruzó de brazos, sonriendo con sorna — ¡Y no me llames Diablillo o Imp! Tengo un nombre, ¿sabes?

Adam dio un paso adelante, inclinando la cabeza con una expresión de curiosidad mezclada con diversión, mientras se cernía sobre el Imp, con una sonrisa traviesa en su rostro.

— ¿Ah, sí? ¿Y cuál sería ese gran nombre que te hace tan… inolvidable y mucho más importante que el rey literal de todo este basurero?

Blitzo estuvo a punto de hablar nuevamente sin pensar, pero se detuvo a pensar, reconsiderando si era apropiado simplemente decir su nombre. Al final tomó la decisión de doblar su actitud desafiante con una sonrisa descarada.

— Como si fuera a decírtelo. Si quieres saberlo, tendrás que ganártelo.

Adam dejó escapar una breve risa, una mezcla de incredulidad y entretenimiento. ¿En serio, un ser insignificante se estaba haciendo difícil?

— Supongo que haber salvado tu vida en más de una ocasión no cuenta, vaya, que malagradecidos son los jóvenes de hoy en día… 

— No recuerdo haber pedido tu ayuda en ninguna de esas ocasiones — contestó desafiante el Imp, pero sin perder su sonrisa.

— Tienes agallas, chico, te lo concedo. Pero estoy seguro que algún día, esa lengua tuya te meterá en problemas de los que nadie podrá sacarte.

El porte de Blitzo se mantuvo mientras daba un paso adelante, levantando la barbilla con un desafío juvenil.

— Al menos he tenido el valor de decir lo que pienso, no como los cobardes sentados en un pedestal de nepotismo, decidiendo quién vive o muere desde lo alto. 

Esas palabras sonaron como una clara crítica a los ángeles, Adam no sabía que la crítica también iba dirigida a la realeza del infierno, solo sabía que no quería reaccionar a las palabras del Imp.

El ángel lo observó en silencio por un momento, como si estuviera evaluando al joven diablillo, pero reflexionando, había algo en la audacia del joven demonio que simplemente le pareció entrañable.

— Interesante… Pero en serio, cuidado con lo que dices y a quienes se lo dices, chico…

— Por cierto, tengo una queja, recuerdo haberte oído decir una vez que la tercera vez que nos encontráramos sería la vencida, pero esta es la… ¿Quinta?, esto ya debería llamarse acoso, ¿Que posibilidad hay de que nos volvamos a ver el próximo año alas brillantes?

Adam sonrió un poco, recordando el pasado, a sus hijos, pero después sacudió la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos, y dijo entre divertido y resignado a Blitzo, quien con una última mirada desafiante, dio la vuelta y fue alejándose.

— Nos vemos el próximo año, chico.

Adam observó marcharse al pequeño Imp, dejando escapar un leve suspiro. No pudo evitar sentirse identificado, aunque fuera en menor medida con el joven demonio que parecía tener un talento especial para sobrevivir contra toda probabilidad es ese mundo de mierda, otra parte le recordaba a su hijo Caín, imprudente y capaz de desafiar a sus mayores. Con un respiro profundo volvió a preparar su arma y continuó con su trabajo de verdugo angelical.

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Ok, se supone que al cumplir 18 ya eres mayor de edad y puedes independizarte, pues al parecer este diablillo no contaba con ese derecho, aunque bueno, no todo fue tan malo, gracias a los trabajos recurrentes de Cash y a que no fue tan ingenuo como para dejarle todas las ganancias al viejo borracho, pudo ahorrar lo suficiente para que tanto él, como Fizz fueran finalmente a ver un show de Mammon en vivo, y vaya que incluso la suerte de Fizz los abrazo en ese único concierto que se pudieron financiar, porque Mammon buscaba payasos talentosos, Blitzo no estaba interesado, no era el mejor de los payasos en el circo, pero Fizz era otra historia, el diablillo añoraba trabajar para su ídolo.

Volviendo al presente, aquí estaba Blitzo, en vez de estar ayudando a su amigo con su rutina, siendo el crítico o aunque sea, solo siendo un apoyo emocional. Seguía aquí haciendo los trabajos sucios, esa inscripción de Fizz no se iba a pagar sola, apoya a Fizz de otras maneras, o eso se decía.

Estaba a las orillas de la ciudad Pentagrama, y justo unas horas antes de que el reloj anunciara el comienzo del Día del Exorcismo.

Bueno, es fácil imaginar que no todo salió según lo planeado, tampoco es que Blitzo sepa planificar muy bien, probablemente en el futuro será el mejor estratega, pero ahora no lo parece. Existe una ley que afirma que si algo puede salir mal, saldrá mal, y aquí está Blitzo en su máximo esplendor, poniéndola prueba. Acorralado por varios pecadores que lo superan en número y poder, los humanos la llaman la Ley de Murphy. 

El Imp con la percepción de la realidad distorsionada y un ventajoso tamaño pequeño, sumado a  sus cualidades, se escabullo entre callejones y portales oscuros, con su destino siempre llevándolo a donde no se supone que deba estar, y justo a tiempo, la trompeta anuncia el descenso de los ángeles, siendo interceptado nuevamente por un rostro conocido.

Adam estaba cumpliendo su labor de exorcista, nunca estuvo en sus planes encontrar tan rápido al mismo diablillo. Su guitarra-hacha brillaba bajo la tenue luz celestial, el ángel la blandió y terminó con un grupo de almas condenadas justo cuando Blitzø irrumpía con una persecución, jadeando por la carrera. Adam se detuvo justo a tiempo antes de lastimar al Imp y observó al diablillo con una mezcla de resignación y entretenimiento.

Blitzo alzó las manos con falsa inocencia, fingiendo calma mientras una sonrisa pícara se dibujaba:

— ¿Qué pasa, alas brillantes? ¿No puedes mantenerte lejos de mí? Admítelo, te caigo bien.

— No sé si es eso o simplemente eres el ser más insistente del infierno — dijo el ángel con una sonrisa aburrida.

— ¡Oye! Solo hago mi trabajo, como tu siempre dices… Entonces, dime ¿Tienes consejos para comenzar como asesino? ¿Con el tiempo disfrutas masacrar gente? 

Adam frunció el ceño brevemente ante el comentario del Imp, parecía haber una ofensa oculta entre líneas, quería replicar, su instinto gritaba que lo hiciera, no es que Adam sea el mejor controlando sus impulsos pero ya conocía parte de cómo actúa ese Imp, no vale la pena, además no necesita justificar su comportamiento, menos ante seres de ese pozo de mierda, suspiró y relajó su postura. Sus ojos brillando con una mezcla de irritación.

— ¿Quieres consejos para ser un asesino eficaz, chico? Controla esa lengua suelta tuya o te meterás en problemas.

Blitzo se cruzó de brazos con un aire desafiante acercándose juguetón al ángel exorcista.

— Me parece gracioso que digas eso, siempre he sido experto en meterme en problemas y nunca he tenido problemas con eso, pero por alguna razón, específicamente los “Días E”, tú sigues apareciendo en mi camino, si no fueras un estúpido ángel, te consideraría mi amigo.

Adam no respondió de inmediato. Las palabras del pequeño adolescente diablillo tuvieron un impacto, pensó en los últimos años y como, al parecer eso se volvió rutina, su expresión cambió ligeramente, y por primera vez pareció considerar las palabras de un ser inferior. Sin embargo, después de un rato el ángel decidió ignorar el comentario, sacudiendo la cabeza con exasperación mientras comenzó a alejarse.

— No te metas en cosas que no entiendes, chico.

— ¡Oye! Ya no soy un chico, ¿sabes? Tengo 18 años. Soy un adulto ahora — contestó el diablillo elevando su voz.

Adam se detuvo un momento y lo miró por encima del hombro con una expresión neutral, sin embargo, había un destello de diversión en sus ojos, ese chico le recordaba a varios de sus hijos que pedían más responsabilidades, especialmente Cain, quien siempre alegaba que ya era mayor para tomar decisiones. 

Adam tuvo suerte de no tener problemas con ello, fue creado adulto, y aunque al principio era ingenuo, nunca pidió más de lo que ya se le había dado, diría que era conformista, pero vivía bien, sin embargo, sus hijos siempre pedían crecer, pedían ser tratados como adultos, y así lo hizo. Era padre primerizo e hizo lo que creyó correcto, los primeros hijos siempre eran un caso, pero después de lo sucedido con Caín y Abel, Adam batallo para no pensar en que sus hijos eran frágiles, que cualquier cosa podría matarlos, aprendió por las malas que no era correcto dejarlos a su suerte, pero tampoco lo era atosigarlos.

Tratando de no pensar en cómo había comparado a sus hijos con el diablillo que claramente lo estaba retando, el ángel sonrió y escondió su pequeño pensamiento introspectivo.

— ¿Un adulto? Con esa actitud, me cuesta creerlo.

— ¡Vamos! ¿No ves lo evidente? Mírame, soy más alto, más maduro, y todavía demasiado encantador para mi propio bien. 

Adam dejó escapar una breve risa. Bajó su guitarra-hacha ligeramente y lo miró con una burla, apuntando y señalando todo sobre el Imp.

— Si todos los adultos son como tú, no me sorprende que el infierno esté tan desordenado.

— Me resulta divertido que digas eso, ya que tú eres un ángel, pero bajas anualmente a matar, eso ya es jodido en general, ¿No sé supone que matar era un pecado? 

Adam frunció el ceño, trató de mantenerse imperturbable, simplemente sacudió la cabeza, mientras se recordaba a sí mismo que hacía lo correcto, que Será lo había aprobado así que ella tambien creia que era lo correcto y en dado caso de estar equivocados eso también la hacía culpable, además, no debería importarle la opinión de un Imp. 

Antes de marcharse por completo, volteó una vez más, miró al Imp por encima del hombro y con una sonrisa que buscaba verse amenazante dijo:

— La única razón por la que sigues con vida es simplemente porque tengo prohibido matar a los de tu inmunda especie, así que se diría que es un milagro que sigas vivo, chico.

Blitzø gruñó en tono bajo ante el desafío, el ángel lo volvía a rebajar por su especie, trato de hablar pero antes de que pudiera replicar, Adam extendió sus doradas alas y se elevó con fuerza dejando detrás de él un rastro de polvo que se desvanecía en dorado con aura claramente celestial, dejando al diablillo con una mezcla de frustración y orgullo.

— Sigue diciéndote eso, alas brillantes.

Blitzo simplemente resopló y continuó con su día, dirigiéndose al circo sacudió la cabeza y trató de no pensar en ese estupido ángel, como si su día no pudiera ser más extraño. 

Mientras tanto, Adam, siguió pensando ese Imp, mientras mataba a más pecadores, ¿así que ya técnicamente era adulto? Pero en ese mundo ¿Que significa ser un adulto? Había oído a muchos seres del infierno decir que el infierno era igual a la tierra, solo que más rojo. 

“Mierda Adam, no pienses en eso, no lo vale, tu haces lo correcto, los pecadores merecen ese trato”, pero ¿Los nacidos del infierno realmente merecían ese trato? ¿Realmente merecen esa vida?

Nah, tuvieron el infortunio de nacer en ese lugar, no es como que pueda hacer algo por ellos, no eran de los suyos.

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Bueno, oficialmente todo se fue al carajo, nada importa en ese punto, el circo se perdió, su familia se quebró, su madre murió, su hermana lo odia, Fizz no quiere saber nada de él y su padre lo despidió sin ninguna gota de delicadeza, uno pensaría que al ver sus heridas tendría un poco de compasión, pero eso solo fue una ilusión creada por su estúpida mente, aferrándose a que le importaba a su padre.

“Juro que fue un accidente” se repetía a sí mismo, en parte para disminuir la culpa de haber provocado el incendio, no fue su intención, pero el fantasma de lo pasado lo atormentaba, las marcas aún sin cicatrizar de sus quemaduras le servían como castigo.

Trato de visitar cada noche a Fizz, siempre siendo interceptado por Cash o Barbie o cualquier otro que lo impedía, en este punto solo quería saber que Fizz estaba bien, aclarar que no fue su intención, que fue un accidente, que lo sentía profundamente. Al final no pudo hacer nada más, ni siquiera lo dejaron despedirse de su madre.

¿A dónde van los seres como él al morir?

Lo penso durante varios dias, varias noches, se perdio en su pensar, las fechas dejaron de tener un significado, que no se dio cuenta en que dia habia planeado su suicidio, simplemente queria acabar con todo para tener fe de encontrarse nuevamente con su madre, tal vez en otro universo habia sido mas valiente e incluso salido adelante, pero este no era ese universo.

Era una noche oscura y fría en el infierno, la atmósfera de masacres que Blitzo pasaba por alto reflejaba la miseria en el corazón del desafortunado Imp. Estaba sentado al borde de un precipicio, sus hombros encorvados, sus ojos vacíos, viendo el arma, una pistola, y un vacío desde el precipicio del edificio más alto al que pudo acceder, así, si el disparo no lo mataba, la caída lo haría y todo terminará.

Sin embargo, en el cielo se deslumbraron varios tornados, ángeles que descienden con velocidad para matar a los pecadores, un aire pesado se acumulo alrededor del edificio, cargado de una presencia divina que Blitzo aprendió a reconocer.

Maldita sea la suerte de Blitzo.

— ¿En serio? Hasta para deshacerme de mí mismo tengo la peor suerte del mundo — murmuró para sí mismo el Imp sin siquiera voltear a ver al ángel.

Adam descendió lentamente, su guitarra-hacha descansando en su espalda. Inicialmente, mostraba una expresión de aburrimiento y superioridad, como si estuviera a punto de iniciar su rutina de molestar al diablillo, lo mismo de siempre.

— ¿Otra vez tú? Empiezo a pensar que tienes un radar para meterte en problemas — comenzó con su típica sonrisa, esperando la respuesta del obstinado Imp.

Pero Blitzo no respondió, ni siquiera lo miró. Esto detuvo a Adam por un momento; algo estaba… diferente. Normalmente, el Imp ya estaría lanzándole un comentario sarcástico o algún intento inútil de provocarlo. Pero esta vez, había un silencio denso, casi palpable.

— ¿Qué, te quedaste sin chistes? Eso es nuevo… — Trató nuevamente el ángel de sacar esa actitud del Imp.

Finalmente, Blitzo alzó la vista. Sus ojos estaban apagados, sin rastro del fuego que siempre lo había caracterizado. Adam frunció el ceño, notando por primera vez las quemaduras, los golpes y… el vacío, él conocía esa mirada, conocía ese vacío.

— Oye ¿Qué te pasó?

Blitzø siguió sin responder, tras un momento de pensarlo, su voz rasposa rompió el silencio, no es que importara, su intención era morir de todos modos.

— ¿Alguna vez has pensado que el mundo estaría mejor si tu no existieras?

La pregunta golpeó a Adam como un balde de agua fría. Por primera vez en siglos, algo lo hizo sentir incómodo. Siempre había visto a Blitzo como un adversario bocón, de los pocos que se atrevían a desafiarlo, ni de broma se ganó su respeto, eso es ridículo, pero esa pregunta, mierda, entonces las cosas estaban tan mal. Bueno, es el puto infierno.

— No es que importe, de todos modos moriré y tú no podrás detenerme. Simplemente desearía no hacerlo solo… — volvió a decir el Imp, volviendo a agachar su mirada a su arma.

Adam observó al joven diablillo en silencio. Recordó su propia vida antes de su muerte: las varias veces que trató de dejarse morir, cuando recién fue expulsado del Edén, cuando Caín mató a Abel, cuando muchos de sus hijos se desviaron del camino, cuando Eva lo abandonó nuevamente. No es que algo de lo que vivió se relacione con el Imp, simplemente no soportaba que un digno adversario bocazas se redujera a eso.

— Tch… No sé por qué debería importarme, pero… — Adam se acercó y se sentó en el borde junto a Blitzo, algo que nunca habría hecho antes. Mantuvo su distancia, pero su presencia no era tan amenazante como de costumbre.

Blitzo lo miro de reojo, un destello de confusión en su rostro. ¿Que el ángel no lo escucho? Nadie lo detendría de morir aquí.

— Muy bien, quieres morir… lo respeto, pero no quieres morir solo, aqui estoy, no estas muriendo solo, prosigue con tu suicidio…

Blitzo lo miro un rato, desconcertado, trato de hacer fe a sus palabras y proseguir con su suicidio, pero la mirada constante del angel le hizo sentir incomodo, incapaz de dispararse o dejarse caer aunque eso fuera lo mas facil.

— Agh, ¿Por qué es tan difícil? — grito el Imp frustrado.

— ¿Quieres que me dé la vuelta y no te vea? Si te funciona así, puedo…

— No, eso no… es solo que… ¡Agh!

— Mira, chico, no sé qué clase de desastre fue, pero…— hizo una pausa buscando palabras adecuadas, mierda, es difícil consolar a la gente — El que no quieras aventarte o dispararte independientemente de mi presencia solo recalca que no quieres morir realmente, y no importa lo mucho que te quieras engañar, te arrepentirás al ver la vista en medio de la caída, te darás cuenta tarde de que no importa que desaparezcas, la vida seguirá, y si decides vivir debes saber que no te vas a librar tan fácil de la dificultad de vivir. Créeme, si alguien sabe de eso, soy yo.

Blitzo miró directamente al ángel, vaya, esas palabras fueron profundas, bajo la mirada y procedió a sentarse junto a él, pero manteniendo la distancia.

— ¿Por qué te importa? — preguntó con un susurro desconcertado.

Adam se cruzó de brazos, claramente incómodo, ¿Como terminaron en esta situación, nuevamente?

— No lo sé. No te hagas ilusiones, tal vez porque eres la única cosa aquí abajo que sigue desafiando mi paciencia, aunque no tengas ninguna oportunidad de ganarme. O tal vez porque, por patético que sea admitirlo, me recuerdas a alguien que conocí hace mucho tiempo — Adam hizo una pausa y aun motivado agrego — Te dare un consejo, chico, pelea por lo que tienes y lo que quieres, si no lo tienes obtenlo, pero no te dejes vencer, si obtienes algo no lo sueltes, aférrate a eso… Si eres bueno en algo, busca mejorar y usarlo como palanca para salir adelante, la vida apesta pero lo mejor no es arrojarse de un edificio, muéstrales a todos los que te abandonaron que estas mejor, que puedes salir adelante, que no los necesitas…

— Wow, alguien se está reflejando aquí ¿Eh? 

Adam guardó silencio por un momento, con algo de vergüenza reflejada en su rostro, pero se recuperó inmediatamente. Blitzo por su parte, lo observó en silencio. Algo en sus palabras pareció sincero, todavía no confiaba en el ángel, pero no lo había abandonado, a pesar de siempre alardear de tener cosas mejores que hacer. Después de un rato, murmuró:

— Blitz. Ese es mi nombre.

Adam parpadeo, sorprendido. Era la primera vez que el Imp le decía su nombre, ¿Eso significaba que se lo había ganado? No es como que le importara, pero no pudo evitar sentir una pequeña chispa de felicidad, no iba a olvidar ese nombre, eso era seguro.

Por su parte Blitzo había decidido simplemente darle un nombre cambiado, la O ahora muda, las palabras del ángel le llegaron, la vida apesta, es cierto, pero bueno, es lo que hay.

Adam guardó silencio un momento y después contestó:

— Cierto, ya me diste tu nombre, supongo que por consideración tengo que darte el mio, soy Adam.

El silencio se instaló entre ambos. No era incómodo, sino extraño, por alguna razón, casi como un momento de tregua no declarada.

— Esto no significa que vayamos a ser amigos ni nada, alas brillantes.

Adam dejó escapar una risa baja, su tono se volvió nuevamente sarcástico.

— Ni en un millón de años, Imp.

Y así, ambos permanecieron sentados en el borde por un gran rato, al menos hasta que las campanas del final del “Día E” sonaron y los fuegos artificiales de la princesa anunciaban que todos estaban a salvo, anunciando que Adam tenía que retirarse.

— Bueno, espero verte el próximo año, VIVO… Nos vemos Blitz —

Y abriendo un portal, el ángel líder desapareció, mientras Blitz veía su arma, enfundandola, y con otro pensamiento en su cabeza.

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Bien, Blitz sobrevivió un año entero, eso es ganancia, lo logró, no pensó que lo lograría, pero sigue aferrándose a la idea de buscar aclarar las cosas con Fizz, ganarse de nuevo la confianza de Barbie, y como dijo Adam hace un año, aferrarse a lo que aún tenía. Muchas cosas no salieron según lo planeado, no sabe nada de Fizz ya que nadie le ha contado a donde lo trasladaron, seguirá buscando, al parecer su hermana se volvió adicta y estaba peor que la última vez que la vio y de su padre simplemente prefiere no hablar.

Tenía que salir adelante, logró adaptar muchas de las cosas aprendidas en negocios anteriores y el circo, para hacer tratos que funcionaran a su conveniencia, hoy era un día de esos.

Era un día típico en el Infierno: caos, gritos, salvo por el hecho de que era un Día E, un joven Blitz, ahora de 20 años, estaba en una taberna poco iluminada, observando discretamente a un grupo de pecadores y Overlords en lo que claramente era una negociación ilícita, otro de esos supuestos escondites a prueba de exorcistas.

De repente, una ráfaga de luz atravesó el lugar, pulverizando a los pecadores de inmediato. Blitz apenas tuvo tiempo para esconderse debajo de una mesa antes de que Adam entrara con su típica actitud altanera y ruidosa, con su guitarra-hacha sobre el hombro y una expresión cruel en el rostro.

— ¿En serio? ¿Esto es lo mejor que tienen? No sé si reír o llorar.

Blitz gruñó desde su escondite, murmurando para sí mismo:

— Fantástico, justo lo que necesitaba… el ángel brillante otra vez.

El lugar estaba en completo silencio por lo que, para mala suerte de Blitz, Adam lo escucho y volteo hacia él, arqueando una ceja.

— ¿Tú otra vez? ¿Por qué no me sorprende? Que bueno que sigues con vida chico…

Blitz salió de debajo de la mesa, sacudiéndose el polvo, con su típico sarcasmo en la punta de la lengua.

— ¿Sabes? Podrías simplemente ignorarme en vez de arruinar mis “reuniones de negocios”. Algunas de esas almas iban a pagarme bastante bien, ¿sabes?

Adam soltó una carcajada, cruzando los brazos.

— ¿Reuniones de negocios? No me hagas reír. ¿Sabes que esta escoria no es de fiar? Los pecadores son los peores para manejar un negocio, con mi trabajo activo anualmente, estos tipos se vuelven efímeros… Y sabes que serían capaces de matarte solo porque se le canto de los huevos.

— ¿Como tu?

— No me compares con esa escoria… aún no te he matado ¿O si?

Blitz frunció el ceño, pero no pudo evitar notar un leve cambio en el tono de Adam. Seguía siendo la típica burla, pero había algo genuino en sus palabras, este tipo era capaz de decir la verdad sin anestesia, era honesto, no ocultaba su odio por los pecadores.

— Aww ¿Te preocupas por mi? No es como si platicar con pecadores me fuera a matar más que cualquier cosa aquí abajo. Pero gracias por tu preocupación, alas brillantes.

Adam suspiró, masajeandose las sienes como si estuviera lidiando con un adolescente testarudo, lo cual, técnicamente, era cierto. Recordó la razón del por qué estaba buscando a este Imp.

Resulta que nunca antes un ser infernal había logrado que el gran Adam pensara en él durante un año entero, este Imp no era ni de lejos el elegido o el más especial, pero logró que Adam se preocupara por él.

— Mira, Blitz, te tengo una propuesta. Tienes un talento especial para encontrar problemas, y yo tengo un talento especial para eliminarlos. ¿Qué te parece si trabajamos juntos?

Blitzø lo miró con escepticismo, ok, esto era nuevo, pensaba que sería como los años anteriores, un simple intercambio de palabras, insultos aquí, insultos allá, pero al final el ángel lo sorprendió con esa propuesta.

— ¿Trabajar contigo? ¿Y cuál sería mi recompensa? ¿Una palmadita en la espalda y muchos pecadores tras mi cabeza? No voy a trabajar y arriesgar mi vida de a gratis como supongo que lo hacen ustedes santurrones.

— Te puedo ofrecer protección, llámalo un guardaespaldas celestial. Sabes que la mayoría aquí no dudaría en arrancarte la cabeza si les dieras una razón. Yo puedo asegurarme de que eso no pase. Además, puedo darte algunos… favores, nada sexual, no te emociones, solo propongo cosas que podrían hacer tu miserable existencia un poco menos, bueno, miserable.

Blitz entrecerró los ojos, evaluando la oferta. Es cierto que su vida había sido una serie interminable de malas decisiones y encuentros peligrosos, sobrevivió un año solo, pero seguía siendo un reto, no era débil, pero una ayuda extra no le vendría mal, la idea de tener a alguien tan poderoso como Adam de su lado sonaba… tentadora.

— ¿Y qué quieres a cambio?

Adam se inclinó un poco, casi cara a cara con Blitz, en un susurro que solo ellos podrían escuchar, en un tono más serio, menos juguetón y algo alarmante.

— Información. Quiero que seas mis ojos y oídos en este basurero… Encuentra escondites de pecadores, nombres de Overlords, cualquier cosa que me ayude a hacer mi trabajo más fácil… Por alguna razón sabes cómo encontrar los escondites “Anti Exorcistas”, puedo entrenarte en secreto en caso de que necesites capacitación, te puedo dar las herramientas, pero quiero que me ayudes, aquí no es cuestión de cantidad, sino de calidad ¿Entiendes?

— ¿Y por que te ayudaría? Siguen siendo habitantes del infierno los que estás matando.

— No me digas que ahora eres moralista… No estoy abogando en este momento por los seres como ustedes, no puedo hacer nada con su situación, pero una cosa que tengo clara es que los pecadores son una plaga, ustedes los nacidos de este lugar deberían de tener más oportunidades que los que simplemente se equivocaron, la cagaron y terminaron aquí, ¿No te molesta que algunos seres puramente buenos nazcan en este lugar de mierda, y tengan el infortunio de ser comparados con un ser que tomó simplemente malas decisiones? ¿Dónde está la justicia para ustedes? Estos tipos simplemente cambian de víctimas vivas a víctimas nacidas del infierno… Los pecadores no están sufriendo aquí, lo disfrutan mientras los de tu especie sufren sin poder hacer realmente su trabajo, condenar a los pecadores…

Blitzø lo consideró por un momento. Las palabras de Adam resultaban tentadoras, la oferta era peligrosa, pero también era peligrosa su vida diaria. Y, en el fondo, compartía parte de la opinión de Adam, los pecados, la realeza y muchos sistemas de jerarquías se supone que existían por una razón, le alegraba que los pecadores sólo residieron en el anillo del orgullo, su especie muchas veces se vio obligado a ser reducidos a lo peor por esa escoria, vivió un año entero viajando entre anillos y el del orgullo era uno de sus menos favoritos, en este mundo si eres débil te comen vivo, y aun con eso, habían seres tan puros como Fizz o su madre, que tuvieron la mala suerte de vivir en un mundo como ese, sabe que no cambiará mucho, si pudiera lo haría, si a de ganarse el odio de alguien por una buena causa será, supone, nada pierde con intentar, su familia restante lo odia.

— Está bien, alas brillantes… No creo que cambie mucho, pero supongo que puedo ganar algo de esto, más te vale cumplir tu parte del trato. Y esto no quiere decir que ya seamos amigos

Adam sonrió, extendiendo la mano que brillaba con un tono dorado.

— Por supuesto. Solo negocios.

Blitzø dudó por un momento, tragando saliva al ver la mano brillante, pero armándose de valor para estrecharla. 

