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Lux Mortua - The child who lost

Summary:

Harry pierde su magia el 31 de octubre de 1981 cuando el señor tenebroso muere definitivamente, Harry crece como scuib con su tía Petunia

 

Tengo buenas ideas lo prometo

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: The child lost

Chapter Text

1981
La definitiva caída del Señor tenebroso colmó de felicidad en toda Gran Bretaña, y el mundo mágico en general, el heroico acto de la familia Potter fue reconocido a niveles exorbitantes entre todos los que el señor tenebroso conocían o habían oído el nombre, la historia de como e gran sacrificio de una madre y su hijo salvó a Magos y muggles llamó la atención, pero no lo suficiente para investigar exactamente cómo fue que aconteció dicho evento.

Por largos días e incluso semanas, la prensa no dejaba de hablar sobre el acontecimiento, la gran azaña.

Lily Potter, una bruja hija de muggles, en un infinito acto de valentia quiso dar la vida por su hijo, "no hay magia más grande que el amor de una madre" anunciaba muchos periódicos en las calles, aquel 31 de octubre marcó la vida de muchas personas, unas más que otras.

La tragedia de cómo el pequeño hijo de los Potter fue trágicamente lastimado en tal evento no fue tan relevante para el mundo como el sacrificio de su madre y la derrota del segundo mago tenebroso más poderoso en el mundo, ni siquiera se preguntarán dónde quedó dicho niño.

Harry James Potter actual único hijo y heredero de la familia Potter, aquella noche de octubre que marcó el principio de su tortura.

Voldemort, en afán de acabar con la profecía que no hacía más que retrasar sus acciones, descubrió que el niño se hallaba en su cuna como el infante que era, se creía que los padres habían muerto cuando Voldemort entró a la casa, dispuesto a acabar con la criatura dormida uso gran parte de su magia en dicho acto, lanzando el hechizo asesino.

Lo último que se logró ver en aquella casa fue el grito gutural como si es un animal hubiera sido degollado ahí mismo y el llanto de un niño antes de que un enorme resplandor iluminara de tal forma que parecía que el sol hubiera entrado en la vivienda.
De pronto, no hubieron más que tres personas inconscientes, una en la entrada y dos en la habitación del niño.

No había rastro alguno de Voldemort en la casa, y como si de película de terror muggle se tratara, James y Lily despertaron como si hubieran estado en una pesadilla, se encontraron en la cuna lo que se creía el cuerpo inerte del pequeño Potter.
El corazón destrozado de su madre se quebraba mientras veía a su hijo inmóvil, James sin creerlo revisó completamente a su pequeño en busca de un milagro. Fue ahi cuando escuchó el pequeño y débil y latir de su corazón.

Con increíble rapidez salió en busca de un médico, San Mungo el hospital mágico más conocido recibió en cuidados intensivos al pequeño Harry, exámenes mágicos de todo tipo fueron impuestos sobre el pequeño, todo indicaba que el desgaste mágico había llevado al pequeño Harry a un estado de coma.

Era incierto saber si despertaría o si siquiera viviría, sus niveles mágicos eran extremadamente bajos, llegando a nulos, nadie esperaba que pasara de la semana, o incluso la noche. 

Para sorpresa de todos, pasando apenas 4 días el niño que vivió despertó, se encontraba relativamente estable.

Cuando estaban a la espera de una celebración, la abrupta noticia acabó con toda esperanza en sus vidas.

Harry Potter había sido despojado de su poder mágico, quedo reducido a un simple scuib (persona no mágica), los médicos indicaron que el poco poder mágico que se encontraba en su cuerpo fue usado inconscientemente para salir del coma.

Que el resto de su poder mágico había desaparecido sin saber exactamente a dónde, nadie lo sabía, o no estaban muy interesados ​​en preguntar.

Lilly Potter en un último acto de compasión a su pobre hijo buscó formas de salvarlo del dolor, y no tuvo mejor idea que entregarlo a su hermana, una muggle con una vida simple, Lily creía que de esta forma su hijo tendría una vida más normal, al lado de personas sin magia como él, no se sentiría fuera del lugar, viviría mejor.

Eso quiso creer. 


La familia Potter hacia una limpieza profunda en casa, después de tantos años, una limpieza general quizás les hacía bien en los ánimos, ahora que se acercaba Halloween sería bueno un poco de cambio.

Era agradable ver como su pequeña familia estaba a salvo, ya habían pasado 10 años de ese horrible suceso, las cosas habían mejorado significativamente.