Así, con un brillo cegador que brotó de las manos entrelazadas de Adam y Blitz, comenzó su relación basada en un trato, Blitz ayudaría a Adam a conseguir información, y Adam sería su guardaespaldas celestial, el término era claro, un trato anual, cuando Blitz se encontrara en peligro o lo necesitara, podrá llamar al Angel y este aparecerá de inmediato, pero a cambio Blitz sería su espía personal y cada que encuentre información se la notificará a Adam, sumado a eso, un dia antes de los exterminios, Blitz sería transportado a la embajada del cielo, donde el trato se renovará, era un caso de acuerdo mutuo, dónde solo Blitz tenia la opcion de cancelar su trato si sentía que no le beneficiaba.

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Adam casi nunca se arrepintió de sus decisiones, era parte de su orgullo, solo fueron unas pocas decisiones las que le hicieron dudar y esas fueron, desde el fruto prohibido, la crianza de Caín y ahora el haber hecho este trato con el Imp. ¿En qué putas estaba pensando?

El joven Imp era un imán de problemas, varias veces Adam quedó impresionado por el joven sin que él mismo se diera cuenta, y confirmó una cosa que antes había escuchado, “el infierno era como la Tierra, pero más roja”, las amenazas eran similares, sobrevivir era un reto, pero el joven se las había arreglado. Sin embargo, aún le faltaba mucho para convertirse en un buen espía.

— Entonces, ¿Esta cosa es como una cosa para llamarte? — pregunto Blitz mientras observaba una joya circular amarilla, incrustada en un guantelete negro.

— Prácticamente, está conectado a mi halo, por lo cual es como un comunicador psíquico parecido a la cobertura a larga distancia, cada que me necesites, solo tocas la gema y hablas…

Blitz presionó la gema para probarla, mientras observaba como el halo de Adam brillaba.

— Wow, funciona… Y dime, ¿Si me comunico contigo todos los que estén a mi alrededor podrán escucharnos? — preguntó intrigado el diablillo.

— Nop, es parte de la magia, es como una conexión psíquica que solo compartimos nosotros, tu gema puede brillar pero solo tú la verás brillar al igual que solo yo veré brillar mi  halo… Es genial ¿Verdad? — contestó con orgullo Adam con las manos en las caderas y una amplia sonrisa.

— Sí y ¿Qué más puede hacer? 

— Por ahora eso es todo lo que te permitiré ya que aun te falta entrenamiento, pero descuida, no te dejaré con un aparato prácticamente inutil, para eso te voy a preparar, pero primero necesito saber tu nivel de pelea…

Adam abrió un portal a las afueras de la ciudad, cerca de los bordes del anillo del Orgullo, o al menos hasta donde el ángel tenía dominio y entró al portal seguido por el diablillo.

— Muy bien, entonces ¿Qué hacemos aquí? — dijo Blitz mientras observaba los alrededores.

— Te lo dije, esta es tu prueba — con eso Adam adoptó una pose relajada — Atacame con lo mejor que puedas.

Blitz observó al ángel, y dudoso de hacer un movimiento, decidió seguir observando y analizando la mejor forma de atacar, pero nada lo preparó para la repentina avalancha que se le fue arrojada, a través de aquel ángel que lo embosco rápidamente, Blitz reaccionó por impulso, recordando su tiempo en el circo y tratando de adivinar los movimientos del otro y usando el entorno a su alrededor como ventaja.

El Imp siguió aguantando un poco, no fue un gran récord, Adam lo venció apenas con unos movimientos en menos de 2 minutos, y Blitz estaba seguro de que el ángel se estaba conteniendo, ya que había visto al tipo terminar con seres el doble de poderosos que él, en menos tiempo.

Tras varios intentos de Blitz, y varias llamadas de atención de Adam donde la palabra “De nuevo” o “Levántate” parecían estar en Loop, el Imp término boca arriba, exhausto y con una mano de ángel apuntando a su cuello.

— Bien, eso fue todo, ya veo en qué nivel te encuentras, no estás tan mal chico, sabes esquivar… Solo te falta un poco de práctica y desarrollar un poco de fuerza y en unos pocos meses, o quizás unos dos años, podrás ser capaz de enfrentar a Pecadores promedio, aunque sea solamente para defenderte… 

— Oye, siento que me estás minimizando mucho… He peleado con tipos más grandes que el simple “promedio” — replicó Blitz ofendido por el comentario del ángel.

— ¿Y cuantas veces les has ganado sin escabullirte o sin que alguien interviniera? — dijo el ángel con una ceja levantada.

Blitz se quedó callado ante esa declaración, porque de hecho no es que hubiera ganado realmente una pelea, y casi todas sus peleas ganadas, solo fueron por los pelos, era ligero, era pensador rápido, pero no es que fuera super fuerte y menos en ese momento, viviendo en la basura, y comiendo muy poco, facilmente estaba más desnutrido de lo que nunca estuvo en el circo.

— Veo que no tienes palabras, eso significa que tengo razón, muy bien, entonces… Aquí tienes — Adam aparecieron unas pocas gemas valiosas, tanto para la Tierra como para el cielo, pero sobre todo para el infierno.

— ¿Y esto? — preguntó el Imp confundido.

— No tengo dinero infernal, pero tengo esta mierda, cambiala por dinero infernal o lo que usen aquí, seguro a los bancos de Mammon les interesara… Quiero que uses eso para comprar cosas para comer, veo que lo necesitas… — Blitz volteo a ver su propio cuerpo magullado pero mucho mejor que hace un año, mientras Adam continuaba — Y también para, no lo se, no estresarte… mañana empezamos a entrenar en serio… Y quiero que estén en las mejores condiciones, esas son las normas de nuestro trato… 

Adam volvió a abrir un portal, mientras se retiraba, antes de volver a ver al Imp.

— ¿Quieres que te transporte a tu casa? — Blitz negó con la cabeza haciendo que Adam se encogiera de hombros — Bueno, tu te lo pierdes, Nos vemos Blitz — y con eso y un símbolo de rock en sus dedos, Adam desapareció dejando a Blitz solo en ese lugar solitario.

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Las primeras semanas de entrenamiento se centraron en mejorar la salud física del Imp, agudizar su ligereza, tomar ventaja de su fuerza y como usar la fuerza de sus oponentes en su contra, y desarrollar aún más las habilidades aprendidas en el circo.

Por algunos de esos lapsos, Blitz consiguió un trabajo en un parque de diversiones llamado Loo Loo Land, con un robot insoportable y clientes aún peores, pero de alguna manera tenía que salir adelante.

— ¿Por qué soportas esa mierda, chico? Es decir, siento que te estoy dando suficiente para que no sufras por dinero… — replicó una vez Adam, mientras Blitz trataba de seguirle el ritmo, logrando esquivar al menos 3 “ataques”.

— No creo que deba depender del todo de ti, en especial si aún no te he sido muy util, ademas, seria sospechoso que tenga mucha plata de la nada sin tener un trabajo… 

Adam logró derribar nuevamente al Imp, pero al mismo tiempo una sonrisa rodó los ojos tras su máscara.

— Es el puto infierno, dudo que haya moral, te conoci robando un poco ¿recuerdas?, además ¿sabes que no te estoy exigiendo nada en este punto? Solo entrenar… — la sonrisa de Adam disminuyó un  poco tornándose en algo melancólico y murmuró — Diablos te pareces tanto a él.

— ¿De qué carajos hablas? — dijo el diablillo ofendido.

— Nadie… levántate, tenemos que continuar, ahora con defensa, ya que no eres un ángel, puedes ser herido fácilmente, así que te enseñaré unos trucos que Miguel me enseñó, espero que en tu circo hayan usado el truco de las dagas.

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Los entrenamientos fueron evolucionando hasta el punto donde Blitz era capaz de esquivar y atacar sin dudar y con precisión, las predicciones de Adam estaban cumpliendose, solo que en menor tiempo, donde supuso que serían varios meses, se redujo a 6 meses, y de alguna forma eso lo hacía sentir orgulloso.

Después de horas de entrenamiento, durante ese día, ambos descansaron junto a una pequeña fogata. Blitz estaba agotado, y se recostó en el suelo mientras Adam solo observaba el fuego verde, volteando a ver al Imp y sus marcas ahora blancas, con cierta curiosidad, nunca supo que paso en ese momento y nunca pregunto, pero estaba seguro que Blitz no se lo contaría, y lo entendía, si Blitz le preguntara por cosas relacionadas con el Edén y el fruto prohibido, él también le daría una negativa rotunda.

— ¿Sabes? Esto de ser un aprendiz de ángel es un trabajo agotador. No sé cómo lo haces sin café o almas como combustible.

— No es la gran cosa… No seas un marica lloron.

— Dime alas brillantes… ¿Qué te motiva además de la satisfacción de matar? — preguntó el Imp mientras se sentaba con curiosidad.

— Digamos que lo hago por mi gente. Sera dice que es lo correcto así que decido creerle… — dijo Adam con una sonrisa resignada que Blitz no alcanzó a notar.

— Sí, sí, entiendo, supongo que no puedes decirle que no a tu 'mamá celestial'. 

Adam levantó la vista, mirando al diablillo con una mueca de incomodidad.

— No creo que me guste llamarla exactamente así, es más como mi jefa, la Admin, mi manager, encuentra otro sinónimo, pero sigue siendo solo eso, una figura de autoridad… 

— Déjame adivinar, ¿Quieres que esté enorgullecida de ti? 

Adam observó que Blitz lo veía con una sonrisa pícara, sabiendo que el Imp quería meterse en su piel y molestarlo, pero en ese punto cualquier asunto con Sera había dejado de molestralo, al final de cuenta Sera dejó de importarle, o eso se decía a sí mismo.

— Nada hace a esa mujer feliz, excepto, tal vez el control, además no necesito su aprobación teniendo a cientos de fanáticos y seguidores… 

— ¿Y qué más haces en el cielo, aparte de ser líder de un ejército? — preguntó aún más curioso el Imp.

— Toco en una banda de rock en donde soy el guitarrista y vocalista principal.

— No Mames, ¿En serio? Que genial, supongo que usas tu hacha-guitarra para tocar unos riffs mortales — dijo emocionado Blitz mientras fingía tocar una guitarra imaginaria.

Adam sonrió con nostalgia al ver la emoción del diablillo, quien parecía nuevamente el adolescente que conoció hace algunos ayeres.

— Está bien, recuérdame un día de estos traerte un vinilo o reproductor con algunas de nuestras canciones.

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Siguiente nivel en el entrenamiento y el más importante y que ahora que Adam lo analizaba debió ser con el que debía empezar, como sea: aprender a ser sigiloso y leer las expresiones de la gente.

Adam llevó a Blitz a un mercado clandestino del Infierno, o mejor dicho Blitz lo llevó ahí, ya que Adam se lo pidió. 

Blitz comprendia el proposito de esa parte del entrenamiento, pero nunca penso sorprenderse al ver el camuflaje del ángel, este parecia un pecador cualquiera, incluso en su uniforme de angel parecia un demonio, pero ahora los colores blancos y dorados habian cambiado a rojo y negro, su halo y alas ocultas, y su sotana reemplazada por un traje de cuero rockero con puas, y muy pegado al cuerpo, denotando su complexión ancha.

Adam le enseñó a Blitz a observar desde las sombras, algo de lo que el Imp ya tenía conocimiento, y donde Adam simplemente lo guió recalcando algún desliz en la técnica de Blitz para tomar en cuenta más a futuro, escuchando varias conversaciones sin ser detectados y recogiendo detalles importantes.

— Sera siempre dice que el lenguaje corporal es importante, los gestos, la forma en que se mueven… todo.

— El tipo de la derecha parece listo para salir corriendo… — dijo Blitz con una sonrisa ligera.

— Ya no me arrepiento de entrenarte, veo que estás aprendiendo de tus errores… Pero claro, yo soy tu maestro… Ven, vamos…

Blitz, se sentía orgulloso de sí mismo, ante el leve halago del ángel aun con su ligero toque de egolatría. Estaba impresionado a pesar de sí mismo, comenzando a aplicar lo que aprendía. Incluso mientras Adam no estaba.

— Oye, por cierto, sin ofenderte viejo, pero no pensé que estarías tan, ya sabes… Grande tras todo ese atuendo…

Adam miró por un momento a Blitz, un poco ofendido, ¿cómo decirlo? este disfraz de pecador en realidad solo era otro traje de humano al cual solo le había agregado su casco con colores en rojo, lo había usado solo pocas veces cuando algunas de sus bandas favoritas de Heavy hacían conciertos en la Tierra, y así pasaba desapercibido, pero eso fue hace años y en esos tiempos el traje le quedaba bien. 

Ahora, al ver su físico, noto que se había descuidado un poco, batallo con algunos empujones para que cupiera nuevamente en el pantalón, augh, como odiaba esas cosas, en sus tiempos no tenía que batallar con esa prenda aprieta testículos.

— ¿Tienes un problema con mi físico? — dijo ligeramente molesto.

— No, no hay nada de malo, incluso diría que tienes lo que las personas llaman "cuerpo de papá".

— No sabes de lo que hablas, chico, decir eso es compararme con Papa Noel, y eso no es nada rudo, ¿Como voy a intimidar a las personas, si los que me ven, ven mi cuerpo y lo quieren abrazar? — murmuró ofendido el ángel.

— No te ofendas, no lo digo con esa intención, la verdad es que te ves intimidante, cualquiera que se topara contigo dudaría en retarte… Además ¿Quién diablos es Papá Noel?

La seguridad de Adam aumentó un poco gracias a las palabras del Imp, y con ello su máscara intangible que solo Adam conocía.

— Cierto, ¿Quien conoce a ese panzón? Yo soy el puto primer hombre, él existe por mi, y soy mucho mejor que él… — Adam sonrió repasando sus palabras nuevamente en su mente, él era el mejor, y si tenía que repetirlo cada minuto para no olvidarlo, lo haría, volvió su sonrisa confiada al Imp y dijo — Chico, ¿Quieres dañar algo de propiedad privada? 

Blitz sonrió, y sin necesidad de que le dijeran dos veces saltó emocionado, siendo seguido por el ángel, dirigiéndose a una parte del infierno sin ser detectados o parecer sospechosos, parte de la lección había sido aprendida y puesta en marcha, además Adam estaba seguro de que unos cuantos huevos en un palacio “abandonado” no harían daño.

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— No creo que debas esperar a tener todo tu entrenamiento para poder hacer trabajos pequeños en tu tiempo libre del parque pirata… — dijo Adam a través de su halo a la joya del guantelete del Imp, manteniendo una conversación a distancia con quien caminaba a casa con un dejo de fastidio.

— Si tuviera tiempo libre, tal vez lo haría más fácil… ¿Recibiste las coordenadas de hace una semana?

— Si, me estoy encargando de anotarlas y hacer estrategias de brigada… ¿Has seguido entrenando? Mas te vale que no te hayan descubierto…

— Tranquilo, para ellos soy inofensivo, paso desapercibido… — dijo el Imp con total confianza mientras entraba a su apartamento.

Después de algunos meses, Adam decidió que era suficiente de enseñarle al Imp, de vez en cuando desciende para seguir enseñándole cosas nuevas, pero tambien tenia cosas que hacer, una reputación que mantener, y una loca (Lute) vigilando con constancia, Adam no diría que le molesta, Lute es una perra loca pero es muy fiel, pero necesitaba relajarse y conseguirse una vida lejos de solo ser exorcista, decir eso es un poco hipócrita, pero Adam era más que solo el exorcista líder.

Blitz por su parte seguía sobreviviendo en el infierno, de alguna manera se estaba haciendo de una reputación, no muy buena, pero muy alejada de los exorcistas como uno pensaría, era más bien una reputación de ser todo un don juan y un rompecorazones, pero pues si él nunca dijo querer algo serio, entonces la culpa era del otro individuo, por buscar algo más allá de una noche apasionada.

De vez en cuando Blitz molestaba a Adam simplemente para tener alguien con quien hablar, y el ángel aun a regañadientes aceptaba las llamadas, excepto claro si estuviera frente a Sera, con otros angeles podia inventar excusas, era el puto Adam, podia ir a donde quiciera sin interrupciones ni interrogatorios.

Poco a poco eso se volvió una rutina entre ambos, de vez en cuando Blitz llamaba al ángel o el mismo bajaba para seguir el progreso del Imp.

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Así llegó el tan esperado Dia E, el primer Dia E. de Blitz como “espía”, había logrado encontrar a lo largo del año algunas ubicaciones, algunos “escondites” de pecados basados simplemente en conversaciones que parecían efímeras, tomando como ventaja su poca relevancia para los pecadores, nadie nunca vería venir que un simple Imp terminaría “traicionando” a miembros de su reino.

Un día antes del esperado, Blitz fue citado a la embajada del cielo, por el mismo Adam, quien abrió un portal discreto desde el departamento de Blitz, haciendo que su entrada a la misma embajada fuera discreta, sin necesidad del registro de entrada del mismo.

— Vaya, esta es mi primera vez en este sitio… ¿Así se ve el cielo? Creo que es muy brillante para mi gusto — mencionó el Imp, mientras entraba en la sala de conferencias.

— Lo mismo que dices del cielo lo digo yo del infierno, es demasiado rojo para mi gusto… Hasta diría que se saturan del mismo color — contestó el ángel mientras tomaba asiento en la silla principal del conferencista.

— Entonces… ¿Qué hacemos aquí? 

En la mesa principal se comenzó a proyectar un holograma de la ciudad pentagrama completo, no faltaba ningún edificio, todo en su respectivo lugar.

— Me has mandado información importante sobre los pecadores, coordenadas, pero siento que hace falta una visualización un poco más a escala… según tu información, los escondites son… 

El ángel señaló cada lugar que marcaban las coordenadas, iluminandose de un color diferente los hologramas tocados por el ángel.

— Exacto, ¿Qué más necesitas saber, alas brillantes? — Blitz observó los lugares y recordando lo que había escuchado prosiguió — En esta parte se quieren esconder los pecadores que aún no tienen contrato establecido, los Overlords tienen escondites realmente difíciles de encontrar, si atacas aquí probablemente sospechen de un soplón, escuche que algunos Overlords querían poner carnadas específicas debido a todas las veces en que un “escondite anti exorcistas” no funcionó…

— ¿Crees que sepan que tú eres ese factor en común?

— Mataste casi que literalmente a todos los anteriormente involucrados…

Adam observó por un rato con una sonrisa irónica cada uno de los escondites carnada que Blitz había mencionado.

— ¿Encontraste Overlords que pudieran significar un riesgo? 

— Todos los Overlords son un riesgo, pero si quieres ir por uno cuya falta pueda sumergir al infierno en caos esos podrian ser los V’s que controlan las redes de comunicación de Orgullo o Carmila Carmine, quien es traficante de Armas Celestiales, pero si buscas algunos más inofensivos puedes buscar en los muelles o las zonas de “Guerra”.

Adam sabía muy poco de algunos pecadores en especifico, la verdad no se molestaria en recordar nombres de seres que eventualmente mataría, pero los Overlords eran otro caso, algunos pocos los conocía por ser quienes eran una constante, eran cucarachas escurridizas, pero presentaban un peligro.

— Ya veo… creo que uno de esos es el que hizo las cámaras de seguridad…

— Ja, ¿Cámaras de seguridad? Si claro, Ja, que buen chiste… — dijo riendo el Imp — Esas cosas son de espionaje y estoy seguro de que no me sentiría seguro con una de esas… Como sea, es de conocimiento general que los Overlords se vuelven más poderosos con cada contrato que hacen, tu mejor que nadie lo deberías saber…

— Necesitaremos buscar sus escondites y con ello disminuimos sus defensas, así atacamos con mayor seguridad para acabar con los cabrones…

— Suena bien para mí… — comentó Blitz con indiferencia.

— ¿Crees que puedas conseguir información de los contratistas? Si tenemos los datos del Overlord y sus puntos débiles y nos centramos en unos pocos al año, podremos terminar poco a poco con estas plagas con hambre de poder…

— ¿Hablas de matar al Overlord, liberar del contrato a las almas y que ellas difundan rumores? Entiendo, si los pecadores contratistas se dan cuenta de que estás tras los Overlords, definitivamente los venderán.

— Lo harán simplemente porque quieren vivir… Es buen enfoque — dijo Adam de manera pensativa y con una sonrisa de orgullo formándose en su rostro.

Blitz mostró una sonrisa orgullosa, sin embargo, seguía intrigado por el pensamiento del ángel.

— Se que es jugar con fuego, pero creo que deberias empezar con destruir a los V’s

— Siendo los que controlan todas las redes de comunicación, es más conveniente terminar con ellos, solo necesito que uno crea que es más astuto que los demás, que logró vencer a los exorcistas… y ¡PUM! Sorpresa Perras… 

— Olvidaba que también existe este tipo de la Radio, pero ese es tan escurridizo y es difícil de detectar… ¿Sabes que me pongo en peligro al meterme mucho en esto? Si me descubren soy Imp muerto…

— Mientras estés bajo mi contrato divino nada te pasara, tu tranquis Blitz.

— Sabes que eso no me tranquiliza mucho ¿Verdad?... Entonces…

— Haremos que se peleen entre ellos, solo hará falta un rumor convincente… pero eso será para desarrollarse a lo largo del año, por ahora simplemente nos concentramos en estos escondites…

— Ohh, esto se pondrá interesante. — dijo el Imp con una sonrisa.

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El Dia E. pasó sin pena ni gloria, los pecadores muertos superaron por una leve cifra al año pasado, todo basado en la estrategia de Adam y la ayuda de Blitz, pero aún faltaba pulir un poco más las habilidades y estrategias, sin embargo eso no fue limitante, Blitz se sentía un poco satisfecho por lo que había logrado.

Un día Adam apareció repentinamente sin ninguna explicación y lo llevó a rastras al mundo humano.

— Oye viejo, ¿Qué carajos? Apareces de la nada y no dices nada, ni una llamada y mucho menos un mensaje…

— Encontré el entrenamiento perfecto para probarte… y no pude esperar — dijo el ángel con una sonrisa ansiosa, arrastrando al Imp.

— Vaya, esta es mi primera vez aquí… no se ve muy diferente del infierno… — dijo el Imp mientras veía a su alrededor el caos de la Tierra, hasta que pasaron junto a una señora que los traspasó como si no existieran — ¿Acaso somos intangibles?

— Mientras haya activado eso en tu joya, si. No puedo dejar que los humanos te vean asi como asi, despues te meterias en problemas y me quedaría sin espia…

— Wow, me siento tan apreciado — dijo el Imp poniendo los ojos en blanco sarcásticamente.

La misión transcurrió en una fortaleza de bodegas abandonadas cerca de la frontera entre el Infierno y el reino humano. Al parecer un objeto valioso tanto para el cielo como para el infierno se había extraviado y era deber de Adam recuperarlo, pero el ángel había decidido que Blitz participa esta vez, a espaldas de su jefa. 

— Muy bien, estamos aquí, tú te encargas de distraerlos, pero de manera silenciosa, tienes que hacer que no te noten… ¿Entiendes?

— ¿Hablas de esos videos de duendes 100% reales no fake donde un duende hace travesuras pero la cámara no lo nota?

— Algo parecido… Los alejaras del objeto y yo me encargaré de tomarlo a escondidas…

Al principio todo salió bien, solo basto con empujar algunas cajas y mover algunos objetos y Blitz captó toda la atención de los “ladrones”, uno se quedó para vigilar el objeto tan preciado, mientras los demás investigaban, Adam elevándose por los cielos de manera sigilosa observó el desempeño, mientras ponía su mira en el objeto, esperando el momento adecuado en que el vigía volteara para poder tomarlo.

Mientras tanto los vigías se acercaron al área de más actividad pero tras un rato de búsqueda no encontraron nada.

— ¿Crees que sea un fantasma?

— No seas baboso, esas cosas no existen, debe ser un mocoso que entró de curioso…

— Entonces regresen, no podemos darnos el lujo de que el jefe nos despida…

Dos de los ladrones se miraron entre sí, mientras se encogían de hombros y se preparaban para regresar, pero captando más sonidos, esta vez más agresivos, captando incluso la atención del vigía del objeto. 

— Si no saben lo que es entonces simplemente disparen — dijo fastidiado uno de los tipos.

Un disparo pasó a un costado del antiguo escondite de Adam y Blitz, mientras cada movimiento captado recibió una bala en su dirección, muchas cerca de Blitz, hasta que una le dio en un brazo provocando un grito involuntario que hizo que los presentes se asustaran, y Blitz se diera de golpes en la cabeza para pensar algo para salir, dado que Adam le había inhabilitado la intangibilidad, mientras el ángel seguía esperando.

Los ladrones asustados comenzaron a disparar más frenéticamente en ese sitio, mientras Blitz huía, y trataba de esconderse y pensar en una manera de no ser visto, pero esa tarea se volvía imposible con el lugar casi todo agujereado con balas.

— ¡Sabes, alas brillantes, un poco de ayuda aquí abajo no vendría mal! — grito entre susurros el Imp a partir de su joya amarilla.

— Tu parte era distraerlos, diablillo. Lo estás haciendo bastante bien.

— ¿Lo estoy haciendo bien? Lo estoy haciendo todo…— dijo frustrado Blitz mientras se volvía a esconder y esquivar otra bala.

El caos que Blitz generó, hizo que incluso el vigía del objeto se uniera a la acción descuidando el objeto, vaya, al parecer la violencia seguía llamando más la atención de la gente. Adam, viendo una oportunidad, aprovechó para robar el objeto con precisión, rapidez y discreción.

— Lo tengo, nos vamos chico… — anunció Adam con una sonrisa mientras mostraba el objeto en alto.

— Ya era hora — dijo Blitz mientras era elevado por el ángel, volviéndose al instante intangible — ¿Por qué no hicimos esto desde el inicio?

— Si un objeto desaparece de la nada frente a tus ojos… ¿Lo tomamos con calma? 

— Tienes un punto, pero ¿Los humanos son tan frágiles como para enloquecer solo porque un objeto desapareció de la nada?

— Creeme, lo son… En mis tiempos era más normal ver ángeles y diablillos corriendo por ahí, pero los jóvenes de hoy en día son menos creyentes y más… podridos…

Con la misión completada, el regreso al infierno quedó en un inquietante silencio. Blitz, jadeando, se dejó caer al suelo de su apartamento mientras Adam se acercaba, llevando consigo el artefacto celestial recuperado.

— Entonces, ¿Qué carajos es eso como para arriesgar mi vida? — preguntó el Imp.

— Es solo un talismán raro con criptografía antigua, Sera enloqueció cuando supo que los humanos lo tenían — dijo Adam mientras le mostraba el talismán bendito al Imp.

— ¿Y eso es lo suficiente valioso como para arriesgar mi vida?

— Digamos que podría usar a cualquiera de mis perras, pero quería ponerte una prueba… Digamos que solo necesitas trabajar en tu vigilancia y tu discreción… Creo que deberé buscar más herramientas o algo que se adapte a ti… — murmuró eso último el ángel, para sí mismo.

— Sabes, alas brillantes, un poco más de reconocimiento no me mataría — dijo Blitz con un tono de fastidio.

Adam miró a Blitz de reojo y soltó una risa entre dientes como un bufido, mientras su sonrisa se ampliaba.

— Si sobrevives a más misiones como esta, ten por seguro que tendrás una recompensa digna del primer puto hombre… Así que prepárate porque la primera lección a partir de aquí será esperar lo inesperado.

Blitz volvió a ver a Adam, quien desapareció en un destello de luz celestial.

— En pocas palabras, va a venir sin previo aviso… ¿En qué putas estaba pensando?

Sin embargo, por primera vez, Blitz sintió que había ganado algo más que una victoria: un conocido casi igual de caótico que él, alguien que pensó que nunca lo tomaría en serio y viceversa. Pero pues solo era una transacción, tendría que recordar eso a futuro.

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Blitz estaba frustrado con su vida, repasamos, fue despedido de Loo Loo Land, pero no es su culpa que el estupido robot siguiera tocando sus botones, no es muy conocido por ser paciente y solo basto con que usará algunos de los trucos que Adam le enseño, descomponiendo al estupido robot que al parecer a los miembros del parque les parece más valioso que un diablillo real. Como sea, ese trabajo apestaba, solo lo tenía para pasar desapercibida su creciente riqueza.

Eso no quiere decir que Blitz no esté molesto, supuso que buscaría otros trabajos, al parecer esa tal Verosika estaba buscando guardaespaldas, él podría hacer eso, es decir, ¿Que mejor guardaespaldas que alguien que tiene entrenamiento de exorcista?

Blitz envió solo un número de móvil, y con solo eso consiguió una entrevista para la siguiente semana, malditos sean los horarios en el infierno, pero al menos no era una cita en Pereza. Sentado solo en un acantilado del Infierno, miro el horizonte rojizo.

— Hola, Tierra llamando a Blitz, ¿Que haces? Espero que sigas entrenando mañana te voy a poner un examen — se escuchó a través de la joya en el guantelete de Blitz.

— ¿Vas a sermonear justo ahora? Estaba disfrutando mi tranquilidad… 

La línea se mantuvo en silencio un rato, hasta que Adam volvió a hablar con un tono más exigente.

— Ok, te escuchas molesto, ¿Volviste a pelear con tu jefe de mierda? Ya te dije que no tienes que trabajar en ese parque de mierda…

— Me despidieron… — interrumpió Blitz con un tono fastidiado.

— Felicidades… Oh, espera, ¿Se supone que eso es malo?

Blitz no pudo evitar soltar una risa, hablar con Adam de alguna manera lograba levantarle aunque fuera un poco el ánimo.

— Déjame adivinar, ¿Estás buscando otro trabajo a pesar de que te estás ahogando en todas las riquezas que te doy?

— Mmm, vivo bien, no me puedo quejar, si pudiera me compraría un establo, pero aun me falta ahorrar suficiente para tener uno… y cuidadores, pero sigo pensando que puedo levantar sospechas, por eso busco trabajos… ¿Qué piensas, trabajador de WacDonalds o Guardaespaldas de una estrella Pop?

— Guardaespaldas, definitivamente, y mucho mejor si está buena… — dijo sin pensar el ángel.

— A veces me pregunto por qué estás en el cielo en primer lugar…

— Soy encantador, ¿Que puedo decir? 

Con eso la línea se cortó y Blitz supuso que Adam volvió a sus tareas de angel aburrido, mientras él volvía a la suya.

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Bien, después de tres años aproximadamente, Blitz finalmente pudo encontrar en forma y accesible a Fizz, fue una coincidencia, pero está feliz de que sucediera, quiso acercarse para hablar finalmente con él, para finalmente aclarar todo, para que volvieran a ser amigos, si bien odiaba a Robo-Fizz con toda su alma, no era el verdadero Fizz, y su respuesta a Blitz pudo ser solo algo destinado a la programación. Aun así tardó años en aclarar las cosas por lo cual entendería que Fizz estuviera molesto, pero ansiaba arreglar todo y compartir lo que tenía con al menos uno de sus allegados más cercanos.

Sin embargo, tan pronto como lo vio Fizz, su mirada y actitud cambiaron, se transformaron en una frialdad tan apática. 

— Oh, ¿Mira a quién tenemos aquí? Tienes suficientes agallas como para presentarte ante mí después de lo que hiciste…

Blitz se detuvo un momento con una expresión dolorida y llena de culpa, trago saliva y se dispuso a hablar.

— Mira, se lo que hice, se que fue mi culpa, y quiero pedirte disculpas, fue un accidente, lo juro, pero eso no quita que yo…

— ¿Accidente? Claro… ¿Tus celos también fueron un accidente? — dijo Fizz casi sin intención de escucharlo.

— ¿De qué carajos hablas? Yo no estaba… ¿Quién te dijo semejante mentira? Fue Papá ¿verdad?... Viejo de mierda… Fizz tienes que escucharme yo… — dijo Blitz molesto, mientras trataba de acercarse a Fizz.

— Guardias, saquen a este Imp de mi vista… — dijo Fizz con indiferencia.

Varios guardias Perrunos aparecieron tratando de llevarse al Imp, quien comenzó a forcejear y logró derribar al menos 3 de ellos sin necesidad de fuerza y solo con agileza, haciendo que Fizz volviera su vista impresionado mientras Blitz gritaba tratando de hacer que lo escuchara…

— ¡Por Favor Fizz! ¡Dame una oportunidad! Te espero en la cafetería de Avaricia donde solíamos platicar… 

Y con eso más guardias lograron sacar por la fuerza al Imp, ante la mirada impresionada y dudosa de Fizz.

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El entrenamiento dejó en claro dos cosas para Adam, uno, Blitz mejoró en agilidad y uso de armas, quizás esté preparado para portar algo más avanzado, y dos, algo había pasado porque el chico a pesar de mejorar se notaba distraído y el sabe lo que es ser distraído.

Adam se cruzó de brazos mientras detenía el entrenamiento llamando a un descanso.

— Muy bien ¿Que te pasa?

Blitz suspiro con un tono amargo sin mucha intención de responder, mientras evitaba mirar al ángel, buscando las palabras adecuadas.

— ¿Es por la estrella Pop? descuida, seguro hay más buenas que ella…— dijo Adam para aligerar el ambiente ganándose una leve risa entre dientes del Imp.

— Ja, ja, muy gracioso, alas brillantes. La verdad es que… — Blitz olvido a respirar un poco más lento para poner en palabras lo que sentía — Siento que todo lo que toco se desmorona: me despidieron, volví a encontrar a mi amigo despues de estar buscando por 3 años y resulta que no me quiere ver, mi vida es un asco, no importa las riquezas que tenga... A veces siento que no importa cuánto lo intente, siempre termino en el mismo lugar. Solo… y más roto.

Adam guardó silencio, escuchando las penas de su pupilo infernal, sus ojos se suavizaron al escuchar las palabras de Blitz. Algo en sus palabras le resultaba tan familiar, no quería proyectar, lo intentaba pero este chico lo hacía difícil. Mordiéndose el labio pensó sobre si intervenir o no, y finalmente, dio un paso adelante y se sentó a cierta distancia, pero lo suficientemente cerca como para mostrar que estaba ahí para escuchar.

— Chico, el infierno es un lugar diseñado para que fracases. Pero incluso aquí, pienso, y que esto quede entre tu y yo, que no todo está perdido. A veces, el simple hecho de intentarlo ya es una victoria.

Blitz soltó una risa sarcástica llena de un poco de incredulidad y amargura.

— ¿Intentarlo? Por favor, intento todo el tiempo, y mira dónde estoy. No soy más que un estúpido Imp con un ego demasiado grande, solo en este estupido mundo y con un montón de malas decisiones que cargar, no culpo a Fizz por odiarme, tiene todo el derecho.

Adam suspiró, mirándolo directamente y con un tono más firme, digno de un padre preocupado agregó:

— No conozco tu historia, pero sé que no eres el único que ha tomado malas decisiones. Créeme, sé de lo que hablo. — Murmuró eso último para sí mismo, sin embargo en un tono lo suficientemente alto para que Blitz lo escuchara.

— Si mi memoria no me falla, en la historia de la Tierra y del Infierno se hace mención de que fuiste expulsado del Edén y tus amigos te abandonaron, y aquí estás, con gran esplendor, mientras el Rey de aquí está aislado, la reina ha dejado de ser muy activa a comparación de años anteriores y no se sabe nada de Eva ¿Como es que sigues…

— No me rendí… — dijo simplemente Adam mientras observaba al Imp — ¿Recuerdas mis palabras hace tres años? no nací sabiendo, tenía miedo, pero aprendí algo: quedarte atrapado en el sobre-pensamiento de lo que pudiste hacer no cambia nada. Solo te hunde más, es mejor pensar en lo que puedes hacer ahora.

Blitz guardó silencio por un momento, reflexionando y pensando en lo que haría a partir de ahora, luego volvió a mirar al suelo, sus pensamientos visibles en su rostro.

— Ni siquiera sé qué estoy haciendo. Solo sigo adelante porque no sé cómo detenerme.

— Mientras sigas moviéndote… — dijo con una sonrisa genuina el ángel mientras se ponía de pie y volvió a ver al Imp — ¿Crees que puedas seguir o dejamos hasta aquí el entrenamiento? 

Blitz sonrió mientras se ponía de pie y se sacudía el polvo.

— Creo que todavía aguanto otra ronda, gracias por el discurso motivacional, coach. Aunque no soy exactamente el tipo que aprende lecciones profundas de vida.

— Ja, yo tampoco… — dijo con una risa — Entonces, tercera lección… Aprenderás a manejar un arma celestial…

La sonrisa de Blitz se amplió mientras Adam le entregaba una daga pequeña.

— Genial, de esto estaba hablando… No te contengas Alas Brillantes…

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Blitz esperó por una hora en la cafetería en Avaricia donde guardaba una esperanza de que Fizz apareciera. Con una mirada baja, decidido a dejar el local.

— ¿Está ocupado? — dijo una voz ronca que sorprendió a Blitz, ahí frente a él estaba Fizz con una capa lo suficiente discreta para no ser tan reconocido.

— ¡Si viniste! — dijo Blitz con una sonrisa que se comenzó a formar en su rostro.

— Lo hice porque quiero respuestas… Digamos que no estoy muy satisfecho con la versión que me dieron… — mencionó Fizz sin ver a Blitz a los ojos pero sin el tono hostil de ese mismo día más temprano.

— Oh, claro, siéntate… esto creo que será una conversación incómoda…

Fizz tomó asiento y el resto de la noche conversaron, y de alguna manera volviéndose a conectar, habían sido 4 años, fueron bastantes, pero eran mejor que 15, Blitz supo que Fizz mejoró bastante, ahora tenía contrato con Mammon, eso era evidente dado la mercancía con Fizz y eso solo crecerá mas y mas, ademas de que ahora tenia una asociacion tambien con Azmodeus, buena suerte por él. 

Fizz por su parte, descubrió que Blitz no la ha pasado muy bien, en parte fue porque Blitz trató de no mencionar a su entrenador y guardaespaldas celestial, por ahora no saberlo no lo lastimara.

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Adam había enseñado a Blitz lo mejor que pudo, lo que él aprendió en sus primeros años primordiales, más parte del entrenamiento de Michael, Blitz lo aprendió en 5 años, y esos años realmente sirvieron de algo. Descubrió los puntos fuertes de Blitz, por ejemplo que era bueno con la ligereza, siendo sigiloso, salvo cuando no quería, y siendo eficaz, tenía buen pulso, aunque su puntería podría ser mejorable, pero en si era un ser de caos andante, pero mentiría si dijera que él no lo era también.

Cuando Blitz comenzó a involucrarse más en los problemas y recados que Adam le pedía, este decidió finalmente darle algo digno de un colega del primer hombre, un "regalo" especial: su primera arma celestial. 

Adam citó a un entrenamiento especial a Blitz en la tierra, después de terminado el entrenamiento Blitz espero a que Adam abriera el portal y lo mandara al infierno como era rutina, eso fue hasta que vio que nada pasaba.

— ¿Pasa algo, Alas Brillantes? — preguntó desconcertado el Imp.

— ¿Tiene  que pasar algo? — dijo Adam con una sonrisa — Hay algo que quiero darte.

Blitz se miró desconcertado y para aligerar el ambiente soltó un bufido y se mostró un poco fastidiado, aunque por dentro había solo incertidumbre — Por favor, dime que no es para otro sermón o algún aburrido trabajo de vigilancia.

Adam soltó una risa estridente — Oh, Blitzø, qué cruel eres. ¿No puede un ángel querer pasar un momento con su compañero infernal sin que lo acusen de tener segundas intenciones? — Blitz levante una ceja, incrédulo — Para tu inmensa fortuna, esta vez no se trata de una misión.

Antes de que Blitz interrogará a que se refiere el angel, Adam comenzó a hacer algunos movimientos con sus manos, entre el brillo se comenzó a formar una pistola de chispa, parecida a las armas de los piratas, pero con tonos dorados blancos y algunos adornos negros.

Blitz no podía creerlo, ¿Esto significaba lo que creía que significaba?

— Felicidades. Has sido promovido de molesto colega a molesto colega con un arma celestial. Esto es para ti — dijo Adam con una sonrisa mientras le extendía el arma a Blitz.

Blitz lo miró con incredulidad, parpadeando un par de veces antes de señalarse a sí mismo, como si no estuviera seguro de haber escuchado bien, ante eso último Adam solo rodo los ojos y asintió con la cabeza, aun con una sonrisa.

— ¿Una pistola celestial? ¿Para mí? Esto es una broma ¿No? ¿Dónde está la cámara oculta? — mencionó el Imp mientras sostenía el arma y la examinaba, al igual que los alrededores, buscando el truco. 

Adam no pudo evitar agregar sarcásticamente — Sí, Blitz, claro. Todo esto es parte de un elaborado plan para verte la cara de idiota. ¿Puedes dejar de cuestionarlo y aceptar tu maldita arma?

La sonrisa de Blitz comenzó a expandirse y brillar, como si no hubiera esperado eso, estaba muy emocionado, parecía niño con juguete nuevo — No seas MAMON ¿Esto no explotará en mi cara, verdad? Porque ese sería un movimiento muy tuyo.

— Por favor, Blitz, si quisiera verte explotar, lo habría hecho con estilo hace 5 años… Aunque… conociendo tu suerte, no descarto que termine en un desastre.

Blitz seguía apuntando la pistola a lugares al azar solo para probar cómo se sentía en sus manos, pero aun sin probar el disparo. La examinó más de cerca, notando los detalles y el peso perfectamente equilibrado. Su rostro pasó de muy emocionado a uno más suave, aunque intentó ocultarlo al instante con su típica actitud.

— Bueno, bueno... Supongo que finalmente te diste cuenta de que soy tu socio más valioso… Era hora de que lo admitieras, alas brillantes — dijo con una sonrisa arrogante.

— Yo diría que es más una inversión de alto riesgo — mencionó al Angel, cruzado de brazos e indiferente — Pero supongo que, en términos de eficiencia, eres… aceptable.

— ¿Aceptable? ¡Por favor! Sabes que soy mejor que aceptable, tus angelitos no hacen los trabajos que yo hago.

Adam soltó un suspiro dramático, pero con un dejo de diversión en su tono — Dios, creo que cometí un error dándote esto. Me voy a arrepentir, ¿No?

Blitz apuntó al aire con la pistola, probando mejor cómo se siente — Ahora, ¿tiene algún truco especial? ¿Dispara rayos de juicio divino o algo así? — en eso se le escapó un disparo a la pistola, lanzando un rayo celestial que pulverizó una lata que estaba ahí para la prueba de tiro anterior.

— Cuidado a donde apuntas esa cosa, chico — dijo Adam como una ligera reprimenda.

— A la Verga, esta cosa es para pulverizar, esto no dejaria evidencias, No mames, el mejor PUTO regalo de la vida… ¿Y por qué este modelo en específico? — preguntó el Imp mientras analizaba, ¿por qué pistola de chispa?

— ¿Eso? Lo diseñe específicamente para ti, recuerdo que una vez dijiste que te gustaban los piratas, y si bien tiene sentido porque eres del Infierno, no te culpo, tienen estilo los malditos saqueadores… 

Blitz sonrió, y algo de lo que dijo Adam le llenó de una calidez que no creyó sentir con nadie más que su madre, él había escuchado sus divagaciones, había escuchado lo que le gustaba.

— No pensé que te importara alguien mas que tu — mencionó Blitz. 

— Si, bueno, tengo algo parecido a un corazón, y aunque no lo creas me preocupo por los míos… — dijo Adam tratando de ocultar que se sentía avergonzado por haber admitido que tenía… sentimientos.

Luego, por un momento, su expresión se suavizó. Blitz miró a Adam de reojo y, aunque no lo dijo directamente, trato de que su tono revelara algo de sinceridad.

— Gracias... por el arma y eso… digo, no porque lo necesitara, pero... gracias — menciono con su sonrisa más sincera.

— ¿Qué es esto? ¿Blitzø mostrando gratitud? ¡Alerta roja! ¡El apocalipsis se acerca! — dijo Adam volviendo a ser el idiogta de siempre pero aligerando el ambiente y haciendo que Blitz también se burlara con algo de fastidio pero sin estar realmente molesto.

— Olvídalo. No se por que abrí mi bocota…

Adam entonces guardó silencio y con una mirada seria con intenciones de dar un sermón pero un tono suave dijo: 

— Úsala bien, Blitz.

Blitz le guiño un ojo con confianza mientras guardaba el arma — Relájate, alas brillantes. Soy un profesional, ¿recuerdas?

— Cuando se descargue no dudes en llamarme para volver a recargar… 

Blitz siguió admirando su nueva arma, y aunque intentó restarle importancia, el gesto de Adam lo había tocado más de lo que quería admitir. Después de ese obsequio Blitz no quiso volver al infierno y le insistió a Adam para que probara entrenar ahora con su nueva arma, y Adam por supuesto no se podía negar a ver el entusiasmo de un hijo en acción.

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Adam se ha dado cuenta de que ha llegado a cuidar a Blitzø de una manera inesperada. A pesar de sus comportamientos rebeldes y peligrosos, asumió un rol protector, algo que nunca pensó hacer. A veces, le recuerda a Blitzø que le debe su vida, aunque el diablillo nunca lo admitiría, y no era por recriminarle, simplemente quería sentir que al menos tenía el control de esa decisión, por muy raro que sonara.

Una noche en la embajada celestial después de una de las tantas visitas –que al parecer Adam insistió en tener– Blitzø estaba sentado sobre una mesa desordenada, jugueteando con su nueva pistola celestial mientras Adam revisaba mapas y papeles, con ubicaciones de escondites nuevos. Entonces Blitz decidió terminar con ese silencio:

— Así que... ¿Cuantos más pecadores faltan para que termine esto, ya sabes, nuestro trato? ¿cien? ¿Mil? No es una queja, pero no puedo evitar pensar que estás un poco obsesionado conmigo, alas brillantes. 

Adam no levantó la mirada, aún concentrado en cómo hacer una estrategia eficiente, pero con un aire indiferente dijo:

— No llevo una cuenta definida, diablillo. Pero creo que aún faltan más de millones de pecadores más los que caen diariamente. Así que estarás atrapado conmigo por un buen tiempo — agregó lo último con una sonrisa burlona mientras dirigía su atención al Imp.

Blitz ya sabía lo que esos comentarios significaban, entendiendo un poco la personalidad de Adam, rió entre dientes, se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas mientras miraba al Exorcista con una sonrisa juguetona.

— Vamos, Alas Brillantes. Admítelo, te caigo bien. Y no me gusta pensar que solo me contrataste porque me tuviste lástima, porque créeme, soy un mal proyecto de caridad…

— Puedo estar de acuerdo con esa última afirmación, pero créeme, he tenido peores proyectos… — dijo el Ángel volviendo a la planeación y tachando un círculo en señal de que ya había hecho un plan.

— Entiendo que soy quien te ayuda con los Overlord y eso pero… ¿Por qué traerme aquí cada mes? Es aburrido, quiero salir y matar tipos — preguntó Blitz un poco más aburrido.

— Hmm, tú insististe en que querías ayudarme. Creí que también querrías ayudarme con las estrategias… 

— Me gustan las emociones fuertes — Blitz vio el mapa por un rato y solo señaló una parte — Aquí dudo que encuentres algo, Carmine volvió a cambiar su sede — Adam gruñó, marcó esa parte para ser destruida — ¿Y eso por que?

— Para prevenir, si esa era una sede entonces debe ser revisada, mis angeles en el próximo “Dia E” irán a destruir ese, nos llevaremos armas o cosas que encontremos, después veremos qué puedo hacer…

— Veo que el “Dia E” anterior terminaste asesinando a uno de los V… Lamento no haber podido ayudarte mucho… Verosika estaba de gira y eso, y pues Fizz me invitó a su bar con su casi algo.

Las  facciones de Adam se oscurecieron un poco ante la mención del V asesinado, mientras agregaba seriamente:

— Ese tipo sabía demasiado…

— ¿Quién era? ¿El tipo de televisión, el proxeneta abusivo o la tipa de las redes?

— Cierto, que faltan 2, la próxima será la tipa de redes… — Adam invocó dos tipos de ships de la nada entregandoselo a Blitz — Ten, ponselo a tu pistola y el otro a tu guantelete…

Blitz confundido tomó los artefactos inspeccionandolos mientras los incrustaba en su guante y su pistola — ¿Y esto para qué o qué? 

— Digamos que cometí un pequeño error, no pensé que en el infierno tuvieran registro de armas y cámaras vigías, debí saberlo ya que es el infierno, pero ¿Puedes culparme? los espías nunca fueron un problema que tuviera en mis tiempos, tampoco en el cielo… — Adam notó la mirada confundida de Blitz, tratando de entender lo que quería decir — Como sea, eso ayuda a distorsionar las cámaras y a que no registren el uso de una arma angelical no registrada… solo ángeles son capaces de eludir su señal, pero Lucifer está en la mierda…

— Espera ¿Quieres decir que alguien me descubrió? — preguntó Blitz uniendo algunos hilos.

— Me deshice del tipo… creyó que me podía amenazar y manipularme, pero antes de siquiera actuar fue borrado… Junto con la evidencia.

— Fue el tipo con cabeza de TV ¿Verdad? — Adam guardó silencio — Mierda, ahí se fue mi oportunidad de ser una estrella de TV — agregó como una burla.

— Oh, eres una estrella, Blitz. Solo que ardes demasiado rápido y explotas de forma espectacular. Supongo que, de alguna manera, eso es parte de tu encanto.

— Me tienes envidia porque iba a ser popular y te iba a opacar… JA

— Vaya, sí que sería un desastre si dos egocéntricos estuvieran protagonizando esto.

— Pfft, por favor. Yo tengo carisma. Tú eres más bien un dictador con complejo de estrella de rock.

— ¿Disculpa? Algunos estamos destinados a la grandeza — se pavoneo de manera dramática, mostrando su grandeza para después señalar a Blitz — Y otros… bueno, otros tienen salud, supongo.

Blitzø le apuntó con su nueva pistola celestial, sin intención real de disparar, solo para fastidiarlo. Ambos riendo de sus propios chistes.

— Si, lo que digas, alas brillantes… 

Adam volvió al mapa, sin borrar una pequeña sonrisa, mientras Blitz reía de nuevo. Tras un momento de silencio agradable, Blitz comenzó a ponerse más pensativo y decidió externar su duda.

— Sabes, podrías haberme dejado resolver mi cagada solo, al final de cuentas fue mi culpa… 

Adam contestó sin titubear — Lo sé…

— Pero no lo hiciste ¿Por que?

Adam tardó en contestar, bajo los papeles, se cruzó de brazos. No había burla en su voz esta vez, parecía dispuesto a ser honesto, la verdad dicha con la calma de quien no tiene que justificar sus acciones.

— Tal vez porque también fue mi culpa, es lo que un jefe hace, ademas, no lo repetire, pero aunque no lo creas, me preocupo por ti, y siempre hablabas de tu amigo con quien te reconciliaste y tu estrella Pop, no quería ser molesto y agregarte un problema que se podía resolver eliminando a un tipo de raíz. 

Blitz frunció el ceño ligeramente, quedando sin palabras y sorprendido por la sinceridad de Adam.

— Wow, eso fue profundo.

— Bueno, como ya aprendiste la lección, ahora, ¿podrías empezar por usar lo que te di con algo de responsabilidad? Si alguna vez vuelves a quedar expuesto, te juro que no dejaré de recordarte exactamente por qué me debes la vida.

Blitzø sonrió de lado, inclinándose hacia atrás y apoyándose en la mesa con confianza, sabiendo que no corría peligro y sabiendo, en palabras de Adam, nunca dijo que lo dejaría solo. Leyendo entre líneas era obvio que el ángel lo ayudaría si se mete en problemas, y algo en esa declaración ablandó el corazón duro del Imp.

— Por favor, no seas tan dramático. Siempre tengo que escucharte sermonear cada vez que me meto en problemas, ya es suficiente castigo. Aunque… debo admitir que tus pequeñas amenazas casi me hacen sentir querido.

— Solo asegúrate de mantenerte vivo. No tengo tiempo para andar recogiendo pedazos de ti cada vez que decides hacer algo estúpido — menciono el angel encogiendose de hombros y sonriendo.

— ¿Eso te vuelve una clase de ángel guardián?

— Me vuelves a llamar así y yo te llamare mascota… Tu decides

— Esta bien esta bien, que amargado… 

Ambos intercambiaron una mirada, Blitzø empezaba a aceptar que alguien realmente se preocupaba por él. Aunque nunca lo admitirían en voz alta o a menudo.

Blitzø sonrió ligeramente mientras volvía a juguetear con su pistola, reflexionando las cosas buenas que esa alianza con el ángel le había dado, tenía estabilidad, su amigo volvía a ser su amigo y si bien aún tenía cosas que le faltaban y no todo estaba arreglado, al menos por ahora, no estaba solo.

Chapter Text

El día del exterminio llegó, PERRAS. y fue tan glorioso como habría de esperarse, una Overlord murió y otra estuvo a punto de morir, hubo muchos recuentos de pecadores asesinados y varios refugios fueron saqueados, lo normal. Lo interesante aquí fue, una pelea directa que se dio entre exorcistas y Carmine, tras un golpe de suerte –realmente fue suerte– los exorcistas llegaron a rodear a la Overlord.

Pero Carmine nunca fue una Overlord débil, ella era de las más peligrosas, y ciertamente las exorcistas no estaban listas para un combate con ella, el peor error que pudieron haber cometido, fue querer emboscar ellas solas, sin avisarle a su líder. Y nuevamente la suerte las salvó, o tal vez no fue suerte.

— Si, Hotman a Alas Brillantes… creo que tus chicas están en problemas — anunció un Imp escondido en la distancia sin ser detectado y contactando al ángel.

— ‘¿Por qué te pusiste Hotman? es ridículo’ — recibió desde el otro lado — ‘Como sea, No te preocupes por ellas, son perras fuertes’

— ‘Me encanta la confianza que tienes en ellas, pero… creo que Carmine sigue siendo…’

La señal al otro lado falló, Blitz estaba confundido, eso nunca antes había pasado, entonces se escuchó un grito cerca de su posición, una exorcista había sido herida, al parecer el acero angelical era capaz de herir a los ángeles.

La situación cambió radicalmente y ahora los ángeles eran los que estaban acorralados, Carmine y sus “hijas” estaban preparándose, mientras los exorcistas resguardan a su hermana herida. Cuando parecía que Carmine terminaría su trabajo, alejando a las exorcistas de la herida, del cielo una luz brillante separó a los bandos, y sobre ellos una luz dorada de un ángel los vio con una expresión seria.

— ¡ALEJATE DE ELLAS! — gritó el ángel mientras descendía a gran velocidad y atacando con su hacha.

El ataque no mató a nadie, solo tenía el fin de separar a los enemigos, sin embargo se vio una confrontación, Carmine con la exorcista en sus manos y Adam con hacha en mano, recargando con energía angelical pura y con clara intención de tirar a matar en caso de que su exorcista resultará más herida.

— Señor, Matela, yo no soy importante… — insistió el exorcista, forcejeando contra Carmine.