Se encontraban en el atico, ese atico lleno de recuerdos buenos y malos, tal vez era hora de soltarlos todos, su pequeña hija estaba en la puerta viendo a sus padres guardar cosas, pronto tendría 9 años y ya exigía un cambio en su habitación también, habría que hacer más espacio para ella. Apenas quedaban una cajas más por bajar hasta que notaron un armario, uno de madera, llevaba aproximadamente 10 años ahí, Lily lo miro con algo de nostalgia, el dueño de ese armario ya no lo necesitaba, ahora tenía mejores cosas, su nueva familia lo criaria mejor, estaba casi segura que Petunia lo amaba tanto como Lily amaría al hijo de ella si las circunstancias fueran inversas.

Un ruido

Las bisagras del ropero hicieron un leve sonido como agudos gritos, Lily observó la puerta abrirse lentamente, un resplandor ligero, un par de ojos verdes brillantes como estrellas la observaban también, esos ojos que ella conocía bien, pero era imposible.

'¿Un boggart?' Fue su primer pensamiento, porque era imposible que él estuviera ahí.

"¿mami...?" se oyó una voz saturada, como si fuera una vieja radio "mami..." Lily retrocedió, era imposible, no podía, no debía.
"donde estabas..." se oyó como si dos personas hablaran al mismo tiempo, era pausada y triste, como si sufriera.
"porque no me salvaste...porque no me protegiste..." soltó un quejido como un animal muriendo "estaba muriendo y ni siquiera te diste cuenta..."

Lily no se dio cuenta que ya estaba sentada en el piso temblando hasta que su esposo e hija se acercaron a ella preguntando si estaba bien.
"se suponía que tenias que estar ahí para mi...mami..."
Eso era imposible, Harry estaba a salvo, Petunia lo criaba, ella lo ama, jamás lo lastimaría

¿verdad?

" Ridiculous " intento gritar pero su voz simplemente no salía y tampoco podía moverse o sacar su varita. Se quedó ahí estático, mirando fijamente esos ojos verdes cual diamantes, tan brillantes como ese hechizo que casi le quita todo.

Pero si se lo quito, le quito a su hijo, la oportunidad de criarlo, su mundo, le quito gran parte de todo.

Observó por el rabillo del ojo a su esposo hablando, pero no oía su voz, como si el mundo se hubiera silenciado completamente y todo lo que podía oír era esa voz.

"me dolía mucho...estaba perdiendo mi vida...y tu donde estabas?" la voz sonó como un lamento, como si agonizara con cada palabra que decia

Con la poca iluminación apenas pudo visualizar un cuerpo, parecía más una sombra, era casi del tamaño de su hija, un poco más alta, pelo corto, se veía como Harry, si hubiera tenido la oportunidad de verlo crecer lo creería, él estaba ahi, acurrucado, abrazaba lo que parecía ser sus piernas, pero no despegaba los ojos de ella ni un segundo. Lily tampoco era capaz de apartar sus ojos, esa sombra parecía sangrar, estaba herida, pero no parecía segura acercarse. "por favor salvame, mamá...tengo miedo...por favor"  esa voz era diferente, más humana, más asustada, más lastimada, sonó como si de verdad rogara un niño, la sola palabra  'mamá'  hizo que sintiera un escalofrío por toda su columna vertebral, un miedo inmenso se apoderó de ella y no paraba de temblar. 

" Harry " usa todas sus fuerzas para pronunciar ese nombre pero apenas y se oyó como un susurro, lo suficientemente fuerte para que James oyera y la tomara por el rostro para obligarla a apartar la vista del ropero, miro a James y reaccionó como si saliera de un trance, apenas noto que su rostro estaba húmedo, ¿cuando fue que empezó a llorar?

" cariño calmate, respira estoy aquí contigo, ya paso" sintió los brazos de su esposo rodearla y sintió un gran alivio, al fin pudo respirar con normalidad.

" mami ¿que te paso?" Emma, ​​​​su hija estaba sentada junto a ella, su rostro desfigurado por la preocupación, abrazaba fuertemente su brazo como un ancla, ese solo acto la calmo lo suficiente para respirar con normalidad.

" creí ver algo, me asusto, lo siento mucho" su voz era cansada, las palabras salieron arrastradas, apenas audibles.

"Creo que es suficiente por hoy, que tal si pedimos algo de cenar" sugirió James con algo de duda en su voz, levantando a Lily tratando de estabilizarla, tratando inútilmente de que su tacto la calmara.