— No digas tonterías Lyra… — dijo el ángel con fastidio.

Observando a su alrededor y buscando alguna salida sin sacrificar a una de sus exorcistas, Adam trato de hacer un plan, no podía confiar en un pecador, sabía que no la dejaría escapar tan fácilmente, con lo que nunca contó fue con un disparo que salió desde el más oscuro de los rincones. Fue tan inesperado para ambos bandos, y no dio en el blanco, pero sirvió para distraer.

— ¡AHORA! — escuchó Adam a través de su halo y eso logró despertarlo de la sorpresa.

Carmine soltó a Lyra al ser tomada por sorpresa. Adam se movió extremadamente rápido para ponerse como escudo y poner un espacio seguro entre él, los pecadores y los exorcistas.

— No pensé que los exorcistas fueran tan descuidados… ni que tuvieran tanto miedo de perder una sola pieza. ¿No son ustedes los "elegidos" después de todo? — dijo Carmine con un tono venenoso.

 — No tienes idea de lo que estás diciendo. — dijo el ángel con su tono cortante, mientras ordenaba a sus chicas retirarse y salvaguardar a Lyra.

Sus exorcistas se retiraron, Adam nunca quitó su atención de Carmine y sus hijas, asegurándose de mantener aún conexión con Blitz y asegurándose de que aún no haya sido descubierto y eso le diera el tiempo de salir de ahí.

Carmine dio un par de pasos laterales, tanteando el terreno. Sin atacar. Solo observando. Tenía una mirada penetrante. Una clara amenaza que haría temblar a cualquiera en el infierno, de no ser porque estaba delante del líder exorcista.

— Oh, tengo una idea. Lo suficientemente clara como para saber que… alguien nos estaba mirando. Alguien imperceptible…

La mandíbula de Adam se tenso un poco ante la perspicacia de la pecadora, poniéndose en guardia, pero también tratando de mantener su temple. Sus ojos aún están clavados en Carmine, evaluando su nivel de conocimiento.

— Me parece… interesante saber que alguien se interpuso. Después de todo, si alguien me ve con la guardia baja, podría aprovecharse en cualquier momento. Siempre supe que no debía bajar la guardia… 

Había una amenaza sutil en esas palabras. Carmine ahora sabía que la querian emboscar y que al parecer los ángeles habían avanzado en tecnología, entonces algo le llegó a la mente.

— Ustedes los ángeles son muy vistosos, aunque se quieran camuflar, su brillo divino se los impediría y parece que llamar siempre la atención es su estilo. Pero, nunca había visto a un ángel además de ti lanzar rayos divinos desde las sombras y que se ocultara tan bien. — Carmine pensó en algo que había tomado hace tiempo como otro disparate de los Vs para llamar la atención, y ahora algo parecía tener sentido — ¿Sabes? Hace tiempo en una reunión Vox nos quiso decir que tuviéramos cuidado de los nuestros, al parecer tenía una corazonada y estaba reuniendo pruebas… 

— No tengo tiempo para jugar a tus juegos, demonio.

— No es un juego. Creo pensar que esta vez tenía razón… Creo que acabo de descubrir información importante, y ya me encargue de que mis hijas lo sepan, no seria dificil difundirlo entre los demás pecadores y Overlords, aunque acabes conmigo, ellas seguirán mis pasos, y eventualmente… Creo que es evidente.

Hubo un gran silencio. Adam no fue capaz de responder, analizando las palabras de Carmine, y tratando de no verse vulnerable. 

— Sí claro, como si con eso me convencieras de no atacar… — Adam estaba listo para matar hasta que un ángel lo contactó de imprevisto.

— Señor, la tenemos rodeada, a la Overlord que buscaba…

Adam volvió su vista a donde estaba Carmine encontrando que se había escabullido, tendría que trabajar en su atención un poco más, con una última mirada Adam comenzó a alzar el vuelo, siguiendo a la exorcista y volteando ocasionalmente la vista.

Blitz por su parte había escuchado parte de la conversación ,antes de que Adam le gritara telepáticamente que se alejara, conteniendo un escalofrío y la adrenalina. Sabía que no había sido visto o eso esperaba. Lo que supo es que estuvo peligrosamente cerca.

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Una vez terminado el “Día E”, de vuelta en los campos de entrenamiento, las exorcistas eran atendidas, algunas hacían su informe y Lyra estaba siendo tratada. Adam las observó desde fuera, sin decir palabra. Hasta que un Exorcista se acercó.

— Señor, ¿Cree que se recupere? 

— Lyra se va a recuperar, es una Perra dura…

— ¿Fue imprudente lo que hicimos? Yo sabía que era peligroso enfrentar a esa Overlord en particular, pero cuando mis hermanas dijeron que así lo enorgulleceriamos, yo… 

— Fue lo más imprudente… — dijo Adam con dureza, pensando no sólo en las exorcistas, sino también en cierto diablillo — “Y no eres la única que fue demasiado imprudente” No me vas a enorgullecer si estas muerta…

— Pero creí que éramos invencibles — dijo el exorcista con una mirada un poco perdida, en busca de una guía o una respuesta.

— Lyra parece ser prueba de que no es así… Sweet… creo que va siendo momento de reforzar más nuestras defensas…

— ¿Y cree que Lyra vuelva a estar capacitada para pelear?

— Si se esfuerza, Sí, pero depende de ella… — dijo Adam pensativo, viendo a Lyra a lo lejos.

— ¿Y si no puede? ¿Habríamos cometido un error al haber vuelto por ella? — mencionó Sweet un poco molesta.

Adam volvió su vista a Sweet, preocupado por esa declaración que parecía cruel.

— ¿Cómo puedes decir eso? Ningún exorcista es dejado atrás…

— Pero usted mismo nos dijo que no debíamos poner lo emocional por encima del deber…

Adam sintió una especie de decepción por sus palabras, sabía que había dicho eso, pero por alguna razón, ahora sonaban muy equivocadas, parecian huecas.

— No sirve la eficacia si no tienes ejército que te siga… ¿Dónde estaría el sentido?

— ¿Habría hecho lo mismo por cualquiera de nosotras?

Adam guardó silencio, una mirada distante, sin necesidad de responder. Sweet le observó con el brillo de un hijo que mira a su padre con admiración, y un rato después se retiró. 

Una vez hechos los informes necesarios, y tras la reunión anual con Lucifer, Adam se quedó un tiempo en la embajada, pensando, pero ¿Qué más podía pensar? Muchas cosas salieron mal, primero, Carmine sabía algo, y lamentablemente al haber escapado difundirá lo que sabe, y tambien seria mucho mas dificil localizarla porque aumentaría su seguridad.

Pero no todo era malo, sabía que confiar en sus trabajadores traería resultados, Blitz le había comentado lo que descubrió en una ocasión sobre un nuevo escondite de los Vs, entonces con buena estrategia, y el entrenamiento para enfrentar a esa Overlord, lograron acorralarla con una falsa confianza. Al final Adam dio el golpe final, lamentablemente el último de esa asociación, un tipo polilla, supo escabullirse. Adam ya no podía darse el lujo de ser despistado.

Por otra parte también quería darle una pequeña lección a su no-hijo Imp, porque desde el incidente no había tenido tiempo  de darle una llamada de atención por su imprudencia, y quería aprovechar antes de que se le pasara el enojo.

Lamentablemente esa charla se pospuso por una semana, semana donde Adam creía que se le había pasado la emoción, pero, tan pronto como vio al pequeño Imp, todo explotó. Blitz atravesó el portal al reino humano en su isla de entrenamiento.

— Hey, hola Alas brillantes ¿Me extrañaste? — dijo el Imp con una sonrisa, que se desvaneció apenas vio el enojo del ángel.

— ¿EN QUE PUTAS ESTABAS PENSANDO, IDIOTA? — gritó el ángel alzándose sobre el Imp, con un aire de un padre muy enojado, pero también preocupado.

— Oye, no te molestes. Te ayudé ¿No? — dijo el Imp tratando de restarle importancia.

— Claro, poniéndote en riesgo… Está bien — Adam soltó una sonrisa maniaca tratando de ocultar su molestia — Gracias por tu ayuda, logré salvar a mi soldado, pero eso hace que se levantaran sospechas… Fue una clase de ayuda a medias…

— Si, creo que no lo pensé muy bien… solo, quería ser de…

— ¿De ayuda…? ¿Y crees que muerto me puedes ayudar?... Oh miren al gran Blitz, poniéndose en peligro por un sentimiento altruista… solo Agh…

— Ok ya entendi, crees que soy un idiota, lo se, pero te AYUDE, de haber sabido que esta seria tu reaccion hubiera dejado que mataran a tu PUTA exorcista… — grito Blitz con mucho fastidio. Por su mente pasaron miles de escenarios de su padre molesto y ya preparándose para lo que seguía. Salvo que eso nunca llegó.

Adam suspiró y se sentó cerca de un acantilado, sin dirigir la mirada a Blitz, quien sintió que era un reto para que siguiera hablando.

— ¿No vas a decir nada? Parecía que ibas a decirme más… — preguntó con los brazos cruzados.

— Si empiezo… no paro. Ya me fue muy difícil parar hace un momento… — dijo Adam con un tono muy cansado.

Hubo un silencio incómodo, solo interrumpido por el viento del acantilado. Blitz no sabía si quedarse o irse.

— Mira, se que la cagué. ¿Qué más quieres que diga? — dijo molesto Blitz.

— Que no lo vas a volver a hacer.

Blitz alzó la voz con indignación — ¡No voy a prometer algo que tal vez tenga que volver a hacer! No soy un ángel, no sigo reglas estúpidas, ¡yo improviso!

Adam giro la mirada hacia el Imp con un fuego ardiente en la misma — ¡Improvisar no es lo mismo que jugar con tu vida, imbécil! 

La expresión de Blitz cambió levemente, pero aun así no estuvo dispuesto a ceder.

— ¡Bueno, lo hice porque esas chicas estaban en peligro, joder! No pensé en mí, pensé en ti. Se que te importan ¡Qué estúpido fui! ¿Estás contento?

La mirada de Adam se suavizó ante las palabras del Imp. Esa frase le estaba haciendo un nudo en el pecho que no podía explicar. 

— No te culpo por ser estúpido, yo tambien lo fui. Solo… cuídate ¿Si?

— ¿No me vas a agradecer, viejo idiota?

Adam no pudo evitar sonreír un poco mientras veía al Imp, cuyos ojos ardían con determinación. Obviamente le iba a reclamar por algo así, rodó los ojos con ese cariño maldito que se le metió sin permiso.

— Está bien… Te lo agradezco. Solo avísame cuando vayas a hacer otra estupidez como esa, odio las sorpresas si soy yo quien las recibe — Blitz sonrió un poco — Se que nuestro trato solo es de jefe y trabajador. Pero si algo te hubiera pasado ese día… no sé si me lo hubiera perdonado.

Las palabras flotaron en el aire, solo ellos dos, sin ningún testigo, solo silencio. Ambos se sentaron por un rato en el acantilado, hasta que una pregunta surgió.

— ¿Cómo es eso de ser padre? Digo, tú eres el padre de la humanidad, y supongo que también de esas exorcistas, debes saber de eso. ¿No es como... un trabajo full-time? ¿Cómo encuentras tiempo para eso? 

Adam giro la vista hacia el Imp, sorprendido por la pregunta. Tras un momento de pensar, respondió con calma, aunque con un tono más cálido de lo habitual, recordando a sus hijos, incluso los no oficiales.

— Es... complicado. No siempre sabes si estás haciendo las cosas bien. Cometes errores, muchos. Pero al final, es lo más gratificante que he hecho en mi existencia. Nada se compara con ver a alguien a quien amas crecer y convertirse en algo mejor... incluso si te supera.

Blitz guardó silencio, procesando las palabras de Adam mientras observaba el paisaje en la distancia.

— Debe ser lindo tener eso. Digo, alguien que depende de ti, pero no en plan de trabajo o contrato. Como, realmente, contar contigo. — dijo con una mirada y un tono de añoranza.

Adam lo miro de reojo, notando el extraño toque de vulnerabilidad en la voz del diablillo. Decidió no presionarlo y esperar a que siguiera con su pensamiento, a veces era necesario sacar algunas cosas para seguir adelante.

— ¿Y... crees que alguien como yo podría, no sé, tener algo parecido? Ya sabes, sin arruinarlo por completo.

— Eso depende de ti. No es fácil, y no siempre es bonito. Pero si tienes el valor de intentarlo, puede ser lo mejor que te pase.

Blitz asintió lentamente, como si algo hubiera hecho clic en su mente. Sin embargo, ya habían tenido un gran momento de vulnerabilidad, era hora de regresar a la programación habitual.

— ¡Uf, demasiado sentimentalismo! Pero oye, tengo que decirlo. Sé que no tiene nada que ver, y que mi opinión no te importará porque eres, bueno... tú, pero siento que tus hijos deben estar agradecidos de tenerte como padre.

Ese comentario tomó desprevenido al ángel, hubo silencio por un momento, y una pequeña sonrisa sincera cruzó su rostro antes de volver a concentrarse en su guitarra–hacha y el entrenamiento que se supone debían iniciar hace media hora.

— Agh muchas emociones, mas te vale que estés preparado, diablillo. No siempre tienes segundas oportunidades.

Blitz sonrió de lado, levantándose mientras se estiraba, listo para comenzar — Sí, sí. No te emociones, alas brillantes. No estoy diciendo que voy a cambiar o algo así. Pero quién sabe... quizá sea hora de hacer algo diferente.

Adam, aún con la vista fija en su guitarra–hacha, añade con tono más serio y reflexivo.

— Tendrás que tomarte esto un poco más en serio.

— ¿Hablas de Carmine? — Adam asintió con seriedad — Supongo que ahora la ves como una amenaza mayor ¿Verdad?

— Tenemos que ser más precavidos, especialmente tú que vives ahí abajo. Y ahora que sabe que los ángeles pueden resultar heridos.

Blitz guardó silencio, no por falta de palabras, sino porque en su interior la figura de Carmine resonó más fuerte de lo que esperaba, esa vez estuvo cerca y no pudo evitar sentir aunque fuera un poco de miedo.

— Bien, lección nueva… Tendremos que mejorar nuestras defensas… además creo que te enseñare a tirar desde la distancia, para que no falles…

— ¿Algo así como un Franco-Tirador? — dijo Blitz emocionado, callando y casi desmayándose de la emoción cuando Adam invocó un Franco-Tirador dorado.

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Blitz caminaba solo, con sus manos en los bolsillos, el eco de su charla con Adam aún rondando, atento a cualquier movimiento y siendo precavido.

De repente detuvo su andar cuando oyó un gemido bajo. Un gruñido infantil, más defensivo que peligroso. Miró a un lado. En un callejón a las afueras de la ciudad Imp, junto a unos botes de basura, vio una figura encogida.

Era un cacharro infernal, de unos 13 años aproximados, pelaje grisáceo y blanco, sucio y salvaje, chamuscado en algunas partes, estaba llena de arañazos. Y una mirada afilada, llena de desconfianza, y una cadena rota aún colgaba de su cuello.

Blitz la vio desde lejos con curiosidad un poco de horror, acercándose y susurrando — ...¿Qué demonios te pasó?

La cachorra no respondió, solo gruñó mientras se encogía y se escondía más. Sus ojos estaban al borde del colapso, había miedo, agotamiento y mucha pelea. Blitzø se dio cuenta de que no estaba perdida… estaba huyendo.

Al acercarse más, la niña siseaba, con cada paso, más violenta se tornaba, hasta que Blitz quedó a solo unos pasos de distancia.

— Oye, no voy a hacerte nada, si eso es lo que temes...

Se agachó con cuidado. La cadena tintineaba con cada movimiento. Él observó un momento, decidiendo su próximo movimiento, tomando la cadena con sus manos arrancando con un solo tirón.

La niña quedó sorprendida, no huyó. Solo lo observo, desconfiada, tocando su cuello recién liberado. Blitz miró a su alrededor, como si aún esperara que todo esto fuera un truco cruel del infierno o que el “propietario” apareciera repentinamente a reclamar lo “suyo”.

Finalmente, al ver que nada pasaba después de un largo rato, suspiró y murmuró, más para sí que para ella:

— ...A la mierda.

Sacó una botella de agua dándosela al cachorro, quien tensó el cuerpo pero no lo mordio, solo arrebató la botella, la olfateó y después bebió. 

— Conozco un restaurante Imp cerca de aquí, debes tener hambre… Vamos, yo invito… — dijo Blitz con una sonrisa ofreciendo su mano para que el cachorro la tomara.

Cuando ella finalmente tomó su mano, se dirigieron al restaurante en silencio, la cachorra buscando una pequeña señal de engaño.

— Entonces, ¿Cómo te llamas pequeña? 

La niña sospechó por un momento, pero finalmente hablo — Soy… Loona…

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Pues, Loona resultó ser una sorpresa, era una niña muy desconfiada, demasiado agresiva pero también muy linda cuando se lo proponia, de alguna manera Blitz decidió darle una opción, quedarse con él. 

En caso de no querer quedarse y simplemente irse, Blitz no se opondría. Sin embargo, ella decidió quedarse y en poco tiempo se había encariñado con la cachorra de 13 años.

— Hola, tierra llamando a Blitz, ¿A donde vas? — preguntó la cachorra un poco molesta.

— No te preocupes, en unas horas regreso, no es algo que tengas que saber, si algo sale mal llama a Fizz directamente del celular, puedes pedir comida, puedes ver películas o lo que sea, solo no salgas y si intentan hacerte algo usa el arma bajo el cajón del sillón, nos vemos, bye — dijo el Imp saliendo para ayudar en un trabajo a Adam.

Cuando Fizz se dio cuenta que Blitz había adoptado a un cachorro, su primera reacción fue de incredulidad, no pareciera que su amigo tuviera tiempo para adoptar a un niño y cuidar de él, o en este caso, ella. Después de ver que hablaba en serio, casi le da un ataque de histeria y no tardó en cuestionar a su amigo, quien aseguró que todo estaba bajo control. Sin poder confiar en el criterio de su amigo, se ofreció como voluntario, al final de cuentas, ¿Que tan difícil es cuidar a un adolescente? Además, Fizz sabía que Blitz tenía una doble vida riesgosa, no sabía de qué trataba, pero sabía que eso a veces le comprometía tiempo.

Por su lado, Verosika y Adam aún no sabían de la nueva adición a la vida de Blitz, el Imp aún no había podido decirles. Verosika se había vuelto un poco permisiva y había facilitado a Blitz trabajar para ella solo ciertos días y que fuera bajo contrato. Adam, pues no era que lo descarta, simplemente Blitz había observado que en cada visita el ángel estaba aún muy centrado en Carmine y en los próximos objetivos y estrategias.

Cuando finalmente llego a la cita programada con el angel, este no se molesto en saludarlo, fue directo al objetivo y terminaron rápido su mision, algo sobre un supuesto Santo Grial, al parecer era esconderlo en otro lado, era algo tonto, pero no iba a cuestionar, no tenia muchas ganas. 

Una vez terminada esa misión –tonta si le preguntabas a Blitz– descansaron tras una fogata. La atmósfera era tranquila, con el sonido distante de los vientos y el fuego. Adam limpiaba un arma celestial con tal cuidado y en silencio, perdido en sus pensamientos.

— Ok, esto es ridículo… ¡Esa cosa está más limpia que las alas de un querubín! — dijo Blitz desesperado por el silencio.

— ¿Hay algo que quieras decirme? — preguntó Adam, dejando de lado su arma y centrándose en Blitz.

— Últimamente he estado pensando… Supongo que no soy tan mal compañero, ¿verdad? 

— ¿A qué viene eso? — dijo Adam más confundido, sin saber qué responder, no por falta de respuestas, sino de contexto — Eres eficaz si eso es lo que buscas que te diga.

— Bien, ahora que tengo tu atención, vamos a plantear algo. Imagina que hipotéticamente, decidiera adoptar una niña… ¿Eso que implicaría?

Adam lo observó al Imp por un momento, confundido, tratando de encontrar las palabras correctas, o saber de qué diablos hablaba el Imp, ¿Adoptar? ¿Qué carajo?

— ¿Qué hiciste? — preguntó finalmente.

Blitz decidió que no tenía sentido ocultarlo e ir por la tangente, además quería presumir al ángel, ya había presumido a su no-hija con Fizz, y entre Adam y Verosika, debía decir que el ángel había marcado más su vida que la estrella Pop, Verosika podía esperar. Además no es como que Adam no entendiera el sentimiento de ser padre y realmente quería una leve tutoría.

Sacó una foto de Loona sacada con el celular — Mira, adopte a esta bella niña… Bueno aun no, pero ya vive conmigo.

Adam observó la foto por un buen rato, y después a Blitz, analizando lo que acababa de decir el Imp. 

— ¿Así que estás probando ser padre primerizo? ¿Cuántos años tiene? — preguntó finalmente con una sonrisa mientras tomaba el celular y veía más detenidamente al cachorro.

— Dijo que tenía 13, su antiguo “dueño” al parecer quería devolverla, así que la encontré en el momento perfecto, y puede que… accidentalmente haya matado a ese cabrón por rechazar una bella niña como Loona — dijo Blitz con un dejo de cariño y sadismo.

— ¿13 años? Uff, a esa edad son bárbaros, más vale que estés preparado para los portazos y las fases emo, Darks o Hippies… esas son las más duras, Lucifer sabe de eso…

— Creí que lo odiabas.

— Lo odio, pero no puedo evitar las reuniones anuales después del exterminio, y a veces me habla de su hija, y esas cosas… y a mi también me tocó con algunas de mis exorcistas, especialmente la más nueva, se llama Vagatha… Le había puesto otro nombre pero… Como sea.

— Conociéndote, probablemente le llamaste Vagina — Adam guardó silencio por un momento y Blitz al saber que acertó, soltó una carcajada — Lo sabía… Como sea ¿Qué me puedes recomendar? — preguntó ansioso.

— Solo se honesto con ella, se paciente y mantén sus límites… no hay un manual sobre ser un padre excelente pero hay un manual para no ser un padre de mierda… Yo soy un término medio — Adam rió ante esa última declaración, seguido por Blitz.

— Es un sentimiento cálido pero aterrador, ¿sabes? Creo que en cierta forma lo entiendo y aun no llevo ni un mes con ella — dijo Blitz con una sonrisa.

— Es más responsabilidad de la que crees. Ser padre no es algo fácil. Mis propios hijos… se han distanciado. Quizás fue mi culpa. Pero no pienso preguntarles… Quiero que ellos se acerquen a mí y digan lo que piensan y tal vez ese sea mi error…

— Sí, claro, ¿Y por qué no eres un dolor celestial en el trasero? A mi no me gustaría quedarme con la duda, y tú me enseñaste un poco de eso ¿Recuerdas? ¿Por qué no tomas tus consejos? — agregó Blitz desafiante pero con una sonrisa picara.

— Pequeño demonio, usas mis hechizos contra mi… golpe bajo… 

— Tienes un ego tan grande que me sorprende que este campamento no se derrumbe bajo su peso.

— Es un peso que llevo con gracia.

Blitz sacudió la cabeza, como signo de resignación y con una sonrisa suspiró.

— Bueno… por lo que vale, creo que has hecho más por mí de lo que nadie nunca ha hecho. Así que supongo que eso te hace mejor que mi padre de mierda.

— Por supuesto soy mejor que un Imp. No cualquiera tiene el privilegio de recibir mi influencia. — dijo Adam con una sonrisa y su actitud habitual.

— Si, si lo que sea, eres el mejor… Bajate un poco de tu nube y regresame mi celular… 

— ¿Te dejo en tu casa? — preguntó de repente Adam, tomando por sorpresa al Imp.

— ¿Qué dices? ¿No es lo que haces siempre? — preguntó confundido Blitz mientras observaba al ángel tratando de notar algo extraño.

— ¿Sigues viviendo en ese cuchitril? 

— Oh eso. No… me mude a una mansión hace una semana, no podía evitar querer darle lo mejor a mi Loonie… 

Adam sonrió mientras invocaba su portal — Más te vale que me la presentes un día, sino bajaré  hasta ahí para conocerla…

Una vez que Blitz desapareció por el portal, listo para volver a ver a su hija no oficial, Adam se quedó para reflexionar, mientras observaba el fuego con una expresión pensativa, murmurando para sí mismo.

— Supongo que aún hay tiempo… para ellos y para mí.

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Abel.

Hace años que Adam no visitaba a su hijo Abel. No lo malinterpreten, ama a su hijo, pero desde hace milenios lo ha sentido distante, una culpa por sentir que le falló en vida, sin la valentía para acercarse. Y cuando Abel buscaba acercarse, Adam simplemente se alejaba.

Un día cuando una de sus exorcistas preguntó. Él queriendo evitar la pregunta dijo que era un “dolor en los huevos”, no lo decía en serio, y nunca pensó que alguien llegara a decírselo a su hijo, pero pasó y desde entonces Abel dejó de lado cualquier intento de conexión con su padre. Lamentablemente eso solo hizo sentir peor a Adam y solo los distanció más.

Sin embargo, aquí estaba, frente a la puerta del hogar de su hijo, esperando nervioso, tragando saliva y tratando de mostrar que no le importa y solo era algo que surgió de la nada y no algo que medito por casi una semana y por lo que no durmió.

Finalmente la puerta se abrió, al otro lado un chico rellenito, un poco más bajo que Adam, rubio y con los mismos ojos y alas doradas heredadas de su padre. El ángel se veía muy confundido.

— ¿Papá? Que milagro que esté por aquí… ¿A qué debo la sorpresa? — dijo con una sonrisa amable y al mismo tiempo incómoda.

— Hey, Abel… Cuánto tiempo, ¿Cómo estás? — mencionó Adam tratando de sonar jovial y como si haber visitado a su hijo con el que no había interactuado bien desde hace 8.000 años no fuera la gran cosa.

— Amm, bien, ya sabe, no hago la gran cosa la verdad… jeje

— Oh vamos, no seas tan modesto… Hace poco supe que visitas a los niños de la guardería de Querubines… 

Abel apartó la mirada un poco avergonzado — Si, pero la verdad no pensé que fuera algo que le importara… ya ve que usted tiene cosas más cool que niños o un rebaño de corderos…

— ¿Un rebaño? — dijo Adam tratando de generar una conversación y que Abel hablará más, realmente le resultaba algo difícil hacer que la conversación no tratara de él.

— SI, manejo un rebaño de ovejitas, tengo también una granja en la Tierra…

Eso tomó a Adam desapercibido, y la pregunta surgió sin siquiera meditar — ¿Vas seguido a la Tierra?

Abel miró un rato a su padre, algo parecía raro, diferente del Adam habitual, la verdad podía notar cuanto intentaba pero también vio genuino interés.

 — … ¿Quiere… pasar? — sugirió con una sonrisa, haciéndose a un lado para que su padre entrara.

— Si, eso sería genial…

— Puede sentarse donde quiera.

Una vez adentro, Abel se dedicó a hablar de lo que había estado haciendo estos últimos 2000 años, o al menos parte de lo que había hecho, la verdad es que Adam se mantuvo concentrado en lo que mencionaba Abel, salvo ciertas interrupciones, pero eso no le molestaba al rubio, ya que sabía que su padre era distraído, además tampoco le molestaba saber que era lo que su padre hacía, era la mejor conversación que habían tenido después de 8.000 años.

— Wow, ya veo… Eso es… genial… — dijo Adam después de una hora conversando.

— ¿Está bien? Parece que va a vomitar… ¿Le está asfixiando la máscara? — preguntó Abel preocupado, mientras se acercaba a su padre.