Lily se obligó a calmarse ella misma, no podía seguir atormentándose con una decisión que ella supo que era la mejor para todos, su hijo sufriría si descubria que todos tenían magia a escepción de él. Ya había conocido a alguien sin magia rodeado de magos y no era precisamente agradable, el portero de la escuela, se la vivía enojado y frustrado todo el tiempo, todo el mundo no hacía más que burlarse de él y despreciarlo a cada oportunidad que tenían. Se convenció así misma que solo sería temporal, hasta que Harry este lo suficientemente maduro para aceptar la situación, tal vez a los 15, y que hasta entonces no podía hablar con él, ella sabía que si Harry sabía de ellos reclamaría por no vivir con ellos, y ella no tendría el corazón para negarle algo.

Aunque algo, muy en el fondo de ella, habia entendido la señal en ese ropero. Ella conocía demasiado bien a Tyni, su hermana, para saber que no era generalmente muy agradable, especialmente cuando se trataba de Lily. 

Pero se negeba a aceptarlo, Petunia ya era una mujer adulta, los años la habían hecho madurar. 

Chapter 2: Harry

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Harry no era un niño muy especial, y su familia se encargaba de recordárselo todo el tiempo, no era muy agraciado, era demasiado escuálido, muy bajo, muy pálido.

Físicamente era terrible e intelectualmente peor, nunca se le dio por leer, todas esas letras, mientras más se concentraba las letras más se ponían a bailar, se le dificultaba mucho hacer tareas simples sin distraerse.

Pero con el tiempo eso disminuyó al menos tío Vernon fue tan amable de ayudar, no faltaba la ocasión en que un golpe en la nuca o una jalada de orejas y pelo le recordarán lo que se le había ordenado.

Fue terrible cuando descubrió que no podía leer porque su vista no era muy buena, agregó otro defecto a la lista de cosas por las que Harry mereciera ser castigado, y tío Vernon no estaba muy feliz sobre gastar dinero y menos si era en el pequeño que acogían, así que fue en parte una donación y campaña de salud que hubo un día en un parque, al menos pareja que ya tenía algo suyo, ya podía ver, pero leer aún se le dificultaba.

Harry sintió merecer todo ese odio, desesperado de todo el haber llegado a esa casa sin ser deseado, no como su primo.

La pareja merecerlo todo, por más infantil, glotón, quejoso, idiota e insoportable que sea, pareja merecer todo lo que a siempre se le negaba, ya sea un juguete, regalos, una fiesta de cumpleaños, una habitación o incluido unos padres, lo tenía todo, y así aun nunca pareja satisfecho con eso, siempre quiso más y más y sus padres siempre se lo daban, porque lo amaban, porque parecían idolatrarlo.

Harry apareció desde muy temprano que el mundo podía ser cruel con la gente que no tenía nada.

A los 4 años aprendieron a reconocer pisadas, no por miedo si no por supervivencia. Si sonaban rápidas, ligeras y con punta era Tía Petunia que casi siempre caminaba como si corriente. Si eran regulares y vibrantes como quien golpea algo mientras camina, era su primo Duddle probable comiendo algo movimientos cama.

En cambio si la pisada era más fuerte, más pesada, más grande, las cosas se movían a cada paso que daban, era lento como si arrastrara algo o alguien, ese era el Tío Vernon, era del especialmente del que se cuidaba más, deuda prestar más atención a esas pisadas, si eran muy lentas era porque estaba tranquilo, como una pisada por cada 5 segundos.

En cambio si las pisadas eran tan ruidosas que su retumbar se oía en toda la casa, era cuando Harry se hacía más pequeño, literalmente, sus hombres caídos, sus manos encogidas, cabeza entre sus rodillas, solía meterse bajo la mesa de la cocina esperando que se olvidarán su existencia y lo confundieron con la bolsa de basura que se encontraba a un lado.

Pero no siempre eran golpes los que recibía, a veces lo privaban de comer por días, o en cerraban en el armario sin salir si quisiera al baño porque " los idiotas no merecen tantos privilegios"

Lo cual era muy extraño, si por ese criterio fuera, esa familia viviria en la miseria.

Harry no poseía muchas cosas, todas eran prestadas, su ropa, el armario bajo las escaleras en las que dormía, la comida que se le daba, incluida la pequeña y vieja radio que entró en una caja en el armario.

Tía Petunia lo ayudó a encontrarla cuando tenía 6 años largo de que lo tomara por el brazo y lo arroz dentro del ejército por haber rotado un plato mientras los lavaba, tuvo 4 días enteros en los que se le prohibió salir ni siquiera al baño oa comer, para saber como funcionaba, al principio se asustó cuando encendió porque el ruido era demasiado fuerte para un armario tan pequeño, eso le agregó 1 día más de castigo.

Por desgracia la vieja radio solo tenia dos emisoras, una de música clásica, y el otro sobre como reparar cosas, algo sobre mecánica para principiantes dice la emisora, el presentador pareja muy agradable, solía explicar con mucho detalle las cosas, como funcionaba y arreglarlas.