— Eh no, no es nada, solo… Wow, me perdí de mucho ¿No?

— Descuide, no estoy enojado con usted, sé que ha estado ocupado y la verdad es que después de milenios trabajando en la Tierra supuse que estaría harto de estas cosas.

— ¿Por qué pensaste que estaría harto? Es decir, odio trabajar, obviamente. Pero no creo que pudiera hartarme de ti.

— No es eso lo que escuche… — murmuró Abel apartando la mirada con un poco de amargura.

Adam se sintió como un idiota al ver a su hijo así, definitivamente no debió haberle dicho eso a los exorcistas. No trató de defenderse, ¿qué sentido tendría?

— Fui un pendejo ¿Verdad? — dijo finalmente, apartando la mirada con una leve sonrisa.

— No diga esas cosas de usted… Si bien fue… distante, no lo culpo, supuse que necesitaba tiempo y eventualmente se acercaría. — dijo Abel con un poco de urgencia, pasando una mano por su cuello avergonzado mientras murmuraba — Aunque hubiera deseado que no le tomará 8.000 años.

— ¿Me extrañaste?

— Cualquiera extrañaría a su padre… Incluso Caín… A veces me saca de quicio con el arrepentimiento y la culpa, se volvió su personalidad, dijo que comenzó a ir a terapia para aprender a soltar, pero creo que está a milenios de sanar… — mencionó Abel sin pensar, tapándose la boca al instante por el desliz, pero el daño ya estaba hecho.

— ¿Has visto a Caín? — dijo Adam mientras se ponía de pie, sus ojos estaban como platos, por la sorpresa, acercándose a su hijo con urgencia.

— Sí, bueno, lo visito mensualmente desde hace algunos ¿1.000 años?… Fue algo repentino, y la verdad es que quería matarme, lo cual no es novedad, pero ya hicimos las paces. — mencionó Abel muy nervioso, mientras su padre se acercaba a él.

— ¿Y por qué apenas me vengo enterando de esto?

— No quería abrumarlo, además no veía el momento adecuado y cuando traté de charlar, usted decía estar muy ocupado… 

Adam dejó de acercarse, observando a su hijo, temeroso y muy avergonzado, sabía que no era culpa de Abel, él no había pedido encontrarlo, además, al parecer otra vez estaban llevándose como hermanos, lo cual en cierta medida lo debió llenar de orgullo. Pero no se sentía orgulloso, se sentía mal, no por algo que ellos hicieran. Era por lo que él no lo había hecho, pero esto no trataba de sus fracasos, trataba de resolverlos y eso comienza, al reconectar con sus hijos.

— ¿Dices que va a terapia? — dijo finalmente el primer hombre, una vez que logró calmarse.

— Es lo último que me dijo como novedad, la verdad me hizo feliz que haya tomado esa decisión. — mencionó Abel con una sonrisa, pero aun manteniéndose cauteloso de no decir algo equivocado.

— ¿Crees que sea muy pronto para que vuelva a visitarlo? — preguntó con un susurro.

Esa pregunta tomó a Abel desprevenido, no era lo que esperaba. Ese tono de su padre, comúnmente ruidoso, reducido a un susurro.

— Necesito hablar con él, pero creo que estará muy dispuesto a darle un puñetazo y después probablemente un abrazo muy varonil…

— Lo suponía… — mencionó Adam con una sonrisa que aun con su máscara se veía triste. 

Ambos permanecieron en silencio, un silencio un poco raro, Adam estaba perdido en su pensamiento, analizando cómo era posible que durante años visitando la Tierra no se diera cuenta de que Abel tenía un rebaño o que él nunca hubiera encontrado a Caín. 

Abel por su parte, lo observaba, tratando de entender a su padre, ¿Que lo motivó a acercarse? Este no era el padre que él conocía al llegar al cielo, pero al mismo tiempo era el mismo que conoció cuando aún vivían. Cansado del silencio, finalmente habló.

— ¿Quiere comer algo?

— ¿Tienes costillas?

Después de esa interacción, no hubo vuelta atrás, de alguna manera aunque no se vieran seguido, al menos habían llegado a un acuerdo, y cada cierto tiempo se tomaban momentos para hablar y ponerse al corriente.

Cain

La última vez que Adam vió a Caín fue cuando Dios lo condenó a vivir para siempre y deambular. 

Estaba tan conmocionado, sosteniendo a un Abel moribundo en sus brazos, que no quiso saber del otro, de su hijo asesino.

Con el pasar de los milenios comenzó a cambiar su tratamiento con sus hijos, si bien era un poco distante, se dedicó a al menos hacerles saber que los amaba, los abrazaba y les trataba de dedicar tiempo a todos.

Después de morir y tras milenios esperando a alguien más que entrará al cielo, su decepción creció al notar que no había mucha gente ahí. Estaba Abel, a quien no se atrevió a mirar a los ojos por la vergüenza, pero eso no le impidió abrazarlo tan pronto lo vio, sabía que su hijo tenía salvación, era muy bueno, no podría decir lo mismo del otro.

Así pasaron milenios y entonces Adam se empezó a alejar de Abel, el infierno quiso conquistar a la Tierra y los ángeles intervinieron, pidieron propuestas donde lo llevaron para determinar qué hacer con sus descendientes, y eso solo prendió y aumentó el fuego de un odio profundo.

Jugando, propuso los Exterminios, no sabía si lo aprobarían, los ángeles son raros, tienen métodos o muy sangrientos o muy piadosos. Pensó que la mejor forma de acabar con la sobrepoblación era simplemente acabar con los causantes, pero no podía matar a Lucifer ni a Lilith, así que se conformó con los pecadores, además, no es como si él tuviera que hacer el trabajo ¿Verdad?

Matar a los pecadores la primera vez, fue fatal, se sintió fatal, es un trauma que no cree poder eliminar, no entendía porque a las personas les gustaba, no lo entendía. Pero después de una discusión con Sera, una reunión con Lucifer y una disputa con Lilith, descargó su frustración y odio que no podía dirigir a ellos, hacía los pecadores y ¡Wow! Fue liberador.

Con el tiempo, le fue agarrando la onda, le estaba gustando, estaba aprendiendo y hasta se podía poner creativo, pero entonces recordó a su hijo Caín, No podría estar entre pecadores ¿O si? ¿Y si lo hubiera matado sin darse cuenta? Se convenció de que era imposible, quería decir que se lo merecería pero no le parece justo, porque analizándolo bien él estaba haciendo lo mismo que su hijo, descargando su ira contra quién cree que arruinó su vida.

Se convenció de que lo que hizo estaba justificado, lo hace por un bien mayor, Caín lo hizo por celos, pero, aún así. Caín actuó porque sintió que no apreciaban su trabajo, Adam siente que lo entiende pero no lo justifica, es un poco hipócrita, lo sabe, pero quiere evitar la culpa.

Pasaron los años y entonces conoció a un Imp, uno muy peculiar, y sin saber cómo, lo vio reflejado en un inicio, pero después fue descubriendo su personalidad, si bien tenía algo de Caín, también era su propia persona. Sin hacerlo oficial Adam ya le decía hijo en su mente, y cuando el Imp le mencionó que sus hijos tenían suerte de tenerlo, lo obligó a pensar.

Y aquí está, atrás de Abel, y frente a la mirada incrédula, molesta y curiosa de su hijo inmortal.

— Hey, recuerdas cuando te dije que papá quería verte y me dijiste “si lo que sea” y te dije que hablaba en serio y dijiste “Entonces que venga” — dijo Abel con su mejor sonrisa mientras Caín lo miraba fijamente — Bueno... ¡sorpresa!

— Creí que era una broma…

— Sabes que odio las bromas….

— Pensé que juntarte conmigo te estaba volviendo más atrevido… — El ceño de Caín se frunció un poco más.

— Dudo que juntarme contigo me haga cambiar… Pero me alegra que nos estemos acercando.

— Ya puedo… — trato de decir Adam siendo interrumpido por un fuerte puñetazo en la cara que logró agrietar un poco su máscara.

— Eso es por dejarme solo, viejo de mierda — gritó Caín con mucha rabia, pero también con señales de dolor.

Adam tocó su mejilla con sorpresa, esperaba un poco de esa reacción, pero no dejo de ser sorprendente. Era obvio que Caín le guardaría rencor, él también lo hace, por no haber hecho mucho, pero esto no se trata de él, se trata de su hijo.

— Si, me lo merecía.

— Y no es lo único que te mereces… — comenzó Caín — ¿Sabes por lo que he pasado? ¿Lo que he hecho para sobrevivir? Mientras ustedes oh santos se suben en su nube y son felices…

Adam dejó que Caín siguiera hablando y se siguiera desahogando, sabía que lo necesitaba, al final de cuentas, era lo que le correspondía.

— ¿Terminaste? — dijo un poco serio.

Caín lo observo incrédulo, queriendo darle otro puñetazo al pensar que no se lo estaba tomando en serio, incluso Abel estaba listo para intervenir, lo que no esperaban era que Adam se quitará su máscara, casi como una invitación a poner su otra mejilla por si Caín quería golpearlo y que está vez si lo sintiera.

Caín no tardó en reaccionar y sin pensarlo le dió otro puñetazo, jadeando del coraje reprimido por milenios.

— Te extrañe viejo estupido… — dijo finalmente su primogénito calmado un poco y corrió a abrazar a su padre, en un abrazo muy varonil.

— Yo también… — dijo Adam con una leve sonrisa triste mientras aceptaba el abrazo varonil y le daba palmadas en la espalda a su hijo desconsolado.

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Exorcistas.

Si Adam describiera a sus exorcistas, diría que son unas perras locas, psicopatas, violentas y con sed de sangre, pero eso no le quitaba el cariño que les tenía, eran unas perras salvajes, pero eran SUS perras salvajes.

Y más que su ejército, eran sus hijas, él les dio nombre, les dio propósito, las acogió y las cuido, siempre procuro los pases de lista para que ninguna faltará, sabía el nombre de cada una de ellas. Quería que cada una fuera la mejor. Si bien le gustaba incentivar la competencia, prefería, para fines prácticos, que no hubiera enemistad entre exorcistas. Desde lo sucedido con Caín y Abel, Adam prefirió no establecer favoritismos, mejor no ser evidente.

En esta ocasión se encontraban entrenando, sin embargo Adam tenía que hacer un nuevo anuncio.

— Vamos a cambiar las tácticas, ahora vamos a defendernos, y no solo a atacar. Ya rediseñe  los uniformes — dijo mientras mostraba un holograma de un nuevo uniforme en un maniquí.

— ¿Ya no vamos a usar las faldas? — dijo una exorcista algo decepcionada.

— Lamentablemente Sweet, ahora es en pos de la seguridad dejando de lado lo estético, y mis pensamientos calientes… — esto último lo dijo en un susurro.

— Señor… ¿Este nuevo uniforme no nos hará más lentos al volar? — mencionó otro exorcista observando de cerca el holograma.

— No, lo diseñe para que sea práctico, es resistente, reforzado con armadura de acero angelical… y aerodinámico. Michael lo reviso. 

— Me parece un diseño muy práctico…

— A mi me gustaban las faldas — volvió a mencionar Sweet haciendo pucheros.

— Tranquila, puedes usar faldas todo el año… 

— Pero era la única vez que podía matar y verme diva… — dijo otro exorcista defendiendo el argumento de Sweet.

— ¿No lo escuchaste Peyton?  Estamos sacrificando lo estético por lo práctico, y aun con eso, me parece bien visualmente…

— Dejemos las pláticas, vamos a entrenar… — intervino Adam un poco fastidiado por las quejas de sus exorcistas.

— ¡Sí SEÑOR!

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Adam era grande e intimidante por cuenta propia, pero eso no quería decir que no se hubiera descuidado. Para sus exorcistas era normal que no les acompañara o que fueran citas mensuales como cuando un supervisor llega a la empresa para ver el progreso.

Sin embargo, un día simplemente se les unió y desde ahí comenzó a entrenar con ellas diariamente o al menos unas 3 veces por semana, y no solo escupir órdenes, realmente estaba aportando con el ejemplo.

— ¿Señor, por qué está volviendo a entrenar? — dijo en una ocasión una de las soldados, atreviéndose a preguntar lo que todas pensaban.

— Nadamas, me di cuenta que me he estado descuidando… — respondió el ángel dorado tratando de sonar indiferente.

— ¿Ok? no es que me queje, pero…

— No es una respuesta suficiente ¿No? — la exorcista asintió con timidez, y Adam solo suspiro con resignación — No le busques mucha lógica, a veces son… cosas que pasan.

— También nos dimos cuenta de que bajo de peso.

Adam sonrió ante el comentario positivo.

— No eres la primera que me lo dice.

— No quise sonar irrespetuosa… — dijo nuevamente la exorcista sonrojada y apartando la mirada, pero Adam no le dio importancia. Colocó su mano en su hombro y una mueca de cariño cruzó su frazada dura.

— He conocido chicos mas irrespetuosos que tú…

— ¿Y que lo llevó a querer bajar de peso?

— Bueno…

//////////Flashback//////////

Era una cena familiar, si bien aún faltaba la mayoría de la familia, Abel había logrado convencer a Caín y Aclima a tener una cena en la tierra con su padre, al final de cuentas qué mejor manera de conectar que una cena.

Entre bullicio y pláticas surgió un pequeño tema.

— ¿Seguro que quiere comer más? Nada contra usted, pero no creo que le ayude con la figura… — dijo Aclima al ver que Adam volvió a servirse una ración extra.

— ¿Qué tiene de malo? Ya viví un infierno hace milenios y anualmente me toca arriesgarme, se me permite disfrutar esto ¿No? — respondió el hombre con un puchero mientras masticaba.

— Por cierto, no pude evitar notar que creciste un poco desde la última vez que nos vimos — dijo Cain con una sonrisa pícara. 

— Siempre he sido alto, no sé de qué hablas… — preguntó confundido el primer hombre.

— Tu sabes de lo que hablo… Pero no lo negaré, esos kilitos demás te sientan bien… 

— ¿Por qué el hecho de que lo menciones me resulta ofensivo?

— Vamos Cain, no lo molestes, yo siento que se ve bien — dijo Abel tratando de que esto no se convirtiera en una discusión y comenzaran a arremeter contras sus vidas aunque ambos fueran prácticamente inmortales.

— No estoy diciendo que se vea mal — se defendió Cain con una sonrisa.

— Siento que se ve abrazable — agregó Aclima.

— Oh si, como un malvavisco gigante — la sonrisa de Caín se ensanchó, conteniendo la risa. 

— ¿¡Malvavisco!? 

— Nunca escuché que el término “Cuerpo de papá” le quedara tan bien a alguien — dijo Aclima con una risa de cariño.

Adam trato de no verse tan ofendido, volteando la vista a su hijo Abel, quien también trataba de no reír a pesar de ser igual de llenito que él, por alguna razón, que sus hijos estuvieran de acuerdo en que parecía un malvavisco le pego un poco en su ego.

//////////Fin Flashback//////////

— Es una larga historia… — dijo simplemente mientras veía al vacío.

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— Lute, reporte… — se escuchó desde la oficina de Adam.

— Hay un gran aumento en la eficacia, pero les falta mejorar sus defensas, 3 cuartos del pelotón aún no se han adaptado a los nuevos uniformes, y a los nuevos enfoques — dijo la exorcista mientras revisaba los avances.

— Eso es un problema… 

— Sugiero que redoblemos los entrenamientos — dijo más firme la exorcista, lista para hablar de su propuesta.

— Muy bien, ¿qué sugieres? — Adam dejó que Lute explicara lo que ella consideraba que era necesario. 

Teniendo parte del panorama, Adam anunció a los exorcistas su nuevo enfoque a todas sus hijas.

— Vamos a redoblar el entrenamiento… y esta vez nos enfocaremos en adaptarnos y también en defensas… Así que en caso de tener algunos de estos problemas, adaptamos el programa para que den lo mejor en el próximo exorcismo.

Pasó alrededor de un mes antes de que el primer exorcista cayera de agotamiento, después fue aumentando la cantidad, la verdad es que, si bien eran resistentes, nadie era rival para las dos perras más rudas, alcanzar ese estándar era imposible.

— Señor, dudo que muchos exorcistas aquí puedan seguir el ritmo… Alana apenas y se puede mover… — mencionó en una ocasión la exorcista más reciente, que había mostrado ser una de las mejores exorcistas y de las más letales.

— No hay tiempo para excusas dile a la perra que… 

— Lute… — una palabra del comandante fue necesaria para que la teniente guardara silencio, Adam dirigió la atención a la exorcista nueva — Bien, vamos a ver como está Alana.

El trío se dirigió a una de las salas de descanso que había en los campos de entrenamiento, en una cama se encontraba Alana, quien al mirar al comandante y Teniente, pensó lo peor, esforzándose a ponerse en pie pero fracasando y cayendo de bruces.

— Lo lamento señor — dijo ella aun tratando de levantarse.

Adam la observó por un momento, una mueca de compasión o algo parecido dibujaba su máscara, tomó a la exorcista en brazos y la volvió a colocar en la cama, sorprendiendo a los presentes.

— No te esfuerces, ya has llegado a tu límite y no serás de mucha ayuda si te terminas de descomponer… 

— No, aún puedo pelear… Aun puedo — dijo Alana aun tratando de mostrar que era capaz, calando en una parte profunda de Adam.

— Te dije que no te sobreesfuerces… Es una orden.

Alana bajo la mirada con resignación, mientras las otras exorcistas se acercaban.

— ¿Qué hacemos con ella? No podemos darnos el lujo de fallar y que esto nos retrase — dijo Lute sin  tacto, provocando que ALana se estremeciera.

— Relaja un poco tu culo Lute… — Adam le dirigió a Lute una mirada dura que obligó a la exorcista a escuchar — Vamos a buen ritmo, y no vamos a mejorar si ante la mínima falla quieres expulsar al exorcista, además ¿No te parece suficiente prueba de valor que quisiera levantarse y seguir luchando aun estando en las últimas? — Adam volvió a dirigir la mirada a Alana con una sonrisa — Admiro a una perra persistente... 

— Entiendo señor…

Adam y Lute se tuvieron que retirar para seguir supervisando a las demás, pero no podían arriesgarse a que Alana volviera a ser obstinada y se levantara aun en su estado, así que le asignaron a la segunda mejor exorcista a vigilar.

— Vaggie, el señor realmente se preocupa por nosotras ¿Verdad? — dijo Alana después de un gran rato de silencio incómodo.

— ¿Por qué me lo preguntas? No soy muy cercana a él.

— Es que eres la única que me está acompañando y la verdad no se de que hablar… ¿No te agrada el señor Adam?

— No es que me caiga mal, es solo que… No lo conozco mucho — admitió Vaggie con un susurro inseguro.

— Deberías darle el beneficio de la duda, después de todo, nosotras lo seguimos ciegamente no porque sea nuestro comandante.

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Lo que Alana había platicado con Vaggie quedó rondando en la mente de esta última por mucho tiempo. ¿Realmente eran importantes para su comandante o eran solo una extensión de su ego ya inflado?

Después de un entrenamiento directo con el comandante como contrincante, Vaggie supo reconocer que el título no existía sólo por nepotismo, el hombre era fuerte, pero le llamó la atención que incluso así, no dejó de halagarla, pensó que dado a que siempre se atribuye el éxito con cosas como “Soy el mejor” y mierdas así, nada cambiaría en la rutina.

¿Eso era reciente? Ella apenas lo conoció hace un año y no era tan terrible a como escucho entre murmullos de sus compañeras más antiguas. Al parecer, antes Adam ni las miradas les dirigía. ¿Qué te hace cambiar tanto?

— Eres fuerte, la verdad has logrado impactar, incluso siendo relativamente nueva… — siguió parloteando Adam, hasta ver la seriedad de su exorcista — ¿Que tienes?

— Señor, ¿Puedo preguntar algo?

— Ya lo hiciste… — dijo con una sonrisa burlona, pero desistió al ver la expresión seria de la chica — Bien, bien. No eres divertida.

— ¿Que somos los exorcistas para usted? ¿Si un día cancelarán a los exorcistas que pasaría con nosotras?

Esa pregunta tomó a Adam desprevenido, pero no podía dejarse mostrar esa incertidumbre que siempre ha considerado y que justo su exorcista logró exteriorizar en forma de pregunta. Así que trato de mantenerse “normal”.

— Primero, Esas son dos preguntas y segundo, dudo que eso pase en un buen rato, y si pasase ustedes simplemente quedarían “desempleadas” pero no creo que sea algo malo viviendo en el paraíso, solo se aburriría, pero pueden hacer sus hobbies sin pensar en pecadores…

— ¿Entonces solo somos “empleadas” que arriesgan la vida bajando ahí?

— ¿Qué? No… es decir, técnicamente, pero no… — dijo Adam nervioso, tratando de disimular, pero deteniéndose al notar la expresión de la exorcista con una posible crisis de identidad. 

Suspirando volvió a comenzar ahora tratando de pensar bien sus palabras.

— Bien… ¿Cómo lo explico? ustedes son mis perras… ‘diablos, otra vez tus malos hábitos, no Adam, comienza de nuevo’ No, espera eso se escucha mal… augh, te lo diré solo una vez, pero si se lo dices a alguien le dire a todas que le haces ojitos a Lute.

— Trato…

— Ustedes son como… mis hijas, me preocupo por todas ustedes, demasiado… todo ha cambiado desde Bli-… — Adam se atraganto con sus palabras, cerca de decir el nombre de su hijo infernal, se aclaró la garganta y logró pensar en algo rápido — La biblia, si, últimamente la volví a leer y pues creo que algunas cositas me conmovieron, si eso…

— Eres muy raro… — dijo Vaggie con una leve sonrisa.

— ¿Y desde cuando pase de usted a TÚ? — dijo Adam al notar que la chica de la nada parecía haberle tomado confianza.

— Creo que asi lo siento más natural, papá — ambos guardaron silencio, Vaggie super incomoda y Adam sorprendido, no sabía que lo que más necesitaba era que una de sus exorcistas le dijera papá, aunque fuera en forma de broma — Sabes eso sono raro, olvida que dije eso.

— Anotado…

Tras un gran rato de silencio incómodo, Vaggie volvió a hablar, con el mismo tono serio pero con algo de suavidad.

— Debió ser un muy buen versículo.

Adam la miró confundido un rato hasta que recordó su excusa y no pudo evitar soltar una risa.

— Si, el mejor… lo apodaron “Apocalipsis”

Blitz

Era otro día normal en el infierno, Blitz estaba en su mansión, tenía sobre la mesa un montón de medicinas y vitaminas, examinando las recetas y un horario.

Loona se encontraba en la sala viendo algo de TV, pero con curiosidad de saber lo que Blitz tenía en manos.

— Muy bien Loonie, ya que Fizz insistió, tengo que darte tus vacunas, y no olvidemos tus medicinas — dijo el Imp con orgullo después de entender el formulario con letra peor que la de él.

— Oye, me gustaría acompañarte en tu empleo — dijo Loona en parte para librarse de la parte de las agujas.

— Tendría que comentarselo a Verosika… — dijo Blitz distraído ahora con los horarios.

— ¿Trabajas para Verosika y nunca me lo dijiste?

— No pensé que fuera tan importante.

Loona realmente estaba sorprendida de descubrir la posible doble vida de su ahora padre, la verdad no esperaba que fuera alguien importante, pero si realmente era trabajador de alguien importante eso explicaría la fortuna.

— ¿Ahí vas todos los días?

— Algunas veces, no soy su guardaespaldas todos los días de la semana.

— ¿Por eso eres millonario? ¿Porque ella te paga esto?

— Si, es por eso — dijo Blitz tratando de disimular con una sonrisa mientras comenzaba a sudar un poco.

— Tienes que llevarme a conocer a Verosika… — exigió la cachorra de 14 años.

— No me dejaras de insistir hasta que lo haga ¿Verdad? — el rostro de Loona se mantuvo firme y una sonrisa pícara comenzó a formarse en ambos lados — Bien, voy a platicar con ella.

Cuando la conversación se dio casi por terminada, Blitz comenzó a abrir uno de los botes de vitaminas. Cuando estaba por obligar a Loona a tomarlas una llamada celestial los interrumpió. Loona suspirando de alivio y Blitz obligado a responder, se alejó y contestó.

— Hey, Adam, ¿Pasa algo?... ¿Justo ahora?... Bien, voy para allá…

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— Muy bien, Loonie me tengo que ir. Si pasa algo llamame directamente, si no contesto, llama a Fizz, si alguien entra y no hiciste un pedido, tienes permitido matar al tipo… — dijo el Imp, mientras se preparaba.

— ¿A dónde vas? — preguntó la cachorra curiosa. Intrigada por saber más de la doble vida de su papá adoptivo no oficial.

— Ya sabes, asuntos importantes…

— ¿No puedo acompañarte?

— No. Es muy aburrido y no tengo garantías de cuanto tiempo tarde, ademas, aun no me han dicho detalles, así que también puede ser peligroso.

Loona no discutió más, se resignó, o al menos hizo a Blitz pensar que se había resignado.

— Muy bien, me voy, no me esperes despierta — antes de irse Blitz recordó y añadió — Y no creas que me he olvidado de las vitaminas. Adiós.

Loona esperó a que Blitz saliera, esperando alrededor de un minuto, decidió seguirlo, guiada por su olfato. El Imp era veloz, pero ella era capaz de seguirle el paso. 

Queria conocer bien a su padre no oficial, prácticamente le había dado mucho, diria que por experiencia sabe que los tipos como él solo buscan un lujo en niñas como ella, estan en el puto infierno, no seria raro, pero todo el tiempo que ha estado con él, no la ha tocado de manera siniestra.

Quería saber quién era verdaderamente Blitz, su amigo era el famoso payaso Imp Fizzaroli y acaba de descubrir que trabaja para una estrella como Verosika, uff. Así que culpenla por tener curiosidad.

Caminando por pasillos oscuros, Loona divisó una figura reconocible, siendo sigilosa lo siguió, ocultando su presencia para no ser descubierta, si Blitz la descubre, la mandaría a la casa nuevamente. No la echara, ya ha demostrado que se preocupa por ella.

Tras llegar a las afueras de la ciudad donde solo había monte y rocas, un portal se abrió de la nada, tomando a Loona por sorpresa. Blitz verificó una última vez que nadie lo siguiera. Loona estaba escondida tras una gran roca, si su padre hubiera verificado dos veces la había descubierto. Sin embargo Blitz no volvió a verificar y saltó al portal.

Este no se cerró al instante. En medio de la nada, un portal dorado seguía atrayendo la atención de una cachorra, parecía una invitación. Con cautela se acercó y entró, una vez al otro lado, el portal se cerró, nada raro ni aterrador ¿Verdad?

— Muy bien ¿Para qué mierdas me querías? ¿Sabes que deje a mi hija sin sus vitaminas por priorizar esto? — se escuchó a lo lejos.

Loona siguió el sonido y se escondió, manteniendo la distancia divisó a su padre y una figura más grande. Estaban en la Tierra al parecer, el aire apestaba a radiación, probablemente otro centro nuclear abandonado al que los humanos no pueden acceder. 

Al principio no supo quien o que era el tipo que acompañaba a su papá no oficial. Se veía como un tipo alto, parecía amenazante y con cuernos enormes, tal vez un demonio mayor. Vamos, Blitz trabajaba para una estrella pop y era amigo de otro Imp famoso y ni así era popular entre Imps, no sería novedad que también trabajara para demonios más grandes. ¿Quién lo conoce realmente?

— Oh ya sabes, quería pasar tiempo contigo y hay un nuevo encargo… Lo normal.

— Lo sabía… Entonces ¿Qué objeto hay que recuperar? ¿Contra cuantos peleamos en esta ocasión?

— Demonios infestadores… — el tono del otro individuo se volvió serio de golpe.

— Carajo, esos tipos son de lo peor.

Loona observó como el otro tipo se acercaba a una parte de la bóveda, a una cápsula de contención que parecía a punto de explotar. Estando más cerca, Loona notó una peculiaridad que la dejó sin palabras. Su no padre estaba trabajando para un maldito ángel. No era cualquier tipo, era el ángel exorcista dorado, el puto lider.

— Esta nena — dijo el ángel rozando la cápsula con sus dedos — Ha estado alterando a los altos mandos. Para los humanos, es solo una pieza de chatarra radiactiva, algo que puede atraer curiosos o chatarreros.

— Muy bien, ¿Y eso es malo por…?

— Veras… Para el plano espiritual, es un nodo de energía que, si se daña o es manipulado por manos equivocadas, podría abrir un “parpadeo” entre reinos, ya sabes, levantar a los muertos, pecadores en el cielo, humanos en el infierno, ya ha sido difícil hacer que los pendejos no abran portales con rituales de mierda.

— ¿Y no puedes hacer esto tú solo? No sé, no veo en qué parte me necesitas…

— Los demonios infestadores han querido poner sus manos en esta nena… Sera me encargó sellar esta mierda, no puedo deshacerme de ella así que tengo que hacer una barrera, pero es tardado y eso deja a un tipo cansado y vulnerable…

— Ok, entonces…

— Prácticamente te traje de guardaespaldas — dijo el exorcista con una sonrisa — Ya debes de estar acostumbrado a ser guardaespaldas de una estrella musical.

— Jodete… 

El ángel llevó una mano al pecho fingiendo estar herido:

— Me ofendes — apartó la mirada de Blitz y extendió su mano a donde estaba Loona escondida. Loona comenzó a sudar frío — Incluso le permiti a tu persecutora servir de ayudante.

Blitz siguió a Adam, esperando que el tipo siguiera bromeando como solía hacer cada que hacían una misión.

— Persecu… ¿De que…? — no pudo terminar la frase, al notar quien era la que los estaba espiando — ¿Looney? ¿Qué haces aquí? Te dije que te quedaras en…

— ¿Así que la conoces? Sentí que alguien te seguía y dejé el portal abierto por un rato más, pensé que si era un demonio colado, tendría permitido… Espera, ¿Esta es la niña que adoptaste? — dijo el ángel al procesar el nombre del cachorro.

— Aún no es oficial — grito Loona.

— Sigo trabajando en los papeles… — comentó Blitz avergonzado, le había conseguido todo a su hija, pero aún faltaban los papeles, la burocracia apesta.

— ¡¡Genial!! Oye niña, no sabes como he estado esperando para conocerte, tu padre aun no oficial no ha parado de hablarme de ti… — dijo Adam con una sonrisa, feliz de conocer a su nieta no oficial, aunque fuera por accidente y por un momento hubiera pensado en matarla al pensar que era un demonio colado cualquiera, detalles. 

 — Bien, que bueno que ya se conocen, como sea ¿Puedes abrir un portal para que regreses? — dijo Blitz dirigiéndose a Adam y a Loona.

— Tengo 14 años, soy lo suficientemente mayor para quedarme — replicó Loona con fastidio

— No, aún eres una niña y no pienso ponerte en riesgo… Alas doradas, estas conmigo ¿verdad?

— Que se quede ¿Por qué no? — dijo Adam con una sonrisa pícara al ver la expresión del Imp

— ¿Qué Carajos?

Adam miró a los dos habitantes del infierno con una sonrisa, la verdad es que él podía hacer este trabajo solo, pero a veces necesitaba excusas para ver a Blitz, ahora buscaría más excusas para incluir a Loona,pero después pensaría en ello, quería conocer a esta nueva adición a su familia infernal no oficial.

— Mira, este trabajo es muy aburrido y yo voy a estar concentrado en la barrera, son como 6 horas, o bueno 7 si la refuerzo un poco más. Se que eres impaciente y te puedes aburrir si no hay acción — Adam se acercó a Loona — Aquí tu hija te puede hacer compañia, ademas ella tiene un buen olfato, te puede ayudar a detectar humanos o demonios infestadores que se acerquen y con ello persuadirlos ¿Sabes como?

— Muy bien — dijo Blitz resignado — Mas te vale acabar pronto, vamos Looney, nos toca hacer vigilia.

Adam comenzó a ponerse manos a las obra, mientras Blitz y Loona hacían escolta a los alrededores de la bóveda. Loona quería preguntar muchas cosas pero no sabía por dónde empezar. Blitz estaba sorprendentemente callado. entonces ese silencio se rompió.

— ¿Por qué me seguiste?

— Tenía curiosidad de saber quien me quería adoptar… Eres alguien muy sospechoso si lo piensas bien — contestó Loona tratando de mostrarse indiferente.

Blitz apartó un momento la mirada, parecía molesto, Loona no quería presionarlo, aun no lo conocía, y mucho menos molesto, pero también quería resolver sus deudas.

— ¿Y cuando planeabas decirme que trabajabas para el ángel jefe de los exorcistas?

— Mira, no planeaba que lo supieras así, eventualmente te lo diría…

— ¿Fizz lo sabe? — Blitz negó con la cabeza — Se supone que es tu amigo de la infancia, si se lo ocultas a él, ¿Como quieres que confíe en que me lo dirias? — replicó un  poco molesta la cachorra.

Loona tenía un punto, si Blitz no había confiando en su amigo que prácticamente conocía de toda la vida, no había fundamento de que confiara en ella, a quien apenas llevaba meses conociendo. 

— ¿Y que es este ángel para ti? ¿Es como un jefe? ¿Tienes algún tipo de trato con él? 

— Wo, wo, más lento… Siento que estás asumiendo muchas cosas aquí… Adam solo es, ya sabes, como un manager y eso… Es un acuerdo de ambos lados, yo le ayudo y él me ayuda.

Entonces algo tuvo sentido, Loona comenzó a encajar las piezas. Si bien la fortuna podía justificarse con ser amigo de Fizz y trabajar para Verosika, seguía siendo algo descomunal para alguien al que nadie conocía. Blitz no quería que lo reconocieran. Además esto explicaba las armas angelicales sin licencia Carmine que Blitz poseía, no era experta en armas, pero incluso ella sabía que Carmine dejaba su marca en sus productos.

La guardia continuó por 6 horas más, Adam realmente estaba concentrado cosa que inquietó un poco a Blitz, después le preguntará. 

En ese lapso, solo 5 intrusos humanos les hicieron compañía, probablemente chatarreros o vendedores ilegales que solían buscar riquezas fáciles en lugares abandonados. Además de 3 demonios infestadores a los que mataron antes de que siquiera pensaran en poseerlos.

— Muy bien, ya quedo esa mierda. Por cierto no pare de pensar que nunca me presente a tu hija — dijo Adam extendiendo la mano a la cachorra — Soy Adam…

Loona lo observó con cautela, alternando entre el rostro del ángel y su mano. Cuando estaba a punto de tomar su mano, Adam la retiró y se alisó los cuernos.

— Muy lenta… Hahahaha 

— Pendejo — murmuró Loona molesta de haber creído en un ángel.

— Oye, perdón, no te ofendas, es solo que realmente tardaste ya se me entumecia la mano. Como sea, soy Adam, ya sabes, el primer hombre, la verga original, como quieras llamarme — añadió el ángel con una sonrisa.

— Si lo que sea — interrumpió Blitz — Ya terminamos, ¿podemos volver a nuestras rutinas diarias? Tengo que darle sus vitaminas a cierta jovencita.

Adam sonrió más ampliamente, la verdad la jovencita le parecía que tenía la chispa, ademas, es bonito sentir que eres abuelo después de milenios, sus nietos biológicos se habían distanciado igual que sus hijos, muchos terminaron en el infierno, y algunos de sus hijos simplemente lo alejaron alegando que Adam era una mala influencia ¿Cómo se atreven?

— Oye, ¿Y por qué no la traes a la próxima sesión de entrenamiento? — sugirió.

— ¿Qué? — exclamaron a la par Loona y Blitz

— Sí, piénsalo, sería genial que tu hija aprendiera a defenderse como tu, además mirala, tiene la chispa de exorcista.

— No lo sé, no creo que Loona deba…

— Trato — se adelantó Loona, antes de que Blitz terminara de externar sus preocupaciones.

— Niña aún eres menor para tomar esas decisiones.

— Descuida, no le estoy pidiendo que espíe a los pecadores ni nada de lo que haces tu, simplemente es entrenamiento básico, además, dudo que no quieras compartir momentos como estos con tu hija — Adam colocó una mano en el hombro de Loona para dar un poco de énfasis, sin darse cuenta, o ignorando la incomodidad de la cachorra.

Blitz les lanzó una mirada entrecerrada de fastidio. Adam podía llegar a ser muy convincente, pero no quería arriesgar a su reciente hija, por algo le había ocultado su trabajo secundario de espía, su plan simplemente era que si llegaba a pasarle algo, Fizz se encargaría de ella, pero aquí estaba Adam.

— Será mejor que aprendas a hacer cara de cachorrito para que ceda… — susurró Adam a Loona.

Blitz observó cómo su hija lo veía directamente, sus ojos comenzaron a brillar con inocencia, una sonrisa ansiosa, esperando que dijera que sí. Adam era una mala influencia.

— Bien… Pero no la metemos en nuestro trato — Blitz terminó cediendo.

Adam abrió un portal para despedir a Blitz y Loona. Una vez del otro lado, antes de que Adam cerrara el portal, llamó a Blitz.

— Oye, antes de que te vayas…

— ¿Que olvidaste viejo? — dijo Blitz con fastidio.

— Gracias… — dijo Adam con una sonrisa suave y cariñosa. Tomando a Blitz desprevenido.

Cuando estuvo a punto de preguntar por qué, Adam decidió cerrar el portal.

— Qué tipo más raro… Bueno Looney, parece que le agradas al idiota original ¿Que tal? — comentó Blitz con una sonrisa, sacudiendo el cabello de la cachorra y alejándose cuando ella estuvo a punto de morderlo. 

Nota para más tarde, hacer que Loona se acostumbre al contacto físico casual.

— Creo que me agrada, aunque también pienso que es un idiota — admitió después de un rato Loona.

— Eventualmente te acostumbras.

Chapter Text

Ser guardaespaldas era complicado, pero bien remunerado, la verdad con lo que le daba Adam y los pagos de Verosika, Blitz logró comprar un establo en Ira, tal como lo había soñado, al menos ya tendría un lugar al cual ir a celebrar Sinsmas con Loona.

El problema empezó cuando Verosika comenzó a ser más… cachonda, más coqueta y le daba unas miradas de completa adoración. Blitz la apreciaba mucho, parecía una muy buena mujer, pero no sabía si él realmente sintiera lo que él sospechaba que ella sentía por él.

Cuando Loona supo que trabajaba para ella y le exige conocerla, Blitz lo platico con la estrella Pop, la cual aceptó encantada, por lo cual ahora Loona solía acompañarlo de vez en cuando al trabajo, y no solo eso, Adam realmente insistió en entrenarla tambien, asi que ahora tenían un horario establecido.

Verosika adoraba a Loona, le parecía una cachorrita linda, y Loona la admiraba demasiado, que en ocasiones parecía que realmente los emparejaba. esto eventualmente le iba a pagar factura, cuando en una ocasión inoportuna, la cachorra preguntó.

— ¿Estás saliendo con Verosika?

Blitz casi escupió el café que estaba tomando ante la pregunta repentina de su hija aún no oficial (maldita burocracia) 

— ¿De donde sacas eso?

— Veo los ojos con los que te mira, el anciano dijo que los ojos son las ventanas del alma. Y ella cada que puede pone ojos de cogeme, pero con cariño incrustado.

— ¿Tenemos alma acaso? — dijo Blitz evitando el comentario.

— Imbécil.

Por un breve momento se hizo el silencio entre ambos, Loona comiendo los hot cakes que Blitz le había servido, mientras él sorbía café nuevamente. 

— ¿Entonces la vas a invitar a salir? 

Blitz esta vez escupió el cafe.

— No deberías meterte en eso… — dijo con una sonrisa forzada tratando de no verse muy nervioso.

— Las mujeres se cansan de esperar, será mejor que la invites…

— Fizz volvió a meterte ideas de relaciones sanas y esas mierdas ¿Verdad? — dijo Blitz con fastidio. 

— Fizz es pareja del propio Asmodeus, sabe de lo que habla…

Esa conversación no pasó a más y lo que resto fue solo charlas de ocio. Asi quedo el tema por un tiempo, pero Blitz solo pensaba en lo que había dicho Loona, y es que era difícil no notarlo, Verosika realmente parecía estar interesada en él, y él aceptaría de no ser porque aún no sabía qué pensar o sentir, Verosika le atraía mucho, pero ser un buen polvo a ser algo oficial eran dos conceptos distintos, aun le costaba verse con alguien, desde el incidente del incendio.

Perdido en una incertidumbre decidió pedir consejos a una de las personas en las que más confiaba.

— Voy a ver a salir — dijo mientras se ponía su chaleco y abría la puerta.

— ¿Mantengo el teléfono prendido? — preguntó ella sin dejar de ver la TV.

— No hace falta, voy a la embajada…

— Mandale saludos al viejo.

Blitz entró en la sala de conferencias de la embajada. Adam, estaba sentado en la gran mesa de conferencias, revisando informes con una expresión de aburrimiento. La atmósfera se sentía incómoda, reflejando los sentimientos de Blitz, quien se movió de una esquina de la mesa al otro antes de finalmente aclararse la garganta.

— Eh... ¿Hey Adam? ¿Cómo estás? ¿Tienes un minuto? Y no, antes de que me preguntes, no vengo a pedirte un favor, así que guarda tus sermones.

Eso tomó un poco desapercibido a Adam, pero no lo suficiente como para dejar de ver los informes.

— Vine porque me citaste, estoy un poco ocupado asi que habla…

— Bueno… Es que… verás, hay este… problema. Personal…

Adam finalmente levantó la mirada, con genuina preocupación que solo el más observador podría notar. Poniendo toda su atención en Blitz, dejó los informes a un lado, entrelazo los dedos y lo observó con curiosidad, incitando a Blitz a continuar.

— ¿Un problema personal? Ok… Te escucho.

— Es sobre… Verosika.

— ¿La estrella pop para la que trabajas?

— Mira, Loona comentó que ella podría estar… enamorada de mi. Y yo… bueno, creo que es evidente, pero yo… no sé qué siento por ella. Es como si quisiera algo, pero también me asusta. Así que pensé que tal vez tú, con toda tu infinita sabiduría celestial, podrías darme algún consejo.

Adam guardó silencio por un momento, parecía estar reflexionando profundamente mientras Blitz esperaba una respuesta. Pero la realidad era que Adam por una vez, no sabia que decir.

— Las relaciones románticas son… complicadas. 

— …¿Qué? — Blitz parpadeó confundido.

— Oh, claro, pueden empezar como algo maravilloso. Intensidad, devoción, dulce ilusión — Adam comenzó a hacer una torre de naipes agregando cartas en cada virtud — Pero luego… llega el momento en que te das cuenta de que todo lo que construiste era una ilusión destinada a derrumbarse — con esto último hizo que la torre de naipes se derrumbara, para dar más énfasis.

— ¡Wow! Eso me suena a una proyección.

— Lo digo por experiencia, niño. Después de un tiempo, uno empieza a ver los patrones. El amor es solo una ecuación con demasiadas variables y ninguna te garantiza el éxito. Solo hay tres tipos de amor en los que creo: el de los hijos, el de los nietos y el de los padres.

— …Genial. Qué alentador. Entonces, ¿Qué me recomiendas? ¿Dejarlo estar y que se quede como nada? 

— No puedo darte la respuesta final, eso depende de ti, yo no controlo tus decisiones. Solo que, si vas a aventarte, como dicen los chavos, más te vale llevar el paracaídas.

Hubo un momento de silencio donde Blitz pensó en las palabras de Adam, la verdad es que esperaba que Adam le diera una respuesta un poco más motivadora. Se supone que es alguien sabio, no lo demuestra pero lo es ¿No?

— ¿Y si… no se lo qué quiero? — pregunto después de un momento.

Adam lo observó en silencio, su expresión se volvió más reflexiva. Finalmente, exhaló y se reclinó en su silla.

— Entonces averigua lo que quieres. 

Blitzø lo miró fijamente por un momento antes de resoplar, sacudiendo la cabeza con una media sonrisa.

— Sabes, eres un inútil para estas cosas del amor.

— Nunca dije que las relaciones fueran mi especialidad, 3 divorcios lo comprueban… — dijo Adam con una sonrisa arrogante, pero a la vez sincera.

— No hace falta que lo digas, se nota. ¿Crees que consejos de paternidad puedas darme?

— Yo inventé la paternidad. Así que con confianza.

Adam rió suavemente. Duraron un rato platicando de cosas un poco menos relacionadas con el amor. Pasadas las 2 horas Blitz se preparó para irse. 

Justo antes de salir, Adam añadió en un tono más bajo, casi como si no quisiera que se notara un poco de su vulnerabilidad.

— Oye, perdón por no haberte ayudado con eso de las relaciones románticas.

— No te preocupes, sabré cómo arreglármelas — dijo Blitz tratando de descartar.

Adam dudo un momento si decir algo más o mejor callar.

— Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, solo, no romance, pero lo demás… ya sabes.

Una sonrisa cariñosa se dibujó en el rostro de Blitz.

— Si, lo sé… Gracias Pa’ — dijo Blitz y se retiró, dejando a Adam solo en la embajada.

Un minuto fue lo que bastó para que ambos asimilaran lo que Blitz acababa de decir. 

Adam estaba al borde del colapso, estaba demasiado feliz de alguna manera, casi estallando en fuegos artificiales dorados, nunca supo cuánto necesitaba que el chico le dijera padre, hasta que lo hizo. ¿Eso lo hacía oficial?

— ¿Oye Sera, crees que pueda hablar con Yeshua?

— ¿Para que lo necesitas Adam?

— Quiero ver si puedo adoptar a un niño oficialmente…

Sera no agrego nada mas.

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Blitz se quedó pensando en el consejo de Adam, además de su desliz. Realmente no lo pensó, solo salió en un raro momento. Genial, ahora el ángel no lo dejará pasar tan fácilmente. 

Si bien Adam no le dio una respuesta como la que él esperaba, de algún modo, le dio una que necesitaba escuchar. Tenía que descubrir qué era lo que quería a futuro. 

Al llegar a la casa notó que Loona se había quedado dormida viendo la televisión. Sin mucho esfuerzo la traslado a su habitación y la arropo.

— Descansa Loonie…

Al salir de la habitación la mansión se quedó en silencio, Blitz solo con sus pensamientos, se le ocurrió una idea, quién mejor para dar consejos que Fizz sobre el romance, no quería verse inexperto ante su amigo, pero tal vez sea la mejor opción, Fizz siempre fue más empático que él.

— Bueno… Fizz, ¿Crees que pueda hablar contigo?... No, no me pasó algo grave, solo quiero consejos… ¿La cafetería de siempre? … Perfecto, Gracias Fizz.

Chapter Text

Blitz y Fizz habían charlado por un largo rato, más que nada era Blitz tratando de explicar la situación con Verosika.

— Entonces, ¿Asumes que le puedes gustar a Verosika? — trato de entender Fizzaroli.

— Loona me lo comentó y pensándolo bien, tiene sentido.

Fizz levantó una ceja con algo de duda.

— Entiendo tu punto, lo hago. Pero asumir es de culero, literalmente me pides consejos como si ya fueran pareja, y ni a primera cita han llegado…

Blitz abrió mucho los ojos al reflexionar lo que le decía Fizz, pues tenía razón, pero tampoco es como que sacar conclusiones repentinas no fueran parte de su naturaleza.

— Bueno, como sea, le pedí consejos a alguien más y la verdad es que no creo que me funcionen.

— ¿Qué te dijo para que terminaras tan miserable? — agregó Fizz con una leve burla.

— ¿Cómo sabes a lo que quieres dedicarte el resto de tu vida y si eso incluye a otra persona?

Esa pregunta tomó desprevenido a Fizz. Levantó la vista para ver mejor la expresión de su amigo de toda la vida, se veía igual que siempre pero cambiado, había una vulnerabilidad y duda. Fizz reflexiono, no es como que no hubiera tenido dudas de lo que quería para su futuro, además no es como que las metas no cambien.

— Bueno, es difícil, yo por ejemplo, nunca contemplé a Ozzie, solo pasó…

— Bueno, pero al menos sabías que querías ser el mejor payaso. En cambio yo, mi deseo de la infancia… — Blitz guardó silencio, pensando en esos sueños de un niño ingenuo que quería ser dueño de un circo propio para ayudar a su familia.

— ¿Tu problema es que actualmente no sabes qué es lo que quieres? 

— Algo así me dijeron — Blitz sonrió con algo de humor — Es decir, se que quiero hacer las paces con Barbie, en cuanto deje de mandarme al carajo.

— Bueno, al menos tienes una cosa clave, ¿Y lo demás?

— No lo sé…

— Blitz, me sorprendes — Blitz le dirigió una mirada confundida a Fizz, quien argumentó sus palabras — Si te preocupa el tema de Verosika ¿Porque no hablas con ella? Nunca te ha molestado dar tu opinión.

— Mira, Verosika es genial, me gusta, pero al mismo tiempo me asusta lo que le pase si avanza conmigo, ¿Y si termino incendiando todo de nuevo?

Esa última declaración encendió alarmas en la mente de Fizz.

— ¿Eso es figurativo o literal?

— Ambas.

Bien, esto era preocupante, pero Fizz no estaba para juzgar, sino para ayudar a su amigo. Después se encargará del tema de la culpa, conoce buenos terapeutas.

— ¿Ok?… Blitz, le das muchas vueltas… al final la lujuria y el amor es algo inesperado, solo pasa. — dijo Fizz rodeando a Blitz con un brazo al costado — Lo peor que puede pasar es que terminen, tal vez te guarde rencor y te dedique una fiesta anual a odiarte, pero ¿Para que adelantarse? 

Blitz guardó silencio por un momento, reflexionando las palabras de su amigo, que tenía razón, Blitz nunca fue de los callados y reservados, ¿Por qué empezar a serlo ahora? –Al menos en este tema–. Y como dijo Fizz., lo peor que puede pasar es que lo odie, pero aun no pasa, ni siquiera ha hablado con ella de eso.

— Tienes razón Fizz… Tal vez le dé la oportunidad, además, ella ya adora a Loonie, eso debe significar algo ¿No?

— De eso estoy hablando… Ahora ve por ella, Tigre… — dijo Fizz ahora más emocionado.

— Si…

Durante esos días, Blitz planificó una pequeña cita para platicar bien con Verosika, Loona sugiere algo más casual formal, y la verdad era buena idea. reservando un lugar simple pero encantador, Blitz citó a la estrella pop, aun motivado por las palabras de su amigo y tratando de ignorar la pregunta de lo que quería.

Llegó el día que planeó la cita, no es como que fuera la gran cosa, pero de alguna forma estaba nervioso.

En cuanto apareció la estrella pop, se robó las vistas, era una diva hermosa, los mejores atuendos y ese porte de reina. Y una mirada encantada que solo se iluminó al ver al Imp.

— Hey, ¿Cómo estás? — dijo Blitz, mostrándose relajado y con una sonrisa coqueta.

— Perfectamente ¿entramos?

— Me parece perfecto.

Ambos entraron como reyes del lugar, la reserva lista, y miradas indiscretas a su alrededor, pero sin darles importancia.

— Nunca pensé que fueras de los románticos…  — dijo Verosika al ver el lugar que aunque simple, era encantador, incluso en el infierno.

— Sorpresa.

— Te estas ganando un buen aumento.

— Ha… Espera ¿En serio?

Ambos conversaron por un momento, en  lo que tomaban sus pedidos. Una vez llegados sus pedidos, y tras un largo momento de ocio, conversaron como buenos amigos, o parecido a las charlas de trabajo pero con algo personal. 

Verosika finalmente preguntó:

— Muy bien, Esto me pareció encantador, pero ¿Por qué me citaste realmente Blitz?

— Bueno, sentí que necesitábamos hablar.

— Siempre lo hacemos.

— No. Me refiero a hablar en un lugar un poco más privado, solo nosotros dos — la mirada intensa de Verosika le dificulto a Blitz hablar sobre el verdadero motivo de la cita. Nadie le enseñó a expresar con palabras sus sentimientos, no lo pueden culpar — Verga, soy malo con estos temas.

— ¿De qué quieres hablar?

Verosika espero pacientemente, mientras Blitz aún buscaba las palabras.

— Oh bueno el otro dia Loona mencionó algo interesante, dijo que era probable que tu sintieras algo por mi, yo siento que exagera pero…

— Me gustas Blitz — interrumpió Verosika con una mirada profunda, encantada, y una sonrisa coqueta.

— Oh bueno, ¿Por qué? — Blitz preguntó sin pensarlo mucho. Verosika se encogió de hombros con una sonrisa que decía que ella tampoco lo terminaba de entender, solo pasó — ¿Qué pasa a partir de ahora?

— ¿Qué quieres que pase?

— Cometes un error al tenerme de interés amoroso ¿Sabes?

— Probablemente, pero me gustan los riesgos…

— ¿Realmente quieres intentarlo? — Blitz preguntó con interés. Verosika sonrió y asintió levemente con la cabeza — Mira, no puedo prometer nada. Estoy en un… proceso.

— Aun no quieres compromisos, entiendo.

— Podemos intentarlo, pero no prometo nada.

— Tomaré el riesgo.

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Bueno, sorpresa. Sera no quisó “molestar” a Yeshua con cosas mundanas como un capricho de Adam, así que el ángel tuvo que acudir a algo más, buscar en papeles antiguos de la biblioteca celestial, para ver si había información clasificada que le pudiera ayudar.

— Hey, Adam ¿Cómo estás? — saludó un arcángel conocido por todos, con una sonrisa amable.

— Mich, hey… ¿Qué haces por aquí? — dijo el primer hombre, tratando de no ser evidente.

— ¿Podría preguntar lo mismo? — dijo el arcángel al ver el montón de escrituras respecto al infierno que Adam trataba de ocultar — Entiendo el concepto de conocer a tu enemigo, pero esto es demasiado.

Desde milenios Michael fue el ángel guardián de Adam y con el tiempo su amigo y entrenador personal. Adam confiaba en él, pero no estaba tan seguro de contarle de su nuevo hijo adquirido. 

Michael no era ciego, los últimos años ha visto a Adam mejorar en actitudes, lo ha visto más motivado, más vivo, reconciliándose con sus hijos, poniéndose en forma.

La curiosidad le ganó cuando escuchó entre cotilleo que Adam había pedido una auditoría con Yeshua. Pocas veces pasaba eso, así que debía ser algo muy importante para el hombre, así que decidido decidió preguntarle directamente al hombre, ¿Que tenía en mente?

— Escuche que le pediste a Sera que te contactara con Yeshua. ¿Algún motivo en particular? — preguntó con curiosidad.

Adam dudó por un momento, pero al final se decidió, si había alguien que tenía suficiente autoridad aparte de Sera, ese es Michael, es decir, derribó a Lucifer dos veces.

— Quiero ver si puedo adoptar a alguien, y quería obtener una respuesta de alguien sabio.

Michael se burló un poco. — Ya veo por qué no acudiste a Sera… ¿Y las escrituras del infierno son por…?