Aprendió a arreglar, teléfonos, más de escribir, planchas, y hasta autos, era como un padre que le enseñaba cosas, el profesor de la escuela que enseñaba artes, eran las personas más pacientes que Harry conoció, no lo juzgaban o gritaban o golpeaban, aun el profesor no parecía creerle cuando le contaba que dormía en un armario, y que ese día no prestó atención porque llevaba 2 días sin comer y tuvo que hacer sus tareas toda la noche.

Aunque el profesor no parecía creerle, Harry lo siguió queriendo, a veces el profesor compartía refrigerador con Harry o lo ayudaba con alguna tarea que no entendía o no tenía tiempo de hacer en casa.

Los Dursley no eran tan agradables como esos dos hombres, aunque eran su familia Harry no sentía mucho efecto por ellos, y al parecer tampoco ellos por el, era como si de hecho lo detestaran tanto que una sola mirada al pequeño llegaba a irritarlos.

 


Noviembre 1990

Navidad estaba cada vez mas cerca, era unas de las fechas favoritas de Harry, el montón de luces que había en casa y en las calles eran muy llamativas, era muy agradable ver todo de colores aunque en las noches le dolieran los pies por las bajas temperaturas. La nieve en el pórtico, era muy agradable verla, hasta que se acumulaba y lo mandaban a limpiarla

Estaba en el techo de casa, le ordenaron sacar las decoraciones de Halloween, eran unas calaveras tomadas de las manos que parecían bailar, haba sido petición de Duddley comprar esas enormes figuras, al parecer era su celebración favorita, faltaba quitar unas telarañas colgadas cuando los pies del niño perdieron equilibrio, respondieron del tejado y cayó al jardín, tía Petunia salió y soltó un chillido como el de un raton, no fue buena idea intentar sujetarse y jalar consigo una tejas del techo, había caído sobre sus rosas.

Ese fue el menor de los problemas para Harry, vio su mano y tenía rasguños por haber caído en flores con espinas, y al parecer una fractura en la muñeca, estaba anormalmente doblada hacia adentro.

Tía Petunia lo tomo del brazo menos lastimado, son más fuerza de la que solía hacerlo, al parecer esta vez si se enojo mucho.

Lo arrastrado y tiro dentro del ejército "- Tú pequeño diablo mal agradecido, como te atreves, ¿Qué no sabe cuanto valen estas flores? No quiero volver a verte fuera de tu lugar hasta que Vernon llegó...mira nada más como quedaron mis hermosas rosas. - "chillaba frustraba, tenia el rostro arrugado y enrojecido por la ira.

"- Lo siento, fue un accidente...yo resbale, mi mano creo que se rompió, me duele mucho-" Levanto la mano lo más alta que pudo, que fue a la recta de su pico, si subía más, le dolería demasiado.

"-Eso lo mínimo que te mereces por ser tan estado, no creas que te llevaré a sanar esa idiotez tuya, aprende a resolver por ti mismo, y que sea un recordatorio de lo imbécil que eres...simplemente tonto-" salió furiosa en dirección al jardín, al parecer a tratar de limpiar el desastre de Harry había provocado.

Le dolía demasiado la mano y la cabeza como para rogar perdón otra vez, se sentía mareado, y sentía lado por el costado de la oreja, aunque probablemente era sudor, o quizás se lastimó la cabeza también.

Se sentía muy extraño, como flotando, no podría describir esa sensación, era como si ya no tuviera miedo, aunque la cabeza le zumbaba, se sentía más ligero.

Era de esperar que cuando tío Vernon llegara hecho un fuerte grito llamando a Harry al comedor, sin importar que tan mareado se sigue sintiendo una oleada de miedo lo grabado por la espada, se acerco rápidamente, tal vez así tío Vernon seria menos agresivo.

No fue así, por más intentos que Harry trata de explicar que había sido un accidente y que jamás fue su intención dar las benditas flores de Tía Petunia no se salva de una buena jalada de oreja, la cual cesó al darse cuenta que mancho la mano de Tío Vernon con sangre al tirar de ella, finalmente Tío Vernon lo mando a limpiarse porque era repugnante verlo manchar toda la mesa a la hora de la cena.

Tomo una ducha, ya está acostumbrado al agua amigo porque se le prohibió el agua caliente pero esta vez se dijo más refrescante que otros días, al parecer su cuerpo estañado caliente para sentir el agua helada de la ducha. Al fregarse el cuerpo noto que tenía una pequeña apertura cerca de la oreja, el dolor en su mano le dijo limpiarse bien el cuerpo, apenas podía moverlo, era mucho más difícil tomas el botiquín del baile y ponerse una gasa para que la herida en su cabeza dejara de sangrar. Como era de esperarse lo mandaron a dormir sin cenar, no le importaba, estaba demasiado cansada para siquiera moverse.


Al parecer daban como las tres de la mañana, o eso dice ese horrible juego que ruido hace y molestaba su sueño dentro del armario, con ayuda del buen hombre de la radio había reparado ese reloj y ya no era molesto en las noches

Estaba comenzando a distraerse nuevamente pensando cosas inútiles cuando una ola de calor le recuerdo el cuerpo entero y se clava en su rostro, hacia hecho calor, como si se estuviera asando vivo o algo así, se levantó lentamente arreglando su cuerpo a la cocina por un poco de agua, su deshidratación pudimos que su miedo de ser atrapado en la cocina en la madrugada.

Todo estaba a oscuras apenas y veía sus manos pero conciencia ese lugar a la perfección y fue fácil guiarse sin ver.

Al llegar a la cocina no tuvo más opción que buscar un vaso a tientas y llenarla con agua de grifo, la sensación de tibio refresco mínimamente su garganta, pero no era suficiente, estaba tan sediento que tomo el agua directamente del grifo, probablemente se enfermaría pero estaba demostrado ocupado tratando de saciarse.

Cuando se sintió lo suficiente lleno se calmo, se mojo la cara y regreso a su improvisada cama, pero antes de llegar al armario vio por el ventanal del comedor una figura extraña, como una sombra en el jardín, no podría estar muy seguro ya que era muy oscuro para ver bien pero fue suficiente para asustarlo y hacer el corredor de regreso a su cama, por esos breves 5 segundos de sentir el dolor en su pequeña mano.

No estaba muy seguro de lo que era pero estaba seguro que no quería averiguarlo. Bajo sus sábanas rogó tener padres, al menos ellos irían a ver por el que era eso ahí afuera, o al menos para esconderse con ellos y que lo cuidaran hasta que se quedó dormido pero ¿Por qué pensaría eso?

Eso era úricamente para niños tontos y llorones como Duddley, Harry ya era muy grande para eso, prácticamente era un adulto. Además, consulta irse pronto de esa casa y vivir lo más lejos posible de ahí, y las personas que son independientes no se asustan por cosas tan tontas como sombras.

Se brazo de valor respiro profundo y salió del armario directo al comedor, lo que sea que fuera seguido ahí mirándolo , dio otro gran respiro y abrió ese enorme ventanal corredizo que daba al jardín.

Pudo ver al fin que era una persona, tenía más sentido, que el monstruo de grandes brasileños y millas de ojos que Harry había imaginado, pero saber que era una persona no hizo que se sintiera más segura.

Las personas también hacen daño, Harry lo sabia perfectamente, lo había sentido en carne propia, pero por más que lo mereciera no le gustaba recodarlo .

Se quedó mirando en dirección a la persona, no podía verlo bien pero se sentía más seguro si no apartaba la vista.

- Hola...disculpe, ¿Qué hace aquí tan tarde? mis tíos llamaron a la policía si lo ven aquí- intento sonar lo más maduro posible pero su voz aguda no era de ayuda.

De pronto ese horrible calor volvió a su cuerpo con más intensidad que antes y su cabeza comenzó a dar vueltas ya doler.

Sintió demasiado sueño como para seguir de pie, sus piernas comenzaron a temblar, las sentía como si no hubieran tonos, se doblaba y lo hicieron caer de rodillas, consulta regresar a la seguridad del ejército antes de dormir por completo pero sus piernas no se movían, se quedó ahí arrodillado mirando hacia dentro de la casa. Si el hombre ahí parado iba a lastimarlo ahora era el momento perfecto.

Ese pensamiento le hizo dar un calambre en las manos limitando mucho más sus movimientos, estaba mucho más asustado, y se arrepintió de salir en ese estado.

No era la primera vez que Harry estaba indefenso frente a un desconocido, sin embargo era la primera vez que un extraño esperaba que Harry fuera inconsciente para hacer algo con él.

Un golpe seco sobre el césped y no hubo más que oscuridad.

Notes:

No crei que lo fueran a leer a esas 5 primeras personas, de verdad las amo

Chapter 3: Lágrimas de un recuerdo

Summary:

Harry ya no estaba en Privet Drive, ni siquiera estaba seguro de seguir en Inglaterra

Chapter Text

- Harry...despierta -

Un crujir, tal vez de madera.

- Vamos, cariño, despierta, todo estará bien solo abre los ojos...por favor -

Un gemido, tal vez un lamento.

-Por favor, despierta...

Y ahí estaba otra vez esta voz, era difícil distinguirla, como un susurro en su cabeza. 

Sus tíos le dijeron que sus padres estaban muertos por culpa suya, él los había asesinado. En un accidente de tráfico en el que estuvieron envueltos porque Harry había enfermado, así que gracias a él no tenía padres.

Empezaba a creer que esa voz era de sus padres, tal vez su mamá, no conocía a su papá pero quizás fuera demasiado genial para usar palabras tan dulces, tal vez lo llamaba "mi muchacho", solamente "hijo" o algún otro apodo con el que suelen llamar los padres a sus hijos, Harry no podría saber cuáles eran. Su madre quizás era mucho más amorosa, no tan empalagosa como tía Petunia con su hijo, o sí considerando que la última vez que la vio era un bebé, ahí si se le permitía ser tan melosa con su niño.

Se preguntó como es que estarían vivos, ¿también lo engreirían como sus tíos a Duddley? ¿Cómo sería su padre? ¿Lo llevaría a jugar fútbol? ¿Hubiera tenido más paciencia para enseñarle a leer? Tal vez su mamá es la que le hubiera enseñado eso, sería la envidia de las amigas de su mamá por ser un chico muy educado, servicial, aunque no era muy talentoso en leer, era bueno en muchas otras cosas. Hubiera ayudado a su papá a reparar su auto, y tal vez si fallaba se hubieran reído y lo repararían juntos en lugar de lanzarle una llave inglesa como lo hizo tío Vernon alguna vez.

Se imaginó así mismo aprendiendo a manejar una bicicleta, lavando el auto con sus padres, cenando pizza, yendo al cine en familia, su papá contándole historias cuando era más pequeño, tantos recuerdos que pudieron ser reales si tan solo Harry no hubiera enfermado. 

Sus ojos se humedecieron, en ese momento se dio cuenta de que estaban cerrados. Intentó abrirlos pero estaban tapados, una presión en el abdomen interrumpió sus esfuerzos. 

Una nueva imagen llenaba esa oscuridad en la que estaba sometiendo, más que imagen, una sensación, un tacto.

En su cuerpo, somo si una serpiente se enroscara en la parte inferior de su cuerpo, se enrollada sobre sus piernas como si intentará abrirlas, tanteaba su cuerpo, sabía que estaba sobre su ropa pero la presión lograba que la sintiera en su piel. 

No es que odiara a las serpientes, pero si tuviera que describir esta sensación la compararía con una, era tan fría y escurridiza, su cuerpo reaccionaba instintivamente, no se movía por más que enviara señales a su cuerpo para que se moviera, corriera o gritara, no hubo nada, ningún movimiento ni ruido, incluso trato de hacerse pequeño, más pequeño de lo que se sentía.

Se dio cuenta entonces de que esa ya no era una imaginación suya, era un recuerdo distorsionado que había pasado unos 4 años tratando de olvidar, de esconder, en algún rincón oscuro de su memoria, salía por fin para clavarse en su pecho, en sus ojos y oprimirlos, de tal forma que sentía que sangraban... o quizás solo estaba llorando, no estaba muy seguro.

 

Esa supuesta serpiente no parecía querer despegarse de su cuerpo, por el contrario parecía aferrarse más a él como si tratara de fundirse en su piel. Su corazón empezó a latir con más fuerza, su pecho subía y bajaba advirtiendo el peligro, pero no sabía de que tener miedo, todo estaba tan oscuro, solo podía sentir esa horrible cosa, lo que sea que fuera, subiendo por sus piernas hacia ese lugar que alguna vez le había oído a tía Petunia explicarle a su primo que no debía dejar que nadie tocase. Pero Harry era incapaz hasta de respirar con normalidad. ¿Cómo iba a evitar que siguiera subiendo?

Dejo de sentir el suelo bajo sus pies, algo o, quizás, alguien lo había alzado, sus pequeños pies estaban en el aire, podía sentir un mecimiento, algo mecánico, era como si estuviera sobre uno de esos caballos metálicos del parque, pero este se movía demasiado lento, como si lo arrastrara.

Una respiración en su nuca y ese pequeño niño de brillante mirada sintió cada musculo de su cuerpo tensarse, ya no se sentía capaz de si quisiera respirar, quería parar, quería irse, era incomodo y le dolían las piernas por todo el tiempo que estaban frotando ahí pero estaba inmóvil, su cuerpo únicamente se movía hacia adelante y hacia atrás, rítmicamente en un vaivén de sensaciones que empezaban a darle náuseas.

Se sintió atrapado como estos ratones a los que tío Vernon ponía trampas todo el tiempo, eran dos tipos de trampas, una era menos cruel que la otra.

La primera solo les atrapaba el cuello o la mitad del cuerpo, si tenían mucha suerte les rompía el cuello y terminaba con su sufrimiento más rápido.

En cambio la otra era más cruel, los engañaba, parecía miel en un papel escondido en alguna parte oscura de casa, generalmente donde Harry dormía, y los pobres ingenuas se acercaban, a veces había un trozo de pan o arroz, cuando se daban cuenta del engaño ya era demasiado tarde, las tontas estaban ahí, pegadas. Mientras más intentaban escapar, su cuerpo más se pegaba a esa pegajosa y horrible textura.

Podrían pasar horas o días antes de que la desdichada que cayera en esa trampa se rindiera y aceptara silenciosamente su muerte.

Podía escucharlas, muchas veces chillando, agonizando bajo su improvisada cama, la última vez que intento ayudar a algún solo termino arrancándole un pedazo de piel, se prometió a si mismo no volver a intervenir.

Esa respiración en su nuca lo trajo a la realidad al volverse más fuerte, más entrecortada, por momentos oía gruñidos o jadeos.

Entonces entendió porque su cuerpo se negaba a moverse, sabía que no podía escapar por mas que tratase, había aceptado ese castigo antes de siquiera intentar escapar.

Sintió un líquido correr por sus pantalones, ¿se había orinado? pero no sentía su ropa interior tan mojada como sus pantalones.

 

Una gran cantidad de luz entró al lugar donde estaba, no sabia donde era, no le importaba, solo quería salir y no regresar ahí el resto de su vida, si había una vida, a menos que esa luz significara que, al igual que esas ratas, también estaba muriendo.


Parpadeo un par de veces para regular sus ojos a la nueva iluminación. No estaba en esa habitación oscura, tampoco en el armario y definitivamente tampoco en el jardín donde se desmayo, intento ver a su alrededor tratando de reconocer inútilmente el lugar, no fue capaz ni de encontrar sus lentes que habían desaparecido al igual que su ropa, aunque ni siquiera era suya, claro, era de su primo, la había tirado porque no le gusto el diseño, a Harry le quedaba demasiado grande, era 3 veces su tamaño pero al menos tenia con que vestirse y eso bastaba.

Ahora estaba con algo diferente, un pijama, era de color azul, un azul muy claro, casi como ese azul que usan los bebes, había pasado tanto tiempo con ropa grande que la ropa de su talla le resultaba incomoda, las podía sentir en todo su cuerpo... rosando en todas partes.

 

Bajó de la cama y dándose cuenta finalmente de que estaba en una, era mucho más cómoda que todas esas cajas y maletas sobre las que Harry dormía, empezó a caminar por toda la habitación, su vista no ayudaba pero estaba muy ansioso por quedarse quieto.

Cuando la puerta se abrió Harry dio un brinco, su primera reacción fue cerrar los ojos y cubrirse las orejas, por si se las querían jalar por atreverse a dormir en una cama aunque no supiera como llegó ahí en primer lugar.

La persona se acercaba a la cama, luego al menor y extendiendo la mano, el pequeño no estaba seguro de que era lo que quería, quizás el pijama.

Harry empezó a desabotonar la camisa del pijama cuando el adulto hablaba.

-No, Harry -hablo rápidamente -te estoy entregando tus lentes, por favor vuélvete a vestir...esa pijama es tuya

La vergüenza tiño sus mejillas de un rojo intenso, murmuro un pequeño "gracias" se volvió a abotonar la camisa y tomo los lentes de las manos del hombre. Se sintió más seguro cuando pudo ver y lo dejaron estar vestido.

Al fin pudo ver a su al rededor, estaba en una habitación. Las paredes tenían diseños de flores, pero parecían muy viejas, algunas ya casi no tenían color, sólo había una cama y una silla en ese cuarto.

Busco más objetos para distraer su mirada, se negaba a mirar al adulto frente a el, después de casi desnudarse por no haber entendido el mensaje.

-Debes estar hambriento, llevas 2 días inconsciente - le informó el adulto -creí que morirías ¿Quieres bajar a desayunar? -añadió al notar que el niño se negaba a hablarle oa mirarlo.

Con un leve asentimiento de cabeza Harry se dejo guiar hacia la planta baja de la casa, no tenia el valor para alzar la cabeza, así que todo el camino hacia donde suponía era la cocina su mirada se clavo en cada paso que sus propios pies daban.

El adulto le ofreció una silla, Harry se sentó aún con la mirada demasiado concentrada en el piso. Intentaba encontrar valor suficiente para hacer una pregunta y si miraba hacia el hombre no lo lograría.

Mientras el hombre le ofrecía una taza de te y dos tostadas, tomo asiento frente al niño, le indica que comiera y espero que diera su primer bocado para poder hablar.

-Se que debes estar haciéndote muchas preguntas en este momento y estará encantado de responderlas con la mayor sinceridad que pueda.-  coloco sus manos sobre la mesa en señal de honestidad, Harry se permitió relajar los hombros y levantar la mirada para clavarla en las manos del hombre.

-Me gustaría saber que hago aquí, donde es, porque me trajo y como sabe mi nombre-  Alzo un poco la voz, no lo suficiente para ser considerado un grito pero si para que se oyera en toda la cocina.

- Ciertamente son muchas preguntas así que iremos en orden- tomo aire y lo soltó en gran suspiro antes de volver a hablar - estas aquí porque yo te traje, eso...parece ser lo más obvio, vi como te trata tus tíos y eso no esta bien, ningún niño ni otro ser vivo merece ser tratado así...eso me recuerda- metió la mano a su bolsillo, era muy extraña la ropa que traía, era completamente negra, y parecía como un abrigo que cubría completamente su ropa, cuando el hombre bajo la mirada buscando algo en su bolsillo Harry noto que el hombre tenia pelo largo, casi llegaba a sus hombros, su nariz se parecía al de un águila, y su boca estaba fruncida, parecía molesto, o pensativo, no era bueno leyendo expresiones faciales de otras personas que no sean sus tíos-  estas son pociones alimenticias- explico sacando dos frascos con líquidos uno de color rojo y otro de color lila- estas muy bajo de peso, estas pociones te ayudarán a que la comida no lastime tu estomago cuando la digieras, y la otra es suplemento vitamínico para tu anemia, las tomaras, la roja cada 12 horas y la lila cada 24...termina de desayunar y hablaremos de lo que quieras después- después de entregar los frascos el hombre salió de la cocina dejando a Harry solo.


Severus hizo lo posible para mantener a ese niño vivo, luego de encontrar en ese jardín, sabia que no debía dejarse ver, no era seguro, pero no podía dejar a ese pequeño un día más en esa casa, ni la bestia más despreciable del mundo podía ser tratada así, el dolor en su pecho no se fue incluso cuando llevo a su casa al niño.

Conocía muy bien ese sentimiento, vivía todos los días con ese recuerdo, la diferencia era que el pudo conocer el amor, su madre aunque no era la mejor madre, le había hecho sentir amor, ese amor que solo una madre puede darte, un abrazo y un beso que casi olvidaba, conoció bien esas marcas en el cuerpo del niño cuando le quitó la ropa para ponerle el pijama que había transformado para el.

Por dos días enteros rezaba a quien fuera que le pudiera oír que ese pequeño despertara, afrontaría las consecuencias de su impulsividad después, mientras ese niño despertara, era su  niño, el lo sabia, era de ambos, y fue tan cruelmente descartado como si nada, no entendía como la mujer que alguna vez conoció se volvió tan cruel, al parecer nunca terminas de conocer a la gente.

Cuando ese niño al fin despertó Severus sintió un gran alivio, esas pociones nutritivas eran mejores que el suero muggle que había intentado darle, eran más rápidas y sin tantos pinchazos de agujas.

Ahora estaba ese problema que había estado evitando por esos dos días.

Incluso le había sido más fácil convencer a los tíos de Harry de renunciar a su tutoría, solo había bastado una amenaza de denuncia, y presumir de conexiones que no tenia para que gustosamente firmaran los papeles, al ser los actuales tutores legales del niño, no hacia falta la firma de sus verdaderos padres. Pero, como le explica aun niño de 10 años que sus padres en realidad estaban vivos, eran magos, que el también lo era pero había perdido su magia por un hombre al que Severus alguna vez había servido. Como le explica que sus padres lo mandaron a vivir con tus verdugos antes de aceptarlo sin magia, que lo descartaron como un cascaron vacío.

Como explicar que su vida entera era una mentira, todo lo que sabia era falso.

Lo que más perturbaba a Severus era el hecho de que el niño no parecía mostrar ningún miedo a desnudarse frente a un adulto, ¿Qué le había pasado para que perdiera ese miedo?.

La sola idea de explicar todo de forma menos hiriente, lo agotaba, no sabia que hacer, prometió responder todo pero no sabia cuanto de la verdad seria correcto decir sin dañar mentalmente al pequeño.

Cuando pequeño asomo la cabeza por la puerta de la cocina, supo que no tenia salida, tendría que decirle todo y esperar que lo acepte de la mejor forma.

Notes:

Estoy en proceso creativo una disculpa, toda sugerencia bienvenida