Adam se tenso un poco, trato de que no se notara, incluso en su máscara. No quería que el pánico que sintió ante esa pregunta se reflejará. Pero Michael no era tonto, y Adam era un libro abierto, milenios de conocerlo solo le daban mas ventaja.

Michael intentó adivinar. — ¿Sera te pusó a revisar los pergaminos?

Adam trató de contestar con indiferencia, a pesar de sus hombros ligeramente tensos. — Si, eso… 

Michael noto que aún estaba tenso. — Te ayudo…

Tras un rato de silencio, Adam tuvo que fingir que acomodaba los pergaminos, discretamente leyendo algunas frases que estuvieran relacionadas con la adopción de Imps o reglas del infierno, con pocos resultados.

— Oye, Mich… ¿Tú sabes a quienes pertenecen los nacidos del infierno?

— Hmm, algo leve, la verdad es que nunca me interesé mucho por la jerarquía, pero sé que son criaturas creadas por Satanás para servir a demonios de altos rangos.

— Esclavos — concluyó Adam con algo de amargura en su voz.

— Básicamente…

Una vez revisados todos los pergaminos, Adam simplemente se rindió, el cielo no tenía todos los registros del infierno, solo registros de guerras y partes que ya había leído muchas veces en la biblia. 

Lo único que había rescatable, era la vez que Yeshua descendió al infierno y salvó algunas almas. Siempre se aprende algo nuevo, supuso. Pero eso solo hacía que quisiera hablar con Yeshua aún más. Si Yeshua era capaz de ascender a pecadores en base al perdón, entonces tal vez…

— ¿Sera no te puso a hacer esto ¿Verdad? — dijo Michael finalmente.

Adam apretó los labios hasta formar una línea fina, sin querer hablar y apretando el último pergamino, que no tenía nada nuevo.

— ¿Qué te preocupa realmente? — dijo Michael, poniendo una manos sobre los pergaminos que Adam apretaba, para que el hombre lo viera directamente.

Adam no habló, apartó un poco la mirada, hacia los pergaminos, con impotencia.

— ¿Tu petición tiene algo que ver con el infierno? — Michael trató de adivinar, mientras Adam trataba de parecer imperturbable — Creo que conozco a alguien que te puede ayudar.

Adam volvió a ver a Michael con sorpresa y un poco de esperanza, le sorprendió el altruismo del arcángel, ya que no le había dicho nada, ni sus motivos y aun así Michael se ofreció a ayudarlo.

— ¿Estás seguro? Yo no te…

— Descuida, no tienes que decirme nada, tienes derecho a tu privacidad, además, si este asunto tiene algo que ver con tu mejora de los últimos años, sería un desgraciado si no te ayudo…

Adam abrazo al arcángel con entusiasmo, feliz de contar con su ayuda, al final de cuenta era su amigo, aunque a veces Michael fuera bien recto y distante, eran en estos momentos, donde Adam recordaba la bondad del cielo, aunque a veces algunas actitudes lo hicieran dudar.

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Hay un lugar que solo algunos pueden visitar, ese lugar mantiene a algunas almas, que no van al cielo o al infierno, son guardadas, juzgadas o simplemente atrapadas, Adam solo escucho del lugar, pero esta era la primera vez que lo visitaba, siguiendo a Michael.

El limbo era enorme, muy gris, vacio y lúgubre, incluso el infierno tenía más vida que ese sitio, y más allá del vacío en un palacio notable un ángel descendió, uno que olía a caido, pero que no parecía haberlo hecho al 100 %.

— ¿Un caido? No sabia que eras amigo de un caído — dijo Adam con una ceja levantada. Michael solo se encogió de hombros — ¿Alguien sabe de esto?

— Solo el mensajero de Dios, Yeshua y el mismo Dios ¿Quieres que te espere o prefieres hablar solo con él? — preguntó el arcángel.

— Bueno, me trajiste hasta aquí, y al parecer confias en mi buen juicio.

— No confío en tu buen juicio… pero quiero ayudarte.

El caído finalmente dio a conocer su presencia con una sonrisa.

— Hola Sariel, tiempo sin vernos… Mira, este es Adam.

— Encantado de conocerte primer hombre ¿A qué debo tan inesperada visita?

Michael animó a Adam a hablar y explicar su situación, este pensó en lo que diría a continuación, la verdad no sabia si confiar plenamente en este nuevo caido o incluso si lo que diría sonaría controversial para Michael.

— Quiero adoptar a un Imp — dijo finalmente.

Hubo un silencio de sorpresa por parte de los presentes, el caído y el arcángel, quienes no esperaban esa respuesta. Michael sabía que algo tenía que ver con el infierno pero no de esa manera.

Sariel sonrió con ironía, invitando a ambos a entrar al palacio.

— Así que un Imp ha cautivado al primer hombre… Eso es una verdadera sorpresa.

Michael comenzó a cuestionar un poco a Adam. — ¿Por eso querías hablar con Yeshua? ¿Un Imp? ¿Por eso me preguntaste las jerarquías?

Adam se negó a hablar, eran muchas preguntas y aún había duda en su decisión de decir lo que dijo frente a Michael.

— Muy bien Adam, tomando en cuenta tu petición, diré que es algo sencillo… y a la vez imposible.

— ¿Por qué? — preguntaron ambos ángeles con curiosidad.

— Aquí está… Cláusula 13. Para adoptar a un Imp necesitas autorización del dueño legal. Eso significa Satanás. O, si tienes suerte, sus padres. La verdad no pensé que alguna vez esta cláusula llegara a utilizarse.

— ¡¿Cómo que Satanás tiene que firmar para que lo pueda adoptar?! — se escuchó gritar a un ángel molesto.

— Aquí está escrito, cualquier Imp está bajo custodia de Satanás, a menos que sepas quienes son sus padres y los obligues a firmar, Satanás es la segunda opción — dijo Sariel, mientras le pasaba los papeles a ambos, recalcando las partes que mencionaba.

— ¿Hay una tercera opción? — preguntó Michael en lugar de Adam. Al ver al hombre aún molesto por las estúpidas cláusulas.

— La hay, pero dudo que le guste — dijo Sariel captando la atención de Adam.

— Oh no… ¿Debes estar bromeando?

Michael sabiendo a quién se refería quiso confortar a su amigo. Puso una mano sobre su hombro.

— Si quieres puedo obligarlo a que firme… 

Adam se rió ante el comentario de Michael, no esperaba esa propuesta y por un momento realmente se vio tentado a aceptar, pero decidió pensarlo con claridad, no era una decisión al azar.

— ¿Dices que la firma de los padres biológicos sirve? — preguntó, y Sariel asintió — Creo que una vez mencionó a un donador de esperma… tendré que cazar algunos Imps… Y si no funciona no queda de otra que… — suspiro con fastidio — Hacer que firme Lucifer.

Al final, cualquier cosa era más tolerable que tratar de convencer al terco de Satanás, incluso Lucifer.

Chapter Text

Adam realmente trató de no ser tan evidente, quería que fuera una sorpresa, así que recurrió a la única persona que compartía más tiempo con Blitz, su hija aún no oficial (aun), Loona.

Durante un entrenamiento, Adam planeó que Blitz hiciera algo que lo mantendrá ocupado, el entrenaría a Loona, pero entre líneas estaba buscando respuestas.

—Hey, Loona, en lo que tú padre está ocupado, ¿Tu sabes de alguien que sepa del paradero de su familia?

Loona vio al hombre algo confundida. —No, Blitz apenas y me cuenta algo.

—¿Enserio nada? ¿Ni su amigo payaso robótico?

—¿Hablas de Fizzaroli? Solo tengo entendido que crecieron juntos pero nada más. 

Adam pensó durante un momento, mientras dirigía a Loona en sus movimientos de pelea. Finalmente preguntó.

—¿Tienes su número?

—¿Tienes un papel?  — preguntó Loona y una vez Adam hizo aparecer uno, la cachorra anotó los datos. 

—Perfecto… Gracias.

—¿Y para qué lo quieres? — preguntó la adolescente con curiosidad.

—Es una sorpresa… Pero desde ya te digo que todos nos veremos beneficiados.

Loona solo alzó una ceja interrogativa pero decidió confiar en el tipo, al final de cuentas Blitz lo conocía desde hace años.

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Adam no perdió mucho tiempo en llamar al número que le dio Loona, la verdad quería terminar con eso de conseguir las firmas de una vez por todas. Odiaba los papeles y esas cosas, si tan solo Sera le hubiera dejado ver a Yeshua. Como sea, aquí estaba marcando para finalmente conocer la voz del Imp amigo de su futuro hijo oficial.

—¿Hola? — se escuchó al otro lado de la línea.

—Hey, ¿Este es el número del payaso Fizzaroli? — preguntó el ángel tratando de no sonar sospechoso.

Hubo una pausa al otro lado de la línea. —No sé cómo conseguiste este número específico, pero si eres uno de esos acosadores de mierda, voy a…

Adam decidió interrumpir. —Oh genial, entonces supongo que conoces a Blitz…

—¿Eh? — esa respuesta tomó por sorpresa al Imp, quien internamente solo pensaba en que pendejada se había vuelto a meter su amigo. —Si el te debe algo yo no tengo nada que ver, resuélvelo con él…

—Oh no, no te preocupes, no hablo por eso — Adam hizo una pausa pensando en sus siguientes palabras. —Mira, se que eran amigos de la infancia y actualmente lo siguen siendo.

—¿Qué tanto te hablo de mí? — preguntó Fizz con sospecha aún sin saber que tanto podía compartir.

—No mucho, pero suficiente… Juro que soy de fiar. Veras, él es uno de mis mejores guerreros. Digamos que soy su proveedor de armas personal.

—¿De usted es de quien recibe las armas que guarda en su mansión? Pensé que…— Fizz tenía muchas preguntas —¿Quién es usted?

—Un rockero prestigioso (y su futuro padre), y en mis tiempos libres fumigo las plagas…  como sea. Solo hay una persona que sabe del pasado de Blitz, así que quería saber si conoces el paradero de su padre…

Puta madre, era un asesino a sueldo y al parecer quería matar a Cash, eso fue lo que entendió Fizz. Si bien no le caía muy bien Cash, tampoco es que le deseaba la muerte, es un cabrón, pero en parte siente que aún le debe un poco. 

De todos modos, aunque le quisiera decir información al contacto misterioso, no podía, el paradero del Imp ni él lo sabía.

—Su padre, eh bueno… no creo que pueda, dejó de tener contacto conmigo desde hace años… — al otro lado de la línea escucho la frustración del tipo, seguido de maldiciones.

—¿Y sabes alguien que sepa de su paradero o si está vivo? ¿O de algún otro pariente que pueda darme esa información?

—No eh… Señor. Lamento no poder ayudarlo. 

—¿En serio no tiene a nadie más? ¿Un tio? ¿Una hermana? ¿Abuelos?

Fizz decidió evadir la verdad, después hablaría con Blitz. —No creo, solo yo.

Adam suspiró cansado. —Bueno, supongo que me sirve. Gracias… Si ves a Blitz no le digas lo que te llame, quiero darle una sorpresa.

eso encendió alarmas en la cabeza de Fizz. —Si, está bien señor, cuente conmigo.

Una vez la llamada se cortó, Fizz alarmado llamó a Blitz, sin importar su “promesa”. No iba a quedarse de brazos cruzados, tenía que saber los trabajos sucios en los que ha estado Blitz, sabía que debía sospechar cuando dijo que la fortuna venía de trabajar para Verosika, era irreal, pero quiso tener fe en su compa. ¿Y si había molestado a alguien últimamente?, ¿Alguien muy rico?, ¿Podría prepararse para pedir la ayuda de Ozzie en caso de que la vida de Blitz y por consecuencia de Loona corrieran peligro?

Adam por su parte estaba un paso más lejos de encontrar respuestas, odiaba esto. Si el Imp que buscaba estaba muerto, significaba que tendría que llamar a los L’s, y lo que menos quería era hacer eso, porque sería darles un arma para usar contra él.

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Loona sabía que algo molestaba al viejo, no parecía centrado en lo que era el entrenamiento, hasta el punto en que ella empezó a probarlo y decir tonterías a las que solo contestaba con un “Aja”, sin realmente escuchar.

—Bien, me canse de esto ¿Que te pasa? Falle 5 veces y no me dijiste nada ¿Ya no te importa que mejore? — dijo la cachorra molesta colocándose en frente del hombre.

—Oh, eh… Si, buen trabajo — dijo aún distraído.

Loona se ofendió más, se alejó con un bufido y tomó una de las latas de entrenamiento de precisión, lanzándola con todas sus fuerzas a la cabeza del anciano terco. Dando justo en la carota, haciendo que por un momento se ¿Glitcheara? 

—¿Qué verga? ¿Por qué hiciste eso? — dijo Adam molesto, mientras su cara aún se des-calibraba y su voz se distorsionaba.

— No me estabas haciendo caso — soltó la cachorra con un pisotón y un bufido. —Si no querías entrenarme me lo hubieras dicho… Entiendo cuando quieren evitarme.

Adam se olvido de su obsesión por un momento, al notar el enojo de la cachorra, dandose cuenta de que fue un idiota sin querer serlo. Se acercó a la cachorra que se alejó aún indispuesta. Al final decidió tomar asiento cerca de ella.

—No fue mi intención hacerte sentir que no me importabas, es solo que… Porque me importan mucho es que no he dejado de pensar.

—¿Tu piensas? — dijo la cachorra con un toque de picardía. Parecía más dispuesta a escuchar que antes.

Adam sonrió ante ese comentario, Blitz, la vida y el propio Adam le habían enseñado bien.

—Pequeña mocosa — Adam bajó el tono a algo un poco más íntimo. —Si te cuento un secreto ¿No se lo dirás a tu padre? — Loona asintió con la cabeza ahora más interesada —Quiero adoptar a tu padre, de manera oficial, que sea un “TheGarden” no tengo apellido así que lo invente.

Loona estaba confundida. —¿Qué? Creí que ustedes dos ya eran — Adam negó con la cabeza. —¿Y eso te tiene preocupado? ¿Por qué? ¿Que los ángeles no hacen lo que quieran y eso?

—No funciona así. Al parecer tengo que tener permiso de sus padres o en dado caso de los L’s… Y aun no se nada del paradero de su padre, y creo que su madre está muerta, prefiero no sacar ese tema frente a él, creo que es muy serio.

Loona entendió todo, quería ayudar, al final de cuentas el viejo se había esforzado, la animaba y la entrenaba. La cuidaba cuando Fizz o Blitz estaban muy ocupados, como en esta ocasión, y ella sabía que después de ese entrenamiento Adam la llevaría a comprar helados porque era rutina, era un abuelo consentidor y permisivo, y ella sería una tonta si no tomara esa ventaja.

Haciendo memoria finalmente recordó algunas de las fotos en la sala principal de la mansión, una diablilla igual a su padre solo que en versión femenina, no parecía mayor que él para ser su madre, incluso había fotos de los dos siendo niños, además recuerda a Fizz llegar a mencionarla en alguna ocasión.

—Creo que tiene una hermana gemela — comentó Loona aún insegura de la información. —Pero no estoy segura, y no se como podría ayudar eso… Con lo que dijo Fizz, probablemente también haya perdido contacto con ella.

—¿Tenía una hermana gemela? — preguntó sorprendido Adam.

—Es lo que rescate de las conversaciones ambiguas.

—¿Sabes dónde puede estar? 

—Creo que está en un centro de rehabilitación de adicciones en el anillo de la Pereza.

—¿Tienen centro de rehabilitación? Wow, el infierno cada vez me sorprende más.

—Ten — Loona le dio el número de recepción del hospital de rehabilitación. —Este es el contacto, tardan en contestar, pero si eres insistente probablemente tengas suerte.

—¿Por qué los perezosos atienden en los hospitales?

— No se, ¿Algo que tiene que ver con la paciencia?

Ambos se encogieron de hombros indiferentes, Adam la verdad no tenía mente para entrenar, así que mejor propuso llevar a Loona a la Tierra a ver una película y comer palomitas, al final de cuentas Blitz se iba a desocupar después de las 8 de la tarde, tenían todo el dia.

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La llamada al centro de rehabilitación fue un desastre, apenas mencionó Adam el nombre de la paciente lo enlazaron con Blitz(o?) y ya no quisieron dar detalles, colgaron y las siguientes llamadas seguían entrando en buzón. También al parecer Blitz había aprendido muy bien a ser un caga palos, para que un hospital lo tuviera baneado.

Lo malo de la situación es que se había quedado sin opciones fáciles, solo quedaba buscar en registros del infierno. Haciendo memoria de la fecha en que Blitz se trató de suicidar y sabiendo que su amigo fue payaso, Blitz igual, Adam busco diarios, periódicos o incluso notas televisivas que dataran de esos años que mostraran algún circo o algo importante.

Bingo, encontró notas que databan de esos años, al aparecer un incendio que había terminado con un circo completo, muchos muertos, la superestrella Fizzarolli quemada casi por completo. En esas fotos noto a un tipo, cara de borracho pero tambien un parecido a su hijo, asi que era el, Cash Buckzo, bien, ya tenia referencia de como se veia, ahora tenia que localizarlo entre todos los rincones del puto infierno y obligarlo a firmar.

Adam logró encontrar al borracho, ¿Como? con su encanto y preguntando, ya lo dice el dicho: “Preguntando se llega a Roma”, nadie ahi podia ver a través de su disfraz de pecador así que nadie sabría que era él, y era por un bien mayor.

Bien, el tipo era un idiota, pero para mal, si bien Adam admite que no es una dulce palomita, este ¿Cash? (Hasta su nombre define su personalidad, al parecer) era augh. Grosero, alcohólico, abusivo y manipulador. Que quisiera venderle su imagen con palabritas no le funcionaria, además no estaba por él, estaba por su firma.

—¿Y por qué le regalaría mi firma a un completo desconocido? — replicó el Imp, molesto.

—Te voy a pagar — dijo Adam mientras sacaba un montón de joyas.

—¿Donde firmo?

Adam le entregó un papel dorado, parecido a los pergaminos celestiales, y al tipo parecía no importar el material, iba a ser rico, al diablo lo demás. Adam sonrió por lo fácil que resultó esto, pensó que tendría mas pelea de parte del diablillo. Aun así una parte de él sintió repulsión.

—Al nombre le falta una O, yo lo nombre…

¿El hijo de perra había leído los términos? Sabía que debía obligarlo a firmar una hoja en blanco, pero las leyes decían que no podía, algo de tinta de oro y esas mierdas.

—De todos modos, ¿Para qué querrías a alguien tan inutil como Blitzo? 

—No te debo respuestas ¿Quieres tu pago?

—Por supuesto, es un trato, pero no acepto devoluciones, no me gustaría recibir reclamos cuando te canses de él.

Esas palabras hicieron enfadar a Adam de maneras que no pensó que podrían, ¿De verdad este tipo no se interesaba por su hijo? Si fuera Adam difícilmente solitaria a sus hijos, es duro con ellos porque quiere que sobrevivan y aun así, ha avanzado y aprendido a ser mejor, nunca regalaría a sus hijos, y si se los confiaba a alguien mas, sabria que es porque confía en que esa persona no le hara daño, es lo que cualquier padre debería hacer.

 Pero entonces recordó los primeros años que conoció a Blitz, o Blitzo al parecer de manera “legal”. Y solo se le revolvió más el estómago.

—Listo, aquí está, ahora quiero el pago.

Adam le entregó las joyas, una mirada de repugnancia que se filtraba a través de la máscara, pensando en lo que este tipo le había hecho pasar a su hijo.

—Antes de irme, ¿Por qué asumes que me cansaré de Blitz?

—Esa pregunta es fácil, el chico es un desastre, cero talento, cero carisma, destruye todo lo que toca, su familia y amigos. Fue su culpa que mi mayor fuente de negocios no exista, fue su culpa que Fizzarolli este lisiado…

Adam apretaba la mandíbula y los puños ante cada palabra y adjetivo que el tipo agregaba, si bien sabía que Blitz era un desastre, era SU desastre, ha mejorado, pero hasta Adam ve cuando hay una herida en una persona, él tiene muchas.

—Pero si eso no te parece suficiente, el chico es responsable de la muerte de su propia madre… Se merece todo lo malo que le pase…

La sorpresa fue enorme, no por el incendio, eso ya lo sabía, pero escuchar a un padre decir que su hijo se merece todo lo malo que le pase. 

—Espero no volver a verte nunca, y que MI HIJO, no vuelva a toparse con escoria como tu — dijo Adam con un tono de superioridad, alejándose sin mirar hacia atrás, con un documento firmado y una promesa de proteger a ese Imp que se ha colado en su corazón y ha hecho que vea que no todos en el infierno son malos.

”Descuida Hijo, tratare de que no vuelvas a sentir que no puedes confiar en una figura paterna, yo seré esa figura, y si tengo que caer para que tu te levantes, que así sea, al final haría lo mismo por cualquiera de mis hijos”

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Adam jamás olvidará el día en que conoció a Blitz, era obvio, fue un Día E, difícil que lo olvidara, aún tiene recuerdos del puberto de 13 años, aun se le dificulta entender que pasaron más de 10 años desde ese dia, y su hijo ahora tiene 25, casi 26 años y hasta una hija. Como pasa el tiempo.

Aún se debatía si debía darle la sorpresa después del Día E, era su día especial, y quería que al menos le llegaran recuerdos positivos de ese día y no solo el recordatorio de la matanza de la peor lacra que fue su descendencia. 

Al final decidió hacer ese su aniversario de adopción, lo mejor que recibió de un “Día E”, fue un hijo.

Tras otro día del Exterminio exitoso, donde al menos terminaron con potenciales Overlords, destruyendo 3 escondites y desalojando armas de fábricas abandonadas de Carmine. Volvieron a reunirse en la embajada, con la misma discreción de siempre.

—Te tengo una sorpresa… — dijo Adam sin contener la emoción incluso a través de su máscara.

—¿Ah sí? ¿Qué es lo que te tiene tan emocionado? — preguntó Blitz con una ceja levantada.

—Mira, quiero decírtelo, pero creo que esto amerita un momento especial. Voy a organizar una cena mañana, voy a pasar por ti y por Loona, va a ser en la Tierra, mas te vale ir lo más formal o con la ropa más presentable que tengas.

La energía positiva que rebosaba Adam era hasta contagiosa, era un aura demasiado cálida, cualquiera que estuviera cerca sentiría eso, especialmente seres relacionados con la espiritualidad.

—¿Cual es el momento especial? — dijo Blitz con una risita.

—No puedo decírtelo, va a arruinar la sorpresa.

—Ok, tienes un punto. Cuenta conmigo Alas Brillantes.

Con esto terminaron la reunión, hablando del progreso y los planes a futuro, pero cierto hombre pensaba en otros planes a futuro, unos más relacionados a la familia, solo que por mientras no se lo dirá al Imp.

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El día siguiente fue muy ajetreado para Adam, era la reunión con los L’s y no estaba de humor para perder la tarde con ellos, tenía una cena planeada. 

Sus hijos Aclima y Abel dijeron que se encargarían de la comida, Caín del entretenimiento, y Seth, a quien habían finalmente convencido de acompañarlos, llevaría los postres. Era el plan perfecto y ellos estaban al tanto del plan de su padre, Adam había sido directo al decirles que les presentaría a su nuevo hermano, solo omitió la parte donde dice que era un Imp. Ojalá no sea un problema.

Lo que realmente le sorprendió al asistir a la junta fue que Lucifer no se presentó, comúnmente en estas juntas asistían los dos, en pareja. En esta ocasión solo fue Lilith.

—¿Y el enano? — preguntó el hombre con curiosidad.

Lilith parecía cansada, con un suspiro comenzó a hablar. —Temo decir que hoy no estaba muy dispuesto, se encerró en su salón nuevamente.

—Pensé que ese castigo era solo para las mujeres — dijo Adam con una leve burla.

—Veo que nunca dejarás esos comentarios desagradables.

—Bueno, ya que el pequeñín no está dispuesto, supongo que eso hará más rápida la reunión, al final el que retrasa todo es él — Adam acercó los papeles a Lilith.

Lilith leyó los papeles que resumen el porcentaje, las bajas y las cláusulas, era el mismo protocolo cada año. Con un suspiro la mujer tomó el bolígrafo, pero se detuvo, parecía perdida en sus pensamientos.

—¿Vas a firmar? — preguntó el hombre impaciente.

—Quiero pedirte un favor — dijo ella levantando la vista.

—No hago tratos con el diablo — agregó al instante Adam, cualquier trato con los tipos eran malas noticias, la última vez que hizo un trato terminó con él matando a sus descendientes, y aunque le agarró el gusto aún siguió siendo perjudicial. Al menos esas actividades lo llevaron a conocer a su nuevo hijo.

—Si quieres que firme y nos libremos de esto de una vez, me escucharas, si no, supongo que tienes todo el tiempo del mundo.

Adam odiaba que esta tipa entre todas las perras supiera como calar en lo más profundo, lo había atrapado en su trampa, a regañadientes indicó a la mujer que dijera lo que tenía que decir.

—Quiero que me lleves al cielo…

—De ninguna manera — Adam se levantó en toda su altura, alarmado por la petición —. No puedo permitir eso, además ¿Para qué quieres ir allá arriba? ¿Que no está tu familia aquí? ¿O ya te cansaste de ella y la vas a abandonar como sueles hacer?

Lilith suspiro cansada, levantó la vista sin sorprenderse por el arrebato del hombre, o su último comentario. Era predecible, al final Adam siempre fue el más sensible de los dos, eso siempre lo volvió más impulsivo y por consecuencia débil, en opinión de ella.

—No debo darte explicaciones, se lo que hago, y en caso de que tu no aceptes mi trato, lo platicare con Sera.

—Si al final vas a hacer lo que quieras, ¿Para que pedirme el favor en primer lugar? — dijo Adam con fastidio.

—Pensé que tendrías un poco de sentido común, especialmente si realmente quieres mantener a tu hijo Imp a salvo…

Adam se quedó inmóvil. Solo un segundo, para Lilith fue suficiente. Él recuperó la compostura enseguida, frunciendo el ceño como si aquello fuera la tontería más grande que había escuchado.

—¿De qué hablas? ¿Un hijo Imp? El calor sí que te está quemando las neuronas.

Lilith apoyó el codo sobre la mesa, la mirada tranquila, casi aburrida, como quien ya ganó.

—Créeme, yo tampoco lo creí al inicio. Pero en el Infierno una termina enterándose de todo… sobre todo si eres la reina, literalmente. No hay secretos que me duren demasiado, Adam.

Sonrió con una suavidad que a él le heló la sangre.

—Y si no me ayudas a llegar al Cielo, tendré que comentarle este… pequeño descubrimiento a Sera. Estoy segura de que le encantará saberlo.

Adam trago saliva y apretó los dientes. No tenía tiempo para ese juego, no hoy. Había pasado semanas planeando la cena, preparando el ambiente, convenciendo a sus hijos. Por primera vez en siglos, algo le hacía ilusión. 

Y justo ese día a esta bruja se le ocurrió salir con eso.

—No sé qué clase de rumores escuchaste — dijo esforzándose por sonar indiferente —, pero yo no tengo nada que ver con ningún Imp.

—Claro — dijo Lilith, rodando el bolígrafo entre los dedos —. Y yo soy un ángel. Adam, por favor. Si vas a mentir, al menos trata de sonar convencido.

Él sintió una mezcla incómoda de vergüenza, enojo y miedo. No por ella… sino por lo que significaba que alguien lo hubiera descubierto. Pensó que con el tipo TV muerto, los chips y las precauciones que tomó, Blitz pasaría desapercibido.

Lilith apoyó el documento frente a él, sin firmarlo todavía. —Mira, no me interesa tu vida personal. Créeme, tengo suficientes tragedias propias — dijo con cansancio —…Y tú necesitas que Sera no se entere de tu pequeño secreto. Dudo que quieras decepcionarla.

Adam se quedó rígido. Con esas palabras había tocado una fibra sensible. No era vergüenza lo que sentía ante la idea de que Sera conociera a Blitz; era miedo. Miedo a lo que ella podría hacerles a ambos. Una parte de él quería su aprobación (siempre la había querido), pero si Sera llegaba a detestar a Blitz, sería capaz de exigirle que rompiera todo lazo con él. Y Adam… No podía desobedecerle.

Una gota de sudor resbaló por su sien. Maldita sea.

—No tienes pruebas — gruñó el arcángel.

Lilith arqueó una ceja. —Tengo suficientes pruebas — con una mano invoco una burbuja que mostró las imágenes que Adam más temía, la perra realmente tenía fundamentos.

—¿Cuáles son tus condiciones? — pregunto en un tono bajo.

— No tienes que hacer mucho — ella tomó el bolígrafo, lo acercó a los documentos y sostuvo la mirada del arcángel —. Solo me mantendrás allá arriba. Permaneceré el tiempo que necesite. Solo tú lo sabrás. No habrá registros, no habrá rumores. Nadie sabrá que estuve en el Cielo. ¿Te parece?

Adam respiró hondo. Aunque no le pareciera, no había opción. No podía permitirse un escándalo ese día. No antes de sentarse a la mesa con Blitz y darle oficialmente un lugar dentro de su familia. No ahora que, por primera vez en milenios, algo le estaba saliendo bien.

—…Está bien — dijo con voz grave —. Pero que sea rápido.

Lilith sonrió —Entonces es un trato.

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Blitz y Loona se prepararon con la mejor ropa que pudieron sin dejar de lado sus estilos, Blitz con algo casual formal, una camisa de botones con una chaqueta negra con algunas púas, los guantes y botas de siempre. Por su lado Loona usaba un vestido rojo adecuado para una adolescente, no era provocador, pero tampoco tan infantil, el equilibrio perfecto.

Esperaron a que se abriera el portal que los llevaría a la locación de la cena, Adam había indicado una hora específica. Sin embargo, el portal se abrió cerca de 30 minutos después, casi pensaron que Adam llamaría a último minuto diciendo que se cancelaba, pero aquí estaba. 

Ambos pasaron el portal que los dirigió a una casa de campo muy pintoresca, con las luces cálidas encendidas.

Blitz mentiria si dijera que este ambiente le generaba algo de incomodidad, casi parecia el lugar perfecto para un asesinato o desaparicion. Dio un salto y casi disparó con su arma divina cuando una mano se posó sobre su hombro.

—Wo wo wo, cuidado donde apuntas eso… — dijo un ángel cuya voz era inconfundible.

—Por Satan, Alas brillantes, no hagas eso, casi te mato… — dijo Blitz con fastidio, mientras Loona se reía.

Adam vestía una sotana de padre de misa, pero no era la típica blanca o violeta de los exorcismos. Era gris oscuro, más formal, un cinturón color dorado alrededor de la cintura que seguía siendo gruesa, pero no tanto a comparación de algunos años, y el cuello alto no podía faltar, así parecía gustarle al hombre.

—Ok, al menos has mejorado en tus reflejos, ahora si no te importa, podemos pasar.

—¿Entonces la cena si es en esta casa? — preguntó Loona.

—Sip, es la casa de mi hijo Caín, creí que era el momento de presentarte a mis hijos, sorpresa — dijo Adam con una sonrisa.

Blitz sintió que se le bajaba la presión, cuando Adam mencionó una sorpresa, no pensó que se refiriera a literalmente conocer a la familia de su jefe. Por su mente pasó la idea de escapar.

—Wow, eso es… inesperado, ¿No crees que ellos tengan problema con que yo sea… del infierno? — dijo Blitz tratando de no mostrar que le incomodaba.

—Si lo hacen serían muy hipócritas — Adam colocó una mano sobre su hombro, en señal de confort al ver la duda en el Imp —… Descuida, yo te cubro.

Adam abrió la puerta con una patada, haciendo notar su presencia como era costumbre, sus hijos estaban acostumbrados a su bravuconería. El bullicio adentro no se calmó, cada quien seguía en sus asuntos, casi como si Adam no hubiera hecho nada, o es que estaban acostumbrados.

—Viejo, me vas a pagar la manutención de la maldita puerta, es la tercera este mes — dijo un hombre de cabello castaño, ojos rojos carmín y tez morena claro.

—Ya, ya, Caín, te la reparo, sabes que siempre lo hago — Adam chasqueo los dedos y la puerta volvió a su sitio, como si nunca hubiera recibido una patada de un tipo de más de dos metros.

—Como sea — continuó el hombre —- ¿Recuerdan que les dije que hoy conocerán a alguien?

Los presentes dejaron de hacer lo que estaban haciendo, para dirigir su atención a su padre. que a su vez dirigió su atención a Blitz, poniéndolo en el foco de las vistas, junto con Loona.

—Hey — comenzó Blitz levantando una mano, incómodo, pero saludando de todos modos.

—Este es Blitz. Blitz, estos son mis hijos, el gruñón es Caín, el malvavisco es Abel, la guapa es Aclima y el serio es Seth.

La sala se mantuvo en silencio un largo rato, los hijos de Adam no dejaron de observar al Imp, casi parecía que lo estaban evaluando, preguntando por qué su padre había llevado a un diablillo a la cena familiar.

Al no obtener las respuestas que esperaba, y tras un largo rato donde sintió una incomodidad opresiva. Adam suspiró, caminó hasta Blitz y puso una mano firme en su hombro.

—Se que no es a lo que están acostumbrados y probablemente se pregunten si perdí la cabeza, pero igual que ustedes, este chico es importante para mí… Lo conocí hace ya casi 13 años y fue quien en parte me ayudó a querer volver a conectar con ustedes, a ser un mejor padre.

Los hijos de Adam guardaron silencio, algunos aun procesando la información. Al final fue Abel quien dio un paso al frente, se acercó a Blitz y con una sonrisa habló:

—¿Tienes hambre? Hicimos el estofado favorito de Papá, seguro lo vas a adorar.

Ese solo acto hizo que el ambiente se aligerara, los presentes sonrieron y comenzaron a integrar al Imp.

—¿Y la niña quien es? — pregunto Aclima con una sonrisa.

—Oh, ella es mi hija Loona… — dijo Blitz orgulloso.

—¿Tenemos una sobrina? — dijeron Abel y Seth al mismo tiempo, sorprendidos.

Los presentes comenzaron a tratar de conocer al Imp nuevo y su recién descubierta sobrina. Cuando la cena estuvo lista todos se sentaron en sus respectivos asientos. El banquete había sido apetitoso, o tal vez lo parecía porque el ambiente era apetitoso.

Por primera vez Blitz sintió lo que era una familia. No lo malinterpreten, ama a su hermana al igual que a Fizz, quien es casi como un hermano para él. Y siempre amará a su mamá. Pero en el circo jamás imaginaría tener una cena como esta. 

Una vez pasados del plato fuerte al postre, Adam decidió finalmente hacer el anuncio. Poniéndose de pie y golpeando la copa con el tenedor, todos guardaron silencio.

—Muy bien, silencio a todos. Se que entre nosotros siempre hacemos una cena mensual, para conectar y esas cosas, pero esta ocasión decidí hacerlo más formal para darle la bienvenida a los nuevos integrantes de la familia — dijo señalando con la mano extendida a Blitz —. Claro, si ellos quieren.

Blitz casi se atraganto con la copa de vino. No esperaba esto, confundido miró alrededor, finalmente apuntando a él mismo con duda.

—Obvio, ¿De quien más hablaría? — dijo Adam con una sonrisa cariñosa quitándose el casco que apenas recordaba que seguía usando.

—Espera, ¿Todo este tiempo fue una máscara? — dijo Loona confundida, pero también atando cabos.

Algunos soltaron unas risitas cariñosas, mientras otros aún esperaban la respuesta del Imp que también se había sorprendido al descubrir que la cara del ángel siempre fue una máscara y que este ángel al parecer quería darle la bienvenida a su familia.

—¿Puedes siquiera meterme en la familia? ¿No es ilegal si somos de lados diferentes? — preguntó con genuino interés.

Adam entonces sacó los papeles que avalan su decisión.

—Según estos papeles que tarde unos 5 meses en conseguir, es algo posible, aquí solo falta que tú lo firmes. —Adam le entregó los papeles a Blitz.

Blitz leyó cada línea, cada parte, y en la parte de abajo la firma de Cash. entonces recordó una llamada que había hecho Fizz sobre alguien que buscaba a su padre o un familiar de Blitz y todo cobró sentido.

—Espera, ¿Tu eras el que llamó a Fizz pidiendo información mía? 

—Puta rana chismosa… — murmuró Adam.

—¿Por qué no me lo preguntaste directamente? — preguntó Blitz algo frenético, pero no molesto.

—Quería que fuera una sorpresa — dijo Adam con una sonrisa ansiosa que se fue volviendo un ceño fruncido, pero no de molestia, sino de decepción. 

Sin el casco era un libro abierto. Blitz ahora entendía porque lo usaba siempre —Mira, si no quieres, no hay problema ¿Sabes? No me voy a…

—¿Quien dijo que no quería? Solo me tomaste por sorpresa ¿Dónde debo firmar?— interrumpió Blitz.

Adam se animó al instante, comenzó a brillar literalmente de la felicidad que emanaba, ahora si que le quedaba el apodo de alas brillantes. Inmediatamente le dio una de sus plumas doradas para que Blitz firmará y con eso se hizo oficial, Blitz era un “TheGarden” a falta de un apellido, pero no le importaba.

—Saluden a su nuevo hermano oficial… — dijo Adam con un vitoreo, casi sacando fuegos artificiales por los dedos.

Sus hijos intercambiaron miradas de cariño, la verdad es que extrañaban ese lado de su padre, sabían que muy en el fondo ese lado seguía ahí. Solo hacía falta encontrar a quien lo devolviera, y aunque no era lo que esperaban, tampoco era lo más terrible, si habían empezado a perdonar a Caín, que había hecho algo imperdonable, aceptar a un diablillo, cuyo único pecado fue nacer en el infierno se vuelve más fácil.

—Bienvenidos a la familia — dijo Seth rodeando con su brazo a Blitz, seguido de los demás.

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EXTRA:

Adam estaba en medio de una reunión celestial. En el gran salón los ángeles sentados escuchaban a Sera hablar con paciencia. La atención de todos centrada en ella, excepto la de Adam, cuyo halo comenzó a parpadear y vibrar, de manera que solo él lo sentía.

Adam frunció el ceño mientras susurraba para sí mismo:

—”No... No ahora…”

Con un suspiro de resignación, Adam tocó discretamente el halo y la voz de Blitzø inundó su mente. No había gritos ni explosiones de fondo que le advirtieran que estaba en peligro. Solo el sonido de masticar y el zumbido de un televisor en el fondo.

—¡Hey, Alas Brillantes! ¿Qué onda? ¿Estás ocupado?

Adam parpadeó incrédulo, mirando a su alrededor, verificando que nadie sospechara. Sera seguía hablando con solemnidad, Emily estaba a su lado, y al parecer, se había percatado porque lo miraba fijamente con el ceño fruncido.

Adam apretó los dientes y a través de telepatía comenzó a hablar, mientras fingía que prestaba atención.

—“¿Ocupado? Blitz? Me estás llamando en medio de una reunión con la manager"

Blitz seguía masticando ruidosamente, pero había algo de seriedad en su voz. 

—Estaba pensando... ¿Crees que soy demasiado directo con Loona? A veces se molesta cuando intento enseñarle cosas. ¿Es algo de los hijos adolescentes? ¿O soy yo?

Adam parpadeo, descolocado por la pregunta que claramente pedía un consejo. Si bien le dijo a Blitz que podía acudir a él para consejos de paternidad, pensó que sería prudente y sabría que había tiempos y lugares, no era algo de vida o muerte. 

En el fondo, Sera preguntaba algo mientras un ángel ajeno contestaba. Mientras Adam sudaba frío al sentir que en cualquier momento le preguntaran algo y al no estar concentrado no sabría que contestar, levantando sospechas y llamando la atención de quien no quería.

Adam suspiró y respondió:

—”Blitz… estoy en medio de una reunión importante. Si me descubren hablando contigo, estaré en problemas. Se que te dije que podías pedir consejos con confianza, ¿Pero no puede ser más tarde?”

Blitz se chupo los dedos después de terminar su bocadillo. —Bueno, disculpame por no conocer tus horarios, pensé que estabas libre…

Adam exasperado decidió dar un consejo rápido. 

—”Blitz… Loona necesita su espacio. No puedes forzarla a aceptar todo lo que dices solo porque crees que es lo mejor para ella. Créeme, lo aprendí a la mala, no cometas ese error si no quieres que te odie.”

Blitz suspiro. —Supongo que tienes razón… Loona se enoja cuando insisto demasiado. Solo quiero que sepa que estoy ahí para ella. ¿Crees que lo sepa?

Adam se quedó en silencio por un momento, detectando la genuina preocupación en la voz de su hijo. Con un tono más suave agregó:

—“Sí. Lo sabe. Solo no la atosigues. Dile que estás ahí cuando lo necesite y luego déjala."

Blitz se quedó callado asimilando el consejo.

—Bueno, supongo que eso tiene sentido. ¡Mira! Sabía que no me equivocaba al llamarte, realmente eres el Padre Modelo. — agregó con un tono de burla.

Adam puso los ojos en blanco, un leve fastidio, pero mucho cariño en un solo movimiento.

—”¿Algo más o puedo volver a la reunión?"

—Nah, eso era todo. Gracias. ¡Ah, y suerte con tu cosita de reunión celestial o lo que sea! Seguro que es súper aburrida.

—”Después te llamo”

La llamada se cortó haciendo que Adam finalmente pudiera escuchar lo que Sera decia, pero con la mente aun en otro sitio. Al final no importaba si Blitz lo interrumpió, Adam de todas formas no iba a prestar atención, el Imp tenía razón, la reunión era muy aburrida.

Mientras tanto, en el infierno, Blitz sonreía para sí mismo mientras se recostaba en su sillón.

—Es divertido molestarlo.

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Pasaron los años, tres para ser exactos y a Blitz le resultó cada vez más fácil convivir con sus hermanos adquiridos, una vez al mes tenían una cena familiar y cada Sinsmas (Que ellos conocían como Christmas) organizaban una reunión familiar. Adam aún se mantenía al margen sobre permitir que Blitz conociera a sus exorcistas o a su jefa, podría ser su hijo oficial, pero no lo libraba de los prejuicios. 

Hasta lo agradece, porque según como hablaba Adam de su jefa y algunos de sus exorcistas, sería un milagro que lo mantuvieran con vida.

Asi llego otro dia del exorcismo, ángeles descendiendo con una agenda lista y algunos matando pecadores al azar, tienen que mantener una cantidad. Ningún lugar era realmente seguro en ese día.

Entre exorcistas destacó una, letal como ninguna, fuerte y que al parecer le sofocaba la máscara porque decidió quitársela en pleno campo de batalla, mientras perseguía a un pecador con forma de niño.

Una vez que el pecador estuvo acorralado, la mirada de la exorcista se suavizar, por un momento tuvo duda, un atisbo de compasión y en susurros le dijo al pecador que escapara, que se fuera, pensando que nadie más la vería, un pecador no iba a condenarla.

Cuando volvió para seguir, una exorcista la atacó por detrás, derribando y cortando el ojo de Vaggie de un tajo con su espada. 

—”¿Alas Brillantes? ¿Es normal que tus exorcistas se ataquen entre ellas?”

Vaggie estaba siendo sometida, sosteniendo su rostro ensangrentado mientras Lute, la lugarteniente y segunda al mando de mirada fría, se preparaba con su arma celestial todavía brillando. Lista para rebanar también sus alas.

—Una traidora como tu no merece estar en el cielo — dijo Lute, comenzando a estirar las alas de Vaggie para cortarlas, y lo hubiera logrado de no ser por la presencia que se interpuso.

—Lute, ¿qué está pasando aquí? — dijo Adam apareciendo con una expresión alarmada, pero a la vez severa.

Lute soltó las alas de Vaggie, poniéndose en posición de firmes, como un soldado entrenado dando un reporte, pero sin perder de vista a su víctima, buscando que no escapara.

—Esta traidora dejó ir a un pecador. — dijo sin remordimiento.

Adam parpadeo sorprendido, dirigiendo su atención de su mano derecha a la soldado vulnerable, quien seguía en shock, sin responder.

—¿Es cierto eso, soldado? — le preguntó, acercándose un poco a ella.

Vaggie intentó hablar, pero las palabras no salieron. Adam frunció el ceño, claramente preocupado, pero tratando de mantener la calma. Lute por su parte tomó un paso adelante, preparada para continuar.

—Permiso para continuar, señor. — dijo volviendo a tomar una de las alas de Vaggie, mientras la última se estremecía nuevamente con miedo evidente.

— Denegado… — dijo Adam con firmeza.

Eso descolocó a Lute. —Pero señor…

Adam la interrumpió, con un tono más firme pero no cruel. —¿Estás cuestionando Lute? — la exorcista dio un paso atrás, con una mueca de resignación, pero una mirada asesina a Vaggie, mientras Adam se acercaba a la última —... ¿Puedes ponerte de pie?

Vaggie, tambaleante, intentó levantarse con esfuerzo. Adam le ofreció un brazo para ayudarla. Hasta que finalmente pudo mantenerse en una postura estable.

—Arriba, soldado — Afam volvió su atención a su mano derecha sin soltar a Vaggie —.  Lute, continua con el exterminio. Yo me encargo desde aquí.

Lute frunció los labios con fastidio, pero sin responder. Finalmente, después de unos segundos se retiró, dejando a Adam y Vaggie solos.

Una vez que la causa de tensiones se retiró, Vaggie con voz débil, trató de explicarse.

—Lo... lo lamento, señor. No sé qué me pasó...

—Está bien, soldado. Esas cosas pasan. Solo, trata de que no se vuelva a repetir, o al menos asegúrate de que Lute no esté observando — dijo Adam con una ligera paciencia y guiñando un ojo.

—Pero... yo... no se supone que... hice lo correcto, ¿verdad?

—Cometiste un error, todos lo hacen. Y según lo que sé, los niños no terminan en el infierno, pero está bien,  todos tenemos dudas, también las tuve en mi primer exterminio. — lo último lo dijo como un susurro que solo pudieran escuchar ellos dos.

Vaggie asintió débilmente, aun confundida por su respuesta, cuestionando si había hecho algo bueno o algo malo.

—La compasión es una de las cosas que más cuesta deshacer. Eres buena en tu trabajo, solo trata de que no se vuelva a repetir.

—Entiendo. Gracias señor.

Cuando Adam vio más de cerca la herida del ojo mutilado de Vaggie, no pudo evitar sentirse culpable, era parecido a Caín y Abel, pero ahora con sus exorcistas, pensó que les estaba dando la atención adecuada, pensar que nuevamente estaba fallando le aterro. 

—Te pido perdón por eso también. Trataré de hablar con ella. — dijo con cautela, dejando implícito a quien se refería.

Vaggie aún estaba un poco confundida, esperaba una llamada de atención más severa.

—¿Realmente no está molesto? Desobedecí una orden.

—Te lo dije, todas ustedes son como mis hijas. Más que molesto, diría que estoy preocupado de que haya problemas entre ustedes — Adam apartó la mirada buscando a la exorcista más cercana y de confianza que lo ayudara con la situación —. Por ahora, no creo que estés en condiciones de pelear, así que le pediré a alguien que te escolte de vuelta al cielo para que te revisen. Tal vez puedas recuperar ese ojo.

Vaggie suspiro de alivio. —Nuevamente, Gracias, señor.

Adam finalmente encontró a alguien que cumplia los estandartes. Levantó la voz, llamando con una voz atronadora.

—¡HARPER, REPORTATE AHORA!

Harper, otra exorcista que pasaba cerca, buscando pecadores para cumplir su cuota, dejó su puesto y acudió al instante al llamado de su comandante. 

Llegó corriendo y se detuvo al ver a Vaggie herida.

—¡Oh, Dios mío! Vaggie, ¿estás bien? — dijo acercándose con preocupación que incluso su casco dejaba ver.

—Vas a escoltarla de vuelta al cielo. Llévala ante Rafael. Que hagan lo necesario para ayudarla.

Harper asintió y saludó como un soldado que entendió su orden.

—Entendido, señor. Ven, vamos, Vaggie.

Harper y Vaggie se retiraron, aun con Adam observandolas de lejos, vigilando que no hubieran inconvenientes. Una vez fuera de vista, Blitz apareció desde las sombras, con su actitud habitual.

—Vaya, esas perras están un poco locas. Que bueno que te hable a tiempo… ¿Lo imaginas?

Adam arqueo una ceja, observando al diablillo —Tienes suerte de que Lute no te haya visto o conocido todos estos años. No se que estoy haciendo mal con ella. — agregó con un susurro.

—Oye, seguro que vas a encontrar una solución… Siempre lo haces — dijo Blitz con una sonrisa confiada.

Adam suspiró resignado, postergando esa plática para un futuro próximo, de preferencia estos días si no quería que sus hijos se mataran entre ellos nuevamente. 

—¿Cuál es tu reporte?

— Este año Zestial volvió a esconderse sin dejar rastro. Carmine sabe que no la puedes atacar… y un tipo de la Radio no ha aparecido desde que se esfumó hace 2 años, nadie sabe nada de él, lo raro es que desapareció a la par que la reina. 

Esto hizo que Adam se pusiera rígido, pero al instante se recuperó, no quería que nadie supiera que de hecho la desaparición de Lilith sucedió gracias a él.

—Aunque, en buenas noticias, últimamente, el negocio de armas celestiales está disminuyendo. Parece que tu brillante idea de recoger tus propias armas está funcionando. Pero, honestamente, aún están a años de resolver el problema.

Adam se pasó una mano por la cabeza con fastidio.

—Brillante… un enemigo que se esconde, otro que no podemos tocar, uno que desaparece, y encima, reciclamos nuestras armas como si fuera día de limpieza. ¿Algún otro Overlord que reportar?

—A las afueras encontré a un tal Charles Manson. Tiene su propio culto en el infierno. Si vas por él te librarás de muchos problemas, el tipo parece ser convincente.

—Como cualquier líder de culto. Veo que este año has estado un poco ocupado. — agregó el ángel con una sonrisa sarcástica.

—Tengo una hija adolescente y, para colmo, hace poco terminé en la cárcel. — dijo el Imp con claro cansancio en su voz.

—¿El infierno tiene una prisión? — preguntó sorprendido el ángel, no solo contaban con un centro de rehabilitación, también tenían una prisión —¿Para que?

—Hay cosas de este lugar que nunca conocerás, viejito. 

Adam le dio unas palmadas en la espalda antes de hacer aparecer su guitarra hacha y alzar vuelo.

—Nos vemos mañana. Hoy papá tiene que matar a unos cabrones. Adiós, hijo. — y con eso se fue a donde Blitz le indico. Después de un rato algunas exorcistas le siguieron, preparados para la emboscada.

—Nos vemos, pa’...

EXTRA:

Era otro día normal, Blitz y Loona habían sido invitados al corral del rebaño de Abel, el ángel procuraba mucho pasar tiempo con su hermano y sobrina. A veces era fácil meterse con él, era muy inocente y demasiado bueno, cuando piensas en la bondad de un ángel, pensarias en Abel.

Para los nacidos del infierno se les hacía divertido molestarlo, pero sin llegar a algo grave, pues incluso para ellos había un límite. 

En esa ocasión Loona se mecía en una hamaca de la cabaña que acompañaba el corral, estaba aburrida, sin señal y con su padre y su tío depilando a una oveja, una idea le vino a la mente

—Oigan, después de esto… ¿podemos ir a un parque de diversiones?

Blitz escucho parque de diversiones y solo le vino a la mente uno, en el cual no deseaba poner un solo pie y que de hecho tenía prohibida la entrada desde que destrozó su atracción más popular.

—¿A cuál? Si dices Loo Loo Land, NO, tengo demasiados traumas y una orden de restricción.

— ¡No Loo Loo Land! Quiero ir a uno bonito. Con juegos que no te intenten matar ni que tengan un olor a fraude fiscal y pirateria.

Adam, quien había estado ayudando a acarrear a las ovejas para facilitar el trabajo de Blitz y Abel, alcanzó a escuchar eso, levantando la vista con interés.

— …¿Parque de diversiones? — se quedó pensando dos segundos — No es mala idea ¿Sabes? 

— Pues sí, digo… estaría cool. — dijo la cachorra encogiéndose de hombros con una sonrisa socarrona.

Blitz volvió su vista a Adam, tratando de adivinar que pasaba por su cabeza, el hombre parecía pensativo y una sonrisa comenzaba a formarse en su máscara, cosa que desconcertó aún más al Imp.

— Perfecto. Vuelvo en diez minutos. — dijo el hombre sin dar explicaciones, abriendo un portal y desapareciendo sin contexto y dejando a Abel y a Blitz con un rebaño desatado.

— ¿¡Qué carajos acaba de pasar!?

10 minutos después, la tierra tembló un poco, Blitz y Abel iban por la última oveja del día, finalmente terminaron, no gracias a Adam. De la nada, una luz celestial iluminó el campo, captando la atención de todos y en medio del “caos” apareció Adam con una llave dorada gigante.

— Listo. Como ya terminaron, ahora iremos al parque de diversiones. 

—¿A cual? — preguntó confundido Abel.

—Hice un parque personal. Cero filas, cero personas quitandote el puesto, y ningún payaso robot con complejo de animatrónico homicida.

— …¿Qué? — preguntó Loona.

— Le puse Eden Park. Solo ustedes pueden entrar. Bueno, y mis nietos. Y los hijos de tus hijos. Y tus herman… Olvídenlo, tú, Blitz y los demás. Punto.

Blitz lo miró con sorpresa y una mezcla de vergüenza. ¿Fue exagerado? Si, pero era Adam, estaba en su naturaleza ser exagerado. Y se tomó la molestia de hacer algo exclusivo para ellos.

— Bien, pero… ¿era necesario hacer un parque entero?

— Sí. — dijo Adam con una sonrisa que pretendía verse inocente, pero tenía algo de maldad disfrazada.

Cuando finalmente llegaron a lo que era el parque, que por cierto era hermoso y muy Adam pero también con temas de Imps y exorcistas. Caín los esperaba en la entrada con los brazos cruzados, Adam lo arrastró sin pedir permiso con la excusa de que lo ayudaría a liberar estrés. Órdenes del terapeuta.

— ¿Me están diciendo que tú — dijo señalando a Adam — hiciste un parque completo nomás porque la niña lo pidió?

Adam asintió con bastante energía y orgullo. 

— ¿Por qué nunca me hiciste uno a mí? — preguntó Abel en tono bajo.

Adam observó a su hijo con confusión pero no dudo en responder.

—Porque nunca me lo pediste.

—Loona tampoco lo hizo ¿O si? 

—Lo sugirió, es una manera de pedirlo — Adam levantó el índice aclarando su punto —. Bueno ¿Qué esperamos?. ¡¡¡ATAQUEEEN!!!

—¿Qué significa “ataqueeen” en un parque de diversiones?

Adam pasó corriendo con Loona ya en sus hombros, gritando —¡¡¡DESCÚBRELOOOO!!!

Y con el grito afinado de Rock que siempre distinguió a Adam, el “Eden Park” fue inaugurado